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La segregación amenaza con romper la escuela pública vasca

La Plataforma a favor de la Escuela Pública Vasca marcha por las calles de Vitoria-Gasteiz para exigir soluciones

Rubén Pereda

“Ez, ez, ez, segregaziorik ez!” Este fue el cántico que más se escuchó durante la ‘kalejira’ que llevó a cabo hace un par de semanas la Plataforma a favor de la Escuela Pública Vasca para denunciar la segregación en los colegios públicos del País Vasco, con especial hincapié en la ciudad de Vitoria. Una ciudad que, según ellos, se ha convertido en la “capital de la segregación en la educación”. “¡Estamos hartos! La situación es ya insostenible”, aseguran.

Según los datos que manejan, los referentes al curso 2018-19, de los 32 centros públicos que hay en Vitoria, 15 tienen más de un 50% de alumnos con al menos un progenitor extranjero; hay, asimismo, 10 con concentraciones superiores al 70%. En los 19 centros de la red concertada, por el contrario, ninguna llega al 30%, y hay 11 que ni siquiera alcanzan el 10%. La media ilustra la diferencia: en los centros públicos, la media de alumnos con un progenitor extranjero en infantil, primaria, secundaria y bachillerato es de un 39%, mientras que en los concertados, es del 10%. En resumidas cuentas, concluye el análisis, “el 83% del alumnado con al menos un progenitor extranjero se encuentra escolarizado en la red pública de la ciudad”.

“La mitad de los centros públicos podrían ser considerados guetos”

“A la luz de estos datos, y según la definición de Save the Children, la mitad de los centros de educación infantil y primaria públicos de Vitoria podrían ser considerados guetos”, afirma Maite Huarte, que denuncia: “Está claro, pues, que se está clasificando al alumnado según su procedencia y el índice socioeconómico y cultural de la familia (ISEC). Es una combinación problemática, porque los resultados económicos dependen en gran medida de este índice”. La diferencia entre el ISEC de las escuelas públicas y las concertadas es notable y esto deviene, aseguran, en una gran dificultad para la gestión de las clases y de las escuelas en las que hay segregación.

La Plataforma a favor de la Escuela Pública Vasca nació hace cuatro años, por la inquietud de unas madres, entre las que se encuentra Maider Ruiz de Egino, que explica la situación: “Veíamos que se estaba dando ya un cambio: las familias de origen extranjero estaban aumentando y las familias autóctonas estaban huyendo. Veíamos, entonces, que nuestro patio estaba cambiando y que nos afectaba directamente”. De la reunión entre las diferentes ampas surgió un manifiesto apoyado por todas ellas, Denon Eskola y diversos sindicatos y asociaciones y movimientos culturales y sociales.

La segregación supone también, según los miembros de la plataforma, que la integración se complica. “La aulas no reflejan la realidad de Vitoria, cuya sociedad es muy diversa. Hay aulas en la pública sin nadie autóctono y otras en la concertada sin nadie de origen extranjero”, asegura Ruiz de Egino. “La escuela nos parece un lugar cohesionador, y estamos perdiendo ese potencial”, lamenta Huarte, que añade: “Si el alumnado está clasificado, por procedencia e ISEC, se está fallando en la gestión de la diversidad y se está perdiendo riqueza en esos proyectos educativos; en ambos, pero es cierto que la gestión es después más complicada cuando las familias son de origen extranjero y tienen un ISEC más bajo”.

“El Gobierno Vasco solo propone parches para maquillar”

La plataforma consiguió que se presentase una moción en el Ayuntamiento y, a partir de ella, se formó una mesa interinstitucional, a la que se sentaron agentes de las escuelas pública y concertada, un representante del Gobierno vasco y representantes del propio Consistorio. “Allí se alcanzó un acuerdo de mínimos, que, aunque hubiésemos deseado más cosas, aceptamos. Pero ahí se ha quedado, en el cajón”, lamenta Ruiz de Egino. Maite Huarte, que también está muy activa en el movimiento, se muestra igualmente decepcionada ante la situación: “Creemos que no interesa tomar medidas de fondo sobre este tema. Lo que se propone sistemáticamente desde el Gobierno Vasco son parches y medidas para maquillar la situación, pero nunca se han tomado medidas que tengan una repercusión real”.

Ven también que la red concertada tiene mucho poder. “La concertada es el 50% del sistema educativo vasco; es la comunidad autónoma con mayor porcentaje. Supone mucho dinero y creemos que ni al PNV ni al PSE-EE les ha interesado meter mano a este asunto para intentar crear un sistema más equilibrado y más justo”, asegura Huarte. Además, cree que se esconde el “asunto de las cuotas”. “Se amparan en una supuesta de libertad a la hora de elegir dónde matricularse, pero esa libertad no es tal. Con las concertadas se hace una segregación económica: hay que pagar una cuota para entrar y otra cada mes, hay material escolar que es caro, chándal, excursiones… Se necesita un determinado nivel adquisitivo para poder ir a un centro concertado, lo que deja fuera, directamente, a la población pobre, sea del origen geográfico del que sea”, zanja.

Blanca Guerrero, “responsable” de la situación

En el centro de la diana de las protestas está la delegada de Educación en Álava, Blanca Guerrero. De hecho, durante la ‘kalejira’, se llevó a cabo un ‘juicio popular’ contra ella, exigiendo su dimisión. “Creemos que tiene un grado de responsabilidad muy elevado, ya que ha hecho dejación de responsabilidades y ha permitido que la situación siga empeorando”, explica Huarte, a lo que en las protestas añadían que existe “la urgencia de que tome las riendas de la Educación en Álava alguna persona que tenga capacidad e intención de solucionar el grave problema ante el que nos encontramos”. Aun así, Cristina Uriarte, consejera de Educación del Gobierno Vasco, tildó de “injusto” lo que se está haciendo con Guerrero, a quien defiende.

La intención de la plataforma es tejer una red a nivel de la Comunidad Autónoma Vasca y ya están dando pasos en esa dirección, contactando con ampas de los otros territorios históricos. “El caso de Vitoria es el más llamativo y claro, pero la problemática es común”, explican. “Esta, como todas las luchas sociales, es una lucha a largo plazo”, aseguran, y añaden: “Cuando nosotras empezamos, nadie hablaba de la segregación escolar, no era un debate público. La plataforma ha conseguido que se haga una lectura política y colectiva de una situación real”.

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