Sánchez pide a Rivera e Iglesias que “se levanten el veto” para configurar un Gobierno “regeneracionista”
“Nos votasteis para poner fin al Gobierno de Mariano Rajoy y eso lo vamos a llevar hasta el final”, ha prometido entre aplausos Pedro Sánchez a las bases del PSOE en un mitin celebrado este mediodía en un barrio obrero de Vitoria, Zaramaga, conocido por el tiroteo del 3 de marzo de 1976. Ha sido la primera aparición del líder socialista en la campaña vasca de cara a las autonómicas del 25 de septiembre. Tras el fracaso de la investidura de Rajoy, Sánchez ha insistido en la necesidad de un Gobierno “regeneracionista” para España “con urgencia” y sin necesidad de repetir por tercera vez las elecciones y ha hecho un emplazamiento directo en este sentido a los líderes de Podemos y de Ciudadanos, Pablo Iglesias y Albert Rivera.
“Les pido que se levanten los vetos y empecemos a trabajar para lograr un Gobierno regeneracionista en nuestro país”, ha instado a Iglesias y Rivera, sin especificar qué tipo de pactos aspira a configurar. No obstante, ha criticado duramente a Podemos por bloquear aquella primera investidura de marzo tras el acuerdo PSOE-Ciudadanos y ha dejado caer que la cerrazón de Iglesias puede de nuevo beneficiar al PP, frustrar la alternativa y abocar a nuevos comicios en Navidad.
Sánchez ha revuelto ante quienes le acusan de falta de “responsabilidad” y de ser el causante del bloqueo en España. Ha repetido que él no está instalado en el ‘no’, ya que dice ‘sí’ a luchar contra la corrupción, apuntalar el Estado del bienestar o derogar la reforma laboral.
Este mensaje en clave nacional de Sánchez, que ha sido recibido con gritos de “¡presidente! ¡presidente!” por los militantes socialistas de todos los rincones vascos que han colmado la esquina de la plaza de Llodio de Vitoria donde han instalado el modesto escenario del mitin de hoy, ha eclipsado completamente los compromisos más específicos dirigidos al electorado vasco. Entre ellos, la promesa de que España garantizará con su “solidaridad” las pensiones vascas, que arrastran un déficit anual de más de 2.000 millones.
También la candidata Idoia Mendia había hecho hincapié en ello justo antes del discurso de Sánchez. Ha considerado un “experimento” la propuesta del PNV de que el País Vasco asuma la gestión de la Seguridad Social. “Con un déficit de 2.300 millones en las pensiones proponer experimentos es jugar con nuestros mayores. No lo vamos a permitir. Queremos unas pensiones dignas para todos. Dignas y garantizadas”, ha reivindicado Mendia ante un público en el que los pensionistas tenían una presencia muy importante y en el que muchos de ellos, efectivamente, mostraban preocupación por sus ingresos.
Críticas a la indefinición de Zabala y al PNV
Mendia y Sánchez también han coincidido en criticar la “indefinición” de la aspirante de Elkarrekin Podemos (la coalición de Podemos, IU y Equo), Pilar Zabala. El secretario general socialista ha llegado a decir que es “independentista” aunque ahora en campaña trate de ocultarlo. En esta pugna por el votante de izquierdas no no nacionalista, Sánchez ha apelado a la movilización del electorado tradicional socialista (Mendia ha recordado que es el partido más viejo de Euskadi) para remontar unas encuestas que sitúan al PSE-EE con la mitad de escaños y apenas un 10% de votos.
En cuanto al PNV, ambos oradores han criticado el “conformismo” de un Iñigo Urkullu que, según han dicho, pinta la situación económica de Euskadi mucho mejor de lo que es con 10.000 jóvenes abocados a emigrar o 130.000 personas en situación de pobreza. Según Mendia, Urkullu es un “rentista” de los avances sociales de la etapa de Patxi López y ha vendido que han sido los acuerdos presupuestarios con los socialistas de esta legislatura los que han permitido poner en marcha planes anticrisis o programas sociales como las ayudas para compensar el copago.