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“Hay una tendencia a reducir el concepto de paridad a quién pasa la aspiradora”

Uno de cada 3 chicos ve bien salir con muchas chicas y mal si lo hacen ellas

Patricia Burgo Muñoz

Hasta las parejas más concienciadas con la igualdad en la relación se encuentran obstáculos a la hora de materializar sus aspiraciones. Es lo que se desprende de la tesis desarrollada por Amaia Agirre, investigadora de la UPV/EHU, que ha estudiado diferentes modelos de relaciones: tanto parejas heterosexuales como homosexuales, monógamas como parejas de relación sexual libres. En total 15 parejas, con edades entre 25 y 50 años, y que se consideran paritarias o feministas participaron en el estudio.

La tesis no pretende ser una representación de la realidad, pero sí ser testigo de los diferentes discursos que se pueden dar en nuestra sociedad. Para ello Agirre ha preguntado sobre diferentes aspectos de la vida cotidiana: los trabajos y cuidados domésticos, la gestión del dinero o la relación de pareja y las relaciones sociales.

¿A qué conclusiones ha llegado una vez realizado el estudio?

Las conclusiones más importantes son, por ejemplo, que aunque eran parejas que se autodefinían como paritarias y había una apuesta importante por conseguir la igualdad dentro de la relación, admitían que se encontraban con muchos problemas a la hora de materializarlo. El tema estrella de discusión era el reparto de los trabajos domésticos. Se planteaba siempre pero no como un reparto de tareas, si no solo cuando surgía algún conflicto. En realidad hay una tendencia a reducir el concepto de la paridad al reparto de estos trabajos y parece que los roles tienen que estar repartidos solo a la hora de pasar la aspiradora.

Quiero decir, yo cuando les preguntaba: “¿Sois parejas paritarias?”, me respondían: “Sí, porque repartimos los trabajos domésticos”. Pero no se referían por ejemplo al cuidado de los hijos, aquí no había tanto conflicto. En los primeros años de cuidado, no era un tema de discusión en la pareja. Mientras las mujeres sí dejaban sus espacios, lo hombres no, y no causaba discusión. Se veía natural.

¿Y qué opina sobre este aspecto?

En el tema de la maternidad y lo que implica la maternidad intensiva, vamos hacia atrás y no es casualidad. Se justifica más renaturalizando el tema de la maternidad, no creo que sean casuales, si no que responden a una ideología determinada. No digo que esos estudios sean incorrectos, pero darles tanto bombo y platillo responden a algo intencionado.

Otro de los asuntos que trata en la tesis es la idea de amor romántico ¿considera que es otro obstáculo?

En las parejas que tal vez no tenían una conciencia tan igualitaria, pues sí que lo de negociar se veía como algo problemático, como que chocaba con la lógica del amor romántico, es decir, somos una unión, una pareja y defender mis objetivos personales, va en contra de esa unidad que tiene que preservarse por encima de todo. A ese respecto me refiero con el amor romántico, el considerar la pareja como una unión ideal, aproblemática, sin conflictos… entonces viven de una manera problemática el surgimiento de esos conflictos y el plantearlos, “¿cómo vamos decir que tenemos problemas si somos una pareja y todo nos va bien?”

Otra cosa unida al amor romántico es la idea de pareja, establecer la pareja como la relación sentimental y afectiva como prioritaria por encima de los demás y que nos lleva a perder nuestros espacios y nuestras relaciones sociales. Y aunque reconocían que querrían tener más espacio propio, al final su relación prioritaria era la de su pareja. Al fin y al cabo la sociedad está formada de tal manera que muchas veces te empuja a pasar con tu pareja más tiempo del que a veces quieres.

¿Entonces estamos dando pasos atrás?

En muchos aspectos sí. La crisis, los recortes sociales y en servicios sociales a quien perjudican más es a las personas más vulnerables en general y en el mercado laboral en particular. Entonces lo que hace es reforzar los roles tradicionales masculinos y femeninos. Es decir, si las mujeres tienen una situación laboral mucho más precaria, es más fácil que se queden en casa cuidando a los niños si la alternativa es un trabajo poco remunerado y en malas condiciones.

Pero no en todos los aspectos vamos hacia atrás. Por no ver todo tan negativo, hay muchas parejas que sí se replantean los mandatos culturales establecidos, los redefinen en la manera de sus posibilades y sí que hay opción de crear dentro de una pareja una relación más paritaria. Pero vivimos en una supuesta igualdad, una igualdad institucional, pero luego nos damos de cabezazos con la realidad.

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