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“Las mujeres somos de un liderazgo más democrático”

Las líderes políticas vascas de los principales partidos hablan de 'Mujeres y Comunicación Política' en el congreso ACOP Bilbao 2014.

Laura Murillo Rubio

Bilbao —

¿Existe equidad en los medios de comunicación en el tratamiento entre hombres y mujeres que ostentan cargos políticos? Las líderes políticas vascas de los principales partidos han hablado sobre las diferencias que aun hoy reciben por parte de la prensa por el mero hecho de ser mujeres, dentro del marco del tercer congreso internacional de Comunicación Política ACOP celebrado en Bilbao. Idoia Mendia, candidata a la secretaría general del PSE en Euskadi; Laura Mintegi, portavoz de EH Bildu en el Parlamento vasco; Itxaso Atutxa, presidenta de la ejecutiva del PNV en Bizkaia y Arantza Quiroga, presidenta del PP vasco han reflexionado sobre las capacidades de la mujer en política y los obstáculos que se encuentran a diario en sus respectivos cargos.

En mesa redonda, las cuatro ponentes han declarado que “las mujeres hemos avanzado muchísimo para estar en igualdad de condiciones, pero cuando estás en primera fila te das cuenta de que no es así”. En este sentido han recriminado la masculinización que se da en los medios de comunicación. Así Atutxa, que fue elegida hace un año para su actual puesto, ha recordado que en todas las entrevistas que le hicieron se hacía alusión al tema del poder, “algo muy masculino que parecía que era lo que reforzaba el hecho de que por primera vez el PNV en Bizkaia tuviera una mujer al frente y eso era lo que algunos creían que legitimaba mi elección como presidenta”, ha asegurado sobre un tratamiento “injusto” que también se hace en otros muchos temas.

Quiroga también califica como “paternalista” la actitud de los medios. “A mí se me presentó como el ojito derecho de Basagoiti, toda mi trayectoria política se resumía en eso”, recriminaba sobre un tratamiento que, a su juicio, se hubiera evitado si se elevase el porcentaje del 26% de mujeres que firma informaciones en primera plana de los periódicos. En relación a ello, Mendia aludía a la utilización de los artículos en lo referente a la información de mujeres políticas: “Nos ponen el articulo la Quiroga, la Mintegi cuando nadie dice el Urkullu o el Otegi. Siempre me ha llamado la atención también que nos digan directamente Idoia o Itxaso como a los menores de edad cuando a los hombres se les cita por el apellido”, ha contado.

Por su parte, Mintegi, como veterana en política ha señalado que en su caso se ha puesto sobre el tapete su edad “a la hora de juzgar a una candidata a lehendakari”. “Me ha llamado mucho la atención que se considerase que ya una señora de esta edad se tiene que dedicar a hacer más calceta que a esto, me han dado fórmulas hasta para cómo hacer galletitas, lo que se supone que me correspondía”, criticaba.

De la reivindicación a la consolidación

A pesar de ello, las cuatro dirigentes políticas reconocen que el problema de invisibilidad que tenían antes en los medios poco a poco ha ido desapareciendo. “En 35 años que llevo en la política hemos pasado de una etapa de reivindicación a consolidación. Antes la principal preocupación era la visibilidad, ahora ya no es cuestión tanto de eso porque día a día estamos en los medios, pero es hora de dar un salto cualitativo a cuál puede ser la aportación que puede dar la presencia de mujeres en unos niveles políticos de primera línea”, argumentaba Mintegi.

Atutxa hacía referencia a una “perspectiva de género necesaria”. “Hay que seguir visibilizando, es un esfuerzo que debemos seguir haciendo hasta que eso se tome como normal”, apuntaba. La candidata a secretaria general del PSE Euskadi achacaba el problema a que tienen que explicarse “permanentemente”. “El hecho de que estemos celebrando esta mesa lo corrobora, significa que aun hay que hablar de ello”, incidía. En política se avanzó mucho en esta materia gracias a la Ley de Igualdad que obliga a los partidos políticos a establecer la presencia de mujeres. “Pero ojalá algún día eso desaparezca porque ya esté plenamente integrado. Hay que romper con la herencia cultural del pasado en este ámbito”, pedía Mendia. El hecho de que en política se preserven determinados espacios para las mujeres ha ayudado, aunque la realidad se va imponiendo. “En el poder judicial el porcentaje mayoritario alcanza el 70% de las mujeres, pero cuando elevas la mirada al Tribunal Superior, a la Audiencia Nacional o al Tribunal Constitucional no se da esa misma proporción que en la base social de la judicatura. Y lo mismo pasa en política hay muchas más mujeres trabajando en la militancia de base que en las cúspides”, señalaba.

Existe una gran cantidad de mujeres en esa base de la pirámide que según se eleva va disminuyendo y el género femenino se convierte en especie en extinción. Para acabar con ello, Mintegi afirmaba que hay que “horizontalizar” la política porque “si hay algo que es jerárquico” es precisamente la política. “En las pirámides hay un gran déficit de mujeres y no se trata tanto de subirlas a los estados superiores, sino de achatar la pirámide”, decía como un modo de ganar “democratización en una sociedad más participativa”. “Tenemos que cambiar toda la estructura social para sea el valor de las personas lo que las ponga en situaciones de liderazgo y no su sexo”, recalcaba la portavoz del primer grupo de la oposición en el Parlamento vasco.

Como ‘superwoman’

Las ponentes han recriminado el hecho de que en las entrevistas se les pregunte constantemente por su vida familiar, algo que no ocurre en el caso de los hombres. “Sales de casa con la capa de superwoman y cuando te metes a la cama has hecho tres jornadas consecutivas: la profesional, la familiar y una jornada social”, dice Mintegi. Reflexión a la que se sumaba Quiroga: “Cuando dejo de mi casa por las mañanas salgo con la responsabilidad de tener una familia, de ser madre y de ser la presidente del PP, pero no de ser mujer. En cambio llego al trabajo y me encuentro con que tengo que estar todo el tiempo demostrando que aunque soy mujer me merezco estar ahí y eso es agotador”, ha indicado sobre su situación desde que es presidenta del PP vasco.

De esta forma, Quiroga aludía a que se esconde una serie de virtudes que en realidad tendría que suponer un valor para sus carreras. “Escondemos esta faceta que en realidad debiera ser una cualidad que demuestra que sabemos llevar la gestión de casa, de un partido o de la responsabilidad que te toque. Y se ve como una carga, no como algo positivo”, denunciaba. “Creo que nosotras tampoco hemos hecho ese cierre de filas para demostrar que esto también es algo que nos pone en valor”, ha asegurado.

La imagen y su vestimenta es otro de los temas a los que los medios de comunicación aluden constantemente. “Hoy todas hemos alucinado cuando hemos visto la foto de la primera ministra danesa enseñando sus piernas mientras salía del coche, cuando se estaba hablando de que podría ser la próxima presidenta del Consejo Europeo. Yo, por ejemplo, no he visto las piernas de Juncker saliendo del coche”, denunciaba la presidenta del PNV vizcaíno. Así señalaba que también “hay un intento por masculinizarnos incluso en la vestimenta, pero ¿por qué no podemos parecer femeninas? Cada una irá como le guste”, indicaba y a su vez decía que las mujeres no deben caer en las “trampas” de los medios porque “flaco favor nos hacemos a nosotras mismas y a la sociedad con las diferenciaciones”. Para Mendia, la vestimenta es una cuestión que va mejorando.“El aspecto se empieza a neutralizar porque los hombres también se cuidan. Pero todos hemos visto ejemplos como el de Christine Lagarde cuando llegó a directora del FMI que se hablaba de su indumentaria como parte de su trabajo; la ex ministra Carme Chacón también fue muy criticada por vestir esmoquin o el posado de la actual vicepresidenta del Gobierno”, recordaba la socialista.

Más capacidades para la política

Todas las ponentes argumentaron que las mujeres aportan una serie de cualidades diferentes en política de las que muchos hombres carecen. “Tenemos cualidades diferentes por el hecho de que hemos tenido que hacer un esfuerzo doble para llegar donde hemos llegado. Hemos tenido que demostrar mucho más”, decía Quiroga, que se niega a que la encasillen como “conservadora” por vestir de una determinada manera. “Una vez leí en un semblante político algo que chirriaba y era: ‘Se siente mucho más segura desde sus tacones’ y me pregunto a qué viene eso”, recriminaba.

“Somos más prácticas, de un liderazgo más democrático porque escuchamos más y eso genera un clima de confianza en el equipo. Para las organizaciones es positivo”, decía Mendia que hacía referencia a un artículo en el que leyó que en Islandia varias mujeres han tenido que hacerse cargo de bancos que llegaron a la quiebra. Es decir, “la confianza en tiempos de crisis, ante el desastre, se la entregan a las mujeres y las mujeres somos capaces de sacarlo adelante. Y también encuentras estadísticas que muestran que aquellas empresas en las que hay más mujeres empleadas y en las cúspides tienen un plus de productividad”, aseguraba.

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