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“Amedrentan a los niños diciéndoles que les va a entrar el diablo en el cuerpo y en casa”

Alguno de los padres y madres de Zas autores de la protesta

David Lombao

“Pertenecemos a la Iglesia y a la fe católica y tenemos suficiente capacidad intelectual y responsabilidad para defender a nuestros hijos”. Es la cautela que lanza un grupo de padres y madres de Zas (A Coruña) antes de exponer el conflicto que mantienen con el responsable de su parroquia a cuenta del giro “extremista” que, aseguran, ha experimentado la doctrina que reciben en la catequesis sus hijos e hijas, hasta el punto de retirarlos de estas reuniones y enseñarles el Catecismo por su cuenta, en un local ajeno a la institución católica. La causa, dicen, está en la llegada a la parroquia de las religiosas de la Fraternidad Reparadora Apostólica, que comenzaron a “adoctrinar” a los pequeños “en la tristeza, en el sufrimiento”, “en la valoración del dolor y de la enfermedad como castigo de Jesús por nuestros pecados” o en la amenaza de que “si no acuden a las reuniones, el diablo va a entrar en su cuerpo y en su casa”.

Estas monjas, explican, cambiaron los materiales de catequesis “de toda la vida” por el libro Ven y sígueme, en el que estas familias observan “claras referencias al Opus Dei”. “Su filosofía -resumen- es que las cosas buenas son cosas de Jesús y las malas suceden porque las merecemos”. Sobre estos principios, relatan, las sesiones con los niños cambiaron de día y en ellas comenzó a haber “control de asistencia”, tanto para la catequesis “como para la misa del domingo”. A partir de ahí empezaron las “presiones para que los niños y catequistas confiesen semanalmente” y la “separación por sexos a partir de los 13 años”.

Tras esa división por género “las niñas se quedan dentro de la iglesia” con las monjas, y “cada día sacan fuera a una de ellas, quedándose la otra hermana dentro, con el grupo”. “Les preguntamos a las niñas de que les hablan en estos encuentros” y ellas “contestan que las advirtieron de que no les contaran nada a sus padres”. Posteriormente, dicen, revelaron que “les dan libros a escondidas, las incitan al ayuno, a sentirse afortunadas por estar enfermas y a ofrecer su dolor a Jesús”.

Las “desconfianzas” iniciales, detallan, se vieron “corroboradas” con acciones como la “creación del Movimiento del Ejército de Jesús”, consistente “en hacer de los niños soldados de Jesús, para lo cual tenían que firmar un compromiso sin conocimiento de los padres para acudir siempre a la llamada” de las monjas “para orar y reunirse”. En torno a este movimiento, destacan, se organizaron “juegos como cruzar la calle con los ojos vendados” o explicaciones “macabras” como mostrar “un vídeo de la realización de un aborto”. “Ante las preguntas de los niños” sobre si “en caso de malformación o violación” se “permite” la interrupción voluntaria del embarazo, dicen, “ellas responden que un alto porcentaje” de las violaciones “no lo son realmente”.

“Ante todo esto y después de forzar tres encuentros con nuestro párroco, Severo Lobato”, los padres y madres obtuvieron “el silencio como respuesta” y resolvieron que impartirían catequesis ellos mismos con la ayuda “de las catequistas que abandonaron la catequesis cuando comenzó la polémica”. Ahora, dicen, desde la archidiócesis de Santiago de Compostela se asegura que los niños no pueden seguir participando de la actividad eclesiástica. Mientras, la polémica trasciende la propia Iglesia e incluso llega a la política, ya que el coordinador de pastoral del arciprestazgo de Soneira, Daniel Turnes, culpa al portavoz del PP en el ayuntamiento de Zas, Pedro Osende, de instigar la polémica. Las familias rechazan que haya motivaciones políticas por detrás de sus protestas y, como respuesta, Osende ha denunciado a Turnes ante la Guarda Civil.

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