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Más de 135.000 vascos tienen problemas para pagar el alquiler o la hipoteca

Los españoles invirtieron un tercio de su salario mensual bruto en el pago del alquiler en 2017

Eduardo Azumendi

El alcance de los impagos o atrasos del pago de los alquileres, créditos e hipotecas ha aumentado con mucha intensidad desde el comienzo de la crisis, registrando un incremento del 113,7 % entre 2008 y 2016. De esta forma, mientras que en 2008 eran 63.411 personas las que se veían afectadas por esta situación, en 2016 son 135.516 personas las que se encuentran afectadas por situaciones de impagos o atrasos en los pagos del alquiler o sus hipotecas. El Observatorio Vasco de la Vivienda ha recogido estos datos en su estudio 'El acceso a la vivienda de la población más vulnerable y la exclusión residencial grave'.

Según los expertos, resulta “especialmente significativo” comprobar que entre 2014 y 2016, en el contexto de la reactivación económica, el número de personas que se han visto afectadas por este tipo de impagos o atrasos que tienen que ver con la vivienda también ha aumentado, aunque sea de forma muy ligera (desde 134.673 personas a 135.516 personas, respectivamente).

Esto contrasta con la reducción de los indicadores generales de pobreza en Euskadi en los últimos años, como también lo hace que el número de personas que se han visto afectadas por cortes de suministro (agua, luz...), que se pueden vincular a lo que se denomina pobreza energética, ha aumentado desde el comienzo de la crisis en un 20,2 %. De este modo, en 2016 se contabilizan un total de 42.291 las personas que sufren esta situación (en 2014 la cifra era de 38.255 personas).

Las situaciones vinculadas a la venta de propiedad y cambio de vivienda debido a la crisis crecen también con fuerza, hasta alcanzar a 19.607 personas, cuatro veces más que en 2008 (5.426 personas) y cerca del doble que en 2014 (10.679 personas).

Sin posibilidad de emanciparse

Dentro de las situaciones más críticas asociadas a la exclusión residencial, el Observatorio de Vivienda destaca que en 2016 un total de 54.686 personas de 18 a 44 años con perspectivas de independizarse a corto plazo se verían abocadas a situaciones de pobreza o de ausencia de bienestar en caso de salida efectiva del actual hogar. En comparación con 2008, este colectivo se ha incrementado en un 41 %, pasando de 38.563 personas a 54.868 personas.

La falta de un empleo adecuado o la inestabilidad en el trabajo son los principales obstáculos para la emancipación. Al comienzo de la crisis la mayor calidad del empleo coadyudaba a facilitar los procesos de emancipación de la población ocupada y, especialmente, de los jóvenes.

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