Extremadura no tendrá que pagar una multa de 79,6 millones de euros impuesta por la Comisión Europea, al haber ganado una sentencia en el tribunal general comunitario, y conocida este jueves, que establece que el espacio bajo los árboles de la dehesa sí puede recibir ayuda en concepto de pastos ganaderos, y que anula por tanto la resolución en sentido contrario del Ejecutivo de Bruselas.
La consejera de agricultura, Begoña García, ha dado cuenta de esa sentencia que anula la multa de 279 millones de euros impuesta al Reino de España, de los que más de 79 correspondían a Extremadura, el mayor importe del reparto entre 11 comunidades autónomas debido a los 1,7 millones de hectáreas de dehesa afectadas en la región.
El litigio corresponde a las ayudas europeas de las campañas 2009-2013 pero aún no está terminado porque la Comisión Europea puede recurrir.
Para la consejera de Agricultura y si la sentencia se convierte en firme, la importancia no es solo el dinero, “79 millones para Extremadura es un tesoro”, sino que se establece el valor singular de la dehesa ibérica como sistema sostenible de alimentos de calidad y que además combate el cambio climático.
Se pagaron 10
Hubo una sanción anterior, de 20 millones de los cuales la Junta pagó 10, por el mismo tema pero con el inconveniente de que el Gobierno central dejó vencer el plazo sin reclamar. En esta ocasión desde Mérida se pidió al Fondo Europeo de Garantía Agraria en España que lo hiciera ante el tribunal general comunitario, y así procedió la Abogacía del Estado con argumentos en parte suministrados desde Extremadura.
La sentencia señala que no se pueden extrapolar los datos y deficiencias detectados en los bosques del norte de Burgos a la dehesa, por presentarse como realidades completamente diferentes en cuanto a su calificación como pastos, y es por ello que devuelve a la Comisión Europea su decisión, para que vuelva a calcular las correcciones que, en su caso, deban aplicarse, pero ahora tomando en consideración las particularidades de la dehesa y la absoluta improcedencia de aplicar ese desmedido importe de corrección, explica el Ejecutivo regional.
Se reconoce la singularidad de la dehesa, un modelo de desarrollo sostenible y diferente: “La reforma de la PAC debe tenerlo en cuenta”, pide la consejera cara a la nueva política agraria comunitaria.
Con las dehesas “frenamos el deterioro de la capa de ozono, el cambio climático, y además el ganado criado así produce alimentos sanos y de calidad excepcional”.
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