El imaginario colectivo del país en 60 años de viñetas
Un total de 180 dibujos originales y 120 revistas integran la exposición ‘Historietas del tebeo. 1917-1977’, procedente del Museo ABC, que se puede ver en la Fundación Mercedes Calles y Carlos Ballestero de Cáceres y que apela al imaginario colectivo español de varias generaciones.
La exposición permanecerá abierta hasta el próximo 6 de enero, tras la presentación por la directora del espacio museístico, Inmaculada Corcho; y el comisario de la exposición y divulgador de tebeos, Antoni Guiral.
“La ilustración forma parte de la educación visual y sentimental de este país”, defendía Corcho.
La muestra propone un viaje a los tebeos de Pantera Negra, Capitán Trueno, El Coyote, Mortadelo y Filemón, Rosina, la mujer pirata, Pulgarcito, Zipi Zape y El Guerrero del antifaz, entre otros.
Dibujante cacereño
De hecho, la exposición bucea hasta 1910 y se pueden contemplar trabajos del dibujante e ilustrador cacereño especializado en caricaturas Ramón Cilla, uno de los pioneros del viñetismo.
El nombre de la exposición toma como referencia 1917, fecha en la que nació la revista TBO y que dio nombre a las historietas en España, y 1977, cuando apareció la revista Totem, que para Guiral marca el fin de los cuadernos de aventura.
“Estamos ante un medio de comunicación, no es un subproducto”, ha aclarado Guiral, ya que “se vendían cientos de miles de ejemplares y suponían una fuente de formación y documentación para muchos españoles, que no tenían acceso a otros medios como el cine o la televisión”. “Cualquier tebeo, en cualquier país, es siempre un reflejo de la situación socio política”, ha argumentado.
De hecho, la exposición recoge las principales cabeceras que se dedicaron a divulgar la ideología del Movimiento Nacional frente a los ideales republicanos (Flechas y Pelayos, Clarín o Molinete).
En la muestra se pueden contemplar (y en algunos casos, hasta tocar y hojear) otros tebeos que gozaron de menos reconocimiento, pese a su calidad, como la Familia Ulises y El doctor esparadrapo y su ayudante gazapo.
Este último, inédito (solo se publicaron seis páginas), al igual que una serie del popular ilustrador Ibáñez (13, Rue del Percebe). Con un recorrido temático, la muestra arranca con los tebeos de humor, con personajes como Jaimito o Pulgarcito; y continúa con los clasificados de aventuras: Roberto Alcázar y Pedrín o El Jinete Fantasma y Pacho Dinamita.
En definitiva, publicaciones que “forman parte de nuestro patrimonio artístico y también de nuestra cultura sentimental”, ha aseverado el comisario.
Censura
Además, ha resaltado la importancia de contar con originales, puesto que la censura franquista introdujo cambios en la reedición de muchas de estas publicaciones.
Así, se puede “mostrar cómo cómics publicados en los 50, cuando se reeditaban en los años 70 se manipulaban por culpa de una legislación muy restrictiva, sobre todo a partir de 1967”.
Por ejemplo, un cómic de Capitán Trueno de los años 50 en el que alguien moría por una flecha, “en la reedición la flecha desaparecía y la muerte se transformaba en un desmayo”, ha apuntado.
La exposición también cuenta con otra sección en las que hace referencia a las agencias, unas empresas formadas en España por ilustradores e historietistas que aportaban trabajo de autores españoles a Italia, Francia e incluso Estados Unidos. Un reflejo de la potencia de esta industria, que produjo muchos títulos, es que llegó a vender de algunos de ellos 300.000 ejemplares cada semana, según el comisario.
0