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La cómoda reelección de Urkullu con 37 diputados

El candidato a lehendakari del PNV contará con 37 votos.

Iker Rioja Andueza

El viernes fue un día para ir preparando todos los detalles. Se notaba en el ambiente. El Parlamento Vasco desprendía por la mañana un fuerte olor al producto con el que se abrillantan los múltiples detalles dorados del edificio principal. Esta semana, el miércoles y a buen seguro también el jueves, se celebrará la sesión de investidura del lehendakari, el pleno más importante de la legislatura. Aunque EH Bildu ha formalizado ya la candidatura “alternativa” de la periodista Maddalen Iriarte, con toda probabilidad el resultado del debate parlamentario será la esperada reelección de Iñigo Urkullu, que liderará un Gobierno de coalición de PNV y PSE-EE.

Para el PNV, la decisión de EH Bildu es “forzada”. Joseba Egibar, veterano portavoz nacionalista, valora que sólo Urkullu tiene opciones reales de ser proclamado presidente vasco, más teniendo en cuenta que a los 28 escaños peneuvistas se sumarán los 9 socialistas tras cerrarse el acuerdo de gobernabilidad entre ambas formaciones, que ya compartieron el poder autonómico hace dos décadas durante once años seguidos (entre 1987 y 1996) antes del Pacto de Lizarra (1998), del ‘plan Ibarretxe’ (2005) y del pacto del PSE-EE con el PP (2009).

El guion de la jornada puede ser muy similar al de hace cuatro años. EH Bildu, que se estrenaba entonces en la Cámara, se vio en la necesidad de reafirmarse como fuerza principal de la oposición. La profesora Laura Mintegi –a la que no le dejaron innovar empleando un ‘powerpoint’ en el hemiciclo- confrontó modelos con Urkullu y ahora el actual presidente vasco compartirá protagonismo con Iriarte, elegida por las bases abertzales en una suerte de primarias.

Un “teatro”, según Podemos

Algunas voces, como Elkarrekin Podemos, cuestionan públicamente la estrategia de EH Bildu. No ven creíble presentarse como alternativa y que se defienda un modelo social y económico diferenciado apenas unos días después de compartir mesa de negociación con el PNV para cerrar un acuerdo de gobernabilidad. Lander Martínez ha definido este arranque de legislatura como un “teatro”.

La izquierda abertzale, en cambio, entiende que es la consecuencia lógica tras no haber sido posible el acuerdo. En palabras de Arnaldo Otegi, lo que diferencia ambos proyectos nacionalistas es el PNV debería “virar sus políticas a la izquierda”. Y en ello incidirá Iriarte, aunque también recordará que el Parlamento dispone de una amplia mayoría partidaria del derecho de autodeterminación (si se suma a Elkarrekin Podemos).

La presentación de una candidatura, al margen de que tenga o no recorrido político, supone ganar en protagonismo en la sesión de investidura. EH Bildu dispondrá del mismo tiempo que el PNV (90 minutos) para presentar su proyecto, mientras que el resto de partidos tendrán un espacio limitado (30 minutos) en la sesión vespertina del primer día.

Elkarrekin Podemos, que vaciló con la posibilidad de presentarse también a la investidura, optó finalmente por quedarse en segundo plano. Y eso que había manifestado su voluntad de no hacer de este trámite un “camino de rosas” para Urkullu. La jefa de filas de la coalición, Pilar Zabala, tendrá además que compartir protagonismo con el portavoz de Podemos, Lander Martínez, y con uno de los dos socios minoritarios, IU, al que le corresponde un 12% del tiempo en los grandes debates del Parlamento Vasco.

El PSE-EE, al firmar un acuerdo de Gobierno con el PNV, jugará un papel testimonial en la sesión de investidura. El PP, por su parte, ha asumido un papel de oposición exigente en una primera fase, con varias iniciativas legislativas ya presentadas, aunque las negociaciones abiertas en el Congreso entre el Ejecutivo de Mariano Rajoy y el grupo nacionalista vasco podrían modular su rol. El deseo ya manifestado por sus portavoces es el de “condicionar” la política vasca desde sus 9 escaños.

No es problema la falta de mayoría absoluta

Una coalición de PNV y PSE-EE sumaría 37 de 75 escaños. Se queda a uno de la mayoría absoluta por el cambio de última hora en el escrutinio de Bizkaia por unas anomalías en el recuento. No es problema en la investidura (quizás sí para la aprobación de los presupuestos u otras leyes y proyectos de calado). El sistema vasco, a diferencia del que se aplica en las Cortes Generales, impide que haya una situación de bloqueo y que se tengan que repetir las elecciones.

No se vota ‘sí’ o ‘no’ a un candidato. Se pueden presentar tantos como grupos políticos y saldrá elegido el que más tenga, en segunda vuelta si no hay mayoría absoluta. No hay posibilidad de oponerse, sólo de votar en blanco o abstenerse (o no ir al hemiciclo, como hacía la vieja HB ahora modernizada en EH Bildu). Es previsible que Urkullu sea electo en segunda votación (que se produciría el jueves, 24 horas después de la primera). Así fue hace cuatro años, cuando sólo sumó los votos propios, los del PNV. Fue investido con tantos votos ‘en contra’ (no le apoyaron los 27 de PSE-EE, PP y UPyD) como ‘síes’.

Historia: antecedentes para todos los gustos

  • 1980. En la primera legislatura vasca fue la única vez que se aplicó un sistema como el de las Cortes Generales, con un ‘sí’ o un ‘no’ a un único candidato, el ganador de las elecciones. Carlos Garaikoetxea fue elegido en segunda vuelta ya que en la primera votación hubo tres votos nulos, dos de ellos de parlamentarios del propio PNV, el partido en el que entonces militaba el fundador de EA. Rellenaron incorrectamente la papeleta. Un matiz: en aquella legislatura hubo 60 escaños y desde entonces han sido 75. Resultado: Sí, 25 (PNV); No, 24 (PSE, EE, UCD, CD y PCE); Ausentes, 11 (HB).
  • 1984. Se implantó ya el sistema actual de elección de lehendakari. Sólo hubo un candidato, Carlos Garaikoetxea. Sumó tantos apoyos (32) como votos blancos hubo (32). Resultado: Garaikoetxea, 32 (PNV); Blanco, 32 (PSE, AP, EE); Ausentes, 11 (HB).
  • 1985. Tras la escisión en el PNV, mediada la legislatura Carlos Garaikoetxea dimitió. Es la primera vez que ha ocurrido algo semejante. En doble vuelta, José Antonio Ardanza fue proclamado presidente vasco. Al parecer, varios socialistas le apoyaron pero no todo el PNV (se señaló a diputados próximos a Garaikoetxea). Resultado: Ardanza, 34 (PNV*); Blanco, 30 (PSE*, AP, EE); Ausentes, 11 (HB).
  • 1987. Por vez primera, dos candidatos se enfrentaron en la sesión de investidura. Por un lado, pese a la escisión del PNV y la victoria en escaños del PSE, se presentó José Antonio Ardanza. Por otro, HB envió a la tribuna directamente desde la cárcel al preso de ETA militar Juan Karlos Ioldi. Era el primer pleno al que asistió la izquierda abertzale en su historia (pero no se quedó a la votación). La investidura se desarrolló con fuertes medidas de seguridad, procuradas por Ertzaintza y Policía Nacional. Ardanza, que había alcanzado un acuerdo con el PSE, no necesitó segunda votación al gozar de mayoría absoluta. Resultado: Ardanza, 38 (PSE, PNV y CDS); Ioldi, 0; Blanco, 24 (EA, EE, AP); Ausentes, 13 (HB).
  • 1991. José Antonio Ardanza necesitó dos vueltas para ser reelegido. Fue una legislatura convulsa, con EA fugazmente en el Gobierno del PNV pocos años después de la escisión. Su lugar lo tomó el PSE. Entretanto, esos años el PSOE vasco y EE se fusionaron dando luz al actual PSE-EE. Resultado: Ardanza, 37 (PNV, EA, EE); Blanco, 25 (PSE, PP, UA); Ausentes, 13 (HB).
  • 1994. Sin sorpresas: de nuevo José Antonio Ardanza, ahora con mayoría absoluta fruto de la coalición de PNV y PSE-EE, a los que se unió EA. Resultado: Ardanza, 42 (PNV, PSE-EE, EA); Blancos, 21 (PP, IU, UA); Ausentes, 12 (HB y un diputado de la oposición).
  • 1998. El PNV compareció en la investidura con nuevo candidato, Juan José Ibarretxe, y con Carlos Iturgaiz (PP) como rival. La izquierda abertzale, ahora EH, se integró en la dinámica parlamentaria para apoyar el primer Gobierno de Ibarretxe. Eran los años del ‘pacto de Lizarra’. Resultado: Ibarretxe, 40 (PNV, EH, EA); Iturgaiz, 18 (PP, UA); Blanco, 15 (PSE-EE, EB); Ausentes, 2 (un parlamentario socialista y otra abertzale).
  • 2001. Sin rivales esta vez, Juan José Ibarretxe fue reelegido. Pero necesitó de dos vueltas al carecer de mayoría absoluta. EB, que se sumó más adelante al Gobierno, votó primero en blanco pero después sí que apoyó al PNV. Resultado: Ibarretxe, 35 (PNV, EA, EB); Blanco, 32 (PP, PSE-EE). Abstención, 7 (EH). Ausentes, 1 (un miembro de EA).
  • 2005. En años de alta confrontación y con el ‘plan Ibarretxe’ sobre la mesa, el socialista Patxi López se empezó a configurar como alternativa al PNV. Rivalizó con Juan José Ibarretxe en la investidura y recibió solamente un voto menos. En segunda vuelta, fue la izquierda abertzale (entonces EHAK) la que prestó al nacionalismo dos escaños decisivos para superar al bloque constitucionalista. El resto del grupo (7 diputadas) no apoyó al lehendakari. Resultado: Ibarretxe, 34 (PNV, EA, EB y dos votos de EHAK); López, 33 (PSE-EE, PP); Blanco, 1 (Aralar); Nulo, 7 (EHAK).
  • 2009. El cambio llegó al País Vasco. Por vez primera, fue investido lehendakari un candidato que no era del PNV ni tampoco nacionalista. Patxi López y Juan José Ibarretxe volvieron a rivalizar cuatro años después, pero ahora la suma de socialistas y ‘populares’ le dio a López mayoría absoluta directamente en primera vuelta. Resultado: López, 39 (PSE-EE, PP y UPyD); Ibarretxe, 35 (PNV, Aralar, EA); Blanco, 1 (EB).
  • 2012. El PNV estrenó candidato, Iñigo Urkullu. Pero el dirigente nacionalista precisó de doble vuelta. Se enfrentó a Laura Mintegi, a propuesta de EH Bildu, que luego no acabaría la legislatura como jefa de filas de la coalición abertzale. Urkullu fue el lehendakari que menos apoyos ha recibido nunca en la historia vasca (27) y el primero desde 1987 en no contar con apoyos de ningún otro partido al margen del propio. Resultado: Urkullu, 27 (PNV); Mintegi, 21 (EH Bildu); Blanco, 27 (PSE-EE, PP, UPyD).
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