La peor campaña de peligro de incendios en 25 años se ha saldado en Extremadura con 10.408 hectáreas arrasadas
La época de peligro alto de incendios forestales de Extremadura, la “peor” de los últimos 25 años según la Junta, se ha cerrado con 10.408 hectáreas arrasadas, la cifra más alta desde 2015, y con 484 incidencias entre conatos e incendios, un 55 por ciento de ellos intencionados.
Ha sido una campaña “muy dura” debido a unas condiciones climatológicas “muy complicadas”, ha afirmado este viernes el director general de Política Forestal, Pedro Muñoz, tras la reunión del comité de dirección del Plan de Lucha contra Incendios Forestales de Extremadura (INFOEX).
En ella se ha hecho balance del periodo de peligro alto, que concluyó el pasado 15 de octubre y cuyo inicio se adelantó este año al 23 de mayo debido a las altas temperaturas y la sequedad del terreno.
Un periodo en el que “Extremadura ha salvado con buena nota la peor campaña de incendios de los últimos 25 años”, ha manifestado el director general, que ha cifrado en 10.408 las hectáreas arrasadas -4.742 de arbolado-, la cifra más elevada desde 2015, cuando se alcanzaron las 12.000, y muy alejada de las 5.200 del ejercicio pasado.
En rueda de prensa, ha precisado que se han registrado 484 incidencias, 223 de ellas incendios y el resto conatos, en una campaña en la que se ha añadido otra complicación, la simultaneidad de incendios en ocho días de julio.
En estas jornadas llegó a haber 24 fuegos activos, entre ellos dos de los tres más importantes, el de Ladrillar, en la comarca de Las Hurdes, y el de Casas de Miravete, en el entorno del Parque Nacional de Monfragüe.
Como muestra de ello, Muñoz ha apuntado que los medios aéreos volaron en esos días 750 horas, cuando la media por campaña se sitúa en mil horas.
Sobre estos dos grandes incendios, ha recordado que el de Ladrillar quemó 3.241 hectáreas y el de Miravete 2.755, mientras que el de la Sierra de Gata -el otro gran incendio de la temporada, que afectó a los municipios de Gata, Santibáñez el Alto, Torre de Don Miguel y Villasbuenas de Gata- arrasó 1.009.
Estas tres áreas, ha recordado, fueron declaradas zonas de actuación urgente (ZAU) por el Gobierno extremeño y desde hace más de un mes se está actuando en ellas, primeramente con el lanzamiento de paja con helicópteros, con el fin de minimizar que las escorrentías arrastren el suelo y la ceniza, y posteriormente con la construcción de barreras.
Respecto a la causa de los incendios, ha precisado que el 55 por ciento fueron intencionados, mayoritariamente debido a prácticas agrícolas y de limpieza de vegetación, pero también a acciones de pirómanos, venganzas y vandalismo.
Un 35 % fueron motivados por negligencias, principalmente por el uso de maquinaria o herramientas mecánicas -aunque también hay otras razones como rotura del tendido eléctrico y algún accidente de tráfico-, y un 5 % fueron provocados por rayos, como el originado en Ladrillar.
Para esclarecer las causas y su autoría, la Guardia Civil han realizado 149 investigaciones durante la época de peligro alto, según ha apuntado el director general, que ha precisado que, en el caso del incendio de Miravete, no hay pruebas de que fuera intencionado.
Además ha recordado que este año, como novedad, el Ejército ha colaborado en agosto y septiembre con vigilancias con efecto disuasorio, que han tenido su efecto y se prevé repetir en otras campañas.
Pedro Muñoz ha valorado además que se han registrado 6.700 declaraciones responsables para la realización de actividades que implican riesgo de incendio, tres mil más que en 2021, lo que es una “buena señal” de que la población está más concienciada.
Asimismo, ha mostrado su gratitud a los efectivos de Andalucía, Castilla y León, Castilla-La Mancha, la Unidad Militar de Emergencias y Portugal que durante julio y agosto colaboraron en labores de extinción en una decena de actuaciones
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