Extremadura es la cuarta región con menos casos de viruela del mono, 22
Extremadura ha contado hasta este viernes 22 personas contagiadas de viruela del mono, de las cuales una ha tenido que ser ingresada aunque sin criterios graves, mientras que en el total nacional los casos ascienden a 4.942 personas, de los que 139 han sido hospitalizados y dos han fallecido.
Extremadura es la cuarta comunidad con menos afectados.
El vicepresidente segundo de la Junta y consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, ha hecho público el número de contagios en la región a través de un mensaje en redes sociales, donde además ha manifestado que “sea o no grave, el estigma no puede, ni debe callar esta enfermedad, hay que atenderla bien”.
Según los datos actualizados por el Ministerio de Sanidad, España se mantiene como el primer país europeo -aglutina casi la mitad de los 11.536 positivos detectados en el continente- y el segundo del mundo -solo superado por Estados Unidos, que rebasa los 7.100- más afectado por esta alerta declarada emergencia de salud pública internacional a finales de julio.
De acuerdo con Sanidad, desde el martes se han notificado 365 nuevos contagios; a partir de 4.436 de casos de los que existe esta información y un 2,8 por ciento han necesitado ingreso hospitalario.
Los fallecidos, mientras tanto, se mantienen en dos hombres jóvenes, uno de la Comunidad Valenciana, otro chico de 31 años de Córdoba.
En todo el mundo se han confirmado nueve muertes, además de las dos de España, tres en Nigeria, dos en la República Centroafricana, una en Ghana y otra en India, aunque la OMS investiga otras defunciones que podrían estar vinculadas a este brote.
Madrid y Cataluña
Por comunidades, Madrid sigue siendo la que acumula mayor número de casos con 1.817, por delante de Cataluña (1.558) y, mucho más alejada, Andalucía (661), Comunidad Valenciana (284); País Vasco (130); Canarias (118) y Baleares (111).
Les siguen Galicia (71); Aragón (47) y Asturias (47); Castilla y León (41); Castilla-La Mancha (36); Murcia (26); Extremadura (22); Cantabria (18); Navarra (12) y La Rioja, con 4.
La inmensa mayoría de los pacientes notificados al Sistema para la Vigilancia en España (Sivies), 4.863 son hombres y 79 son mujeres cuyas edades oscilan entre los 10 meses y los 88 años, manteniéndose la mediana en los 37.
De los que existe información clínica, seis de cada diez tenían exantema anogenital (59,4 %) y algo más de la mitad (55,1 %), fiebre. También presentaron exantema en otras localizaciones (no anogenital ni oral-bucal un 51,8 %) y linfadenopatías (50,7 %).
A estos síntomas les siguieron la astenia (32,8 %); dolor muscular (25,2 %); cefalea (23,5 %); exantema oro-bucal (19,9 %) y dolor de garganta (13,3 %).
Según el informe, a 237 casos se les complicó el cuadro a lo largo de su proceso clínico con otros síntomas, los más frecuentes las úlceras bucales y las infecciones bacterianas secundarias.
Ocho de cada diez contagiados (3.943, el 79,78 %) son hombres que mantienen sexo con hombres (HSH). El mecanismo de transmisión más probable en 2.287 casos de los que se dispone esta información, fue por contacto estrecho en el contexto de una relación sexual en el 80,6 % de las ocasiones y en el 9,1 % por contacto estrecho no sexual.
También hay datos sobre la asistencia a eventos multitudinarios en 3.152 casos; de ellos, 646 acudieron estuvieron en uno en las fechas previas al inicio de síntomas.
7.000 vacunas más
Mientras, España sigue esperando la llegada de 7.000 vacunas más de las 11.400 que adquirió a través de la Hera, la Autoridad Europea de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias, además de otras 200 que compró a un tercer Estado.
La ministra de Sanidad señaló el pasado martes que estarían para finales de esta semana o comienzos de la que viene, si bien ayer matizó que estarán “en las próximas semanas”. Se unirán así a las 5.000 que las comunidades ya han empezado a pinchar a demanda.
El plan de vacunación contra el virus símico contempla la profilaxis preexposición en personas con prácticas de alto riesgo y la posexposición de contactos estrechos de casos confirmados, sobre todo aquellos con alto riesgo de enfermedad grave como son niños, embarazadas e inmunodeprimidos.
También para el personal sanitario y de laboratorio con contacto con positivos que hayan tenido alguna incidencia en el uso de su equipo de protección (EPI).
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