Ni Maroto, ni los nombres impuestos por Casado: el PP vasco, ante el reto de renovar sus candidaturas para las generales
El PP vasco no sólo se quedó sin representación en Euskadi en las pasadas elecciones generales de abril, en las que perdió los escaños por Álava y Bizkaia, sino que vio cómo Génova impuso a muchos de sus candidatos frente a las propuestas de los dirigentes territoriales. Ahora, en puertas de la repetición electoral del 10 de noviembre, los 'populares' tienen ante sí el reto de renovar las tres candidaturas “descartado” Javier Maroto en Álava –ahora es 'segoviano' y senador por Castilla y León– y con dos cabezas de lista sin la confianza del aparato en Bizkaia y Gipuzkoa, Beatriz Fanjul e Íñigo Arcauz.
Tras la convención política del pasado fin de semana, en la que Pablo Casado cerró filas con sus compañeros en Euskadi, y ante una campaña en la que parece que la moderación que demanda Alfonso Alonso y su equipo va a instalarse un poco más en los discursos electorales, el PP vasco confía en que pueda hacer ajustes en las listas de manera coordinada con quien la última palabra, que es el comité electoral de Génova. Otros partidos, como el PNV, ya han anunciado su apuesta por la repetición y nadie descarta que Casado haga lo propio, pero en Euskadi la organización local ve “imprescindibles” los cambios en algunos casos.
En Álava, todas las voces dan a Maroto como “totalmente descartado” y se busca un recambio de garantías para la plaza en la que la recuperación del escaño es más factible. El 'número dos' de la plancha de abril fue Javier de Andrés, exdiputado general y exdelegado del Gobierno ahora en la empresa privada y que ha sonado como aspirante en algunos mentideros. De Andrés ya relevó a Maroto en un debate electoral en la pasada campaña y tiene una dilatada trayectoria política. Oficialmente, la formación explica que “todavía es pronto”. Álava realizará una propuesta y será el comité electoral de Génova el que le dé el visto bueno.
En Bizkaia, la situación de Fanjul pende de un hilo. Ella, que es secretaria general de Nuevas Generaciones, fue propuesta por Casado y no contó con el aval del aparato vizcaíno. Fuentes de su entorno indican que por motivos tanto personales como políticos tendría que valorar seriamente la posibilidad de repetir aunque se lo propusieran. “Tendrían que cambiar mucho las cosas”, indican estas fuentes sobre una persona que, en las últimas semanas, ha abogado por pactos con Ciudadanos y Vox, algo que no contempla el equipo de Alonso.
Sin embargo, es Gipuzkoa la situación es todavía más enrevesada. El elegido por Casado fue Arcauz, que llevaba años alejado de las dinámicas del PP local, dirigido por Borja Sémper. En las listas que confeccionó había personas que luego concurrieron a las municipales por Vox y él mismo captó militantes para la formación de Santiago Abascal, como informó este periódico. La campaña fue paralela y de estilo completamente diferente a la que Sémper puso en marcha un mes después para las locales, en las que el PP salvó los muebles en San Sebastián.
Arcauz, en conversación con este periódico, ha indicado que está dispuesto a repetir. “Hablé con Pablo y le dije que si quería contar conmigo ya sabía dónde estaba. Yo me ofrecí y, si me lo pide Pablo, yo daré el 300%”, explica. Eso sí, asume que tendría que plantear una campaña “distinta”. “Para empezar, sentarme con Borja para que participe más, también en la confección de las listas. Fue algo traumático para todos, una locura”, manifiesta. Arcauz es “partidario de Gipuzkoa Suma” -“pero con Vox es inviable”- aunque concede que habría que reorientar la campaña para competir menos con la derecha y más con el nicho compartido con el PNV, “adonde se fueron 10.000 votos”.
