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El nuevo SMI supondrá una subida mínima automática de 50 euros a los 65.000 beneficiarios de la RGI

Toma de posesión del Gobierno vasco

Iker Rioja Andueza

La gran medida económica pactada por el Gobierno del PP con el PSOE en la antesala de la negociación de los presupuestos generales del Estado ha sido la subida de un 8% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Ahora queda fijado en 707,06 euros mensuales en 14 pagas o 824,90 euros mensuales en 12 pagas. Es la mayor subida histórica. En Euskadi, esta medida tendrá un efecto económico directo importantísimo en nada menos que 65.000 familias, las que perciben las prestaciones del sistema autonómico de garantía de ingresos. La denominada RGI está indexada al SMI y todas las cuantías tendrán una revalorización del 8%, lo que las elevará a topes históricos y dejará atrás al fin, de no mediar una decisión política expresa del nuevo consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, el recorte del 7% decidido en 2011 por el Gobierno socialista de Patxi López y mantenido cuatro años por el de Iñigo Urkullu, del PNV.

La Ley de Garantía de Ingresos aprobada en 2008 y en vigor desde 2009 fijó el cobro de un salario social como derecho para quienes no tienen recursos y también para los que ingresan nóminas o pensiones precarias. Las modalidades básicas se calculan con un porcentaje del SMI, aunque computado a 12 pagas y no a 14, como hace habitualmente el Gobierno central. Una persona con necesidades que viva sola cobra un 88% del SMI, una pareja el 113% y una familia de tres o más miembros el 125%.

Como el número de beneficiarios no cesaba de crecer, en 2011 la consejera socialista Gemma Zabaleta metió la tijera y aplicó, con el apoyo del PP, un recorte general del 7%, que se calculaba tras realizar los porcentajes del SMI. Esa medida, pese a las peticiones de EH Bildu y ahora de Elkarrekin Podemos, se ha mantenido en 2012, 2013, 2014, 2015 y 2016. Sólo las tímidas subidas del SMI decretadas estos años por el Ejecutivo de Mariano Rajoy han suavizado la medida, aunque la pérdida de poder adquisitivo de este colectivo ha sido próxima al 10% durante la crisis aunque el foco de la crítica política ha estado en los pensionistas de la Seguridad Social.

Ahora, el pacto PP-PSOE supondrá directamente un incremento lineal del 8% que permitirá dejar atrás por la vía de los hechos el recorte del 7% aún en vigor y que las cuantías de la RGI mejoren por vez primera a las primeras que se abonaron en 2009. De diciembre a enero las subidas serán de entre 50 y 70 euros de golpe.

Una estimación sobre el presupuesto de 2016 indica que el Gobierno vasco tendrá que poner 30 millones adicionales en 2017 para atender estos pagos. Si además se animara a derogar el -7% vigente desde 2011 tendría que poner 26 millones más. La flexibilización del déficit autorizada por Europa y pactada con el Gobierno central esta misma semana reportará un margen de 66 millones de euros a Euskadi.

Asimismo, el cambio en el SMI incrementará el volumen de beneficiarios potenciales. Personas con salarios o pensiones bajas que ahora quedaban fuera del sistema tendrán la oportunidad de acceder a él con la subida de los umbrales de ingresos mínimos. Los complementos de vivienda, en cambio, no van ligados al SMI y se mantendrán en 250 euros.

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