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Doafund, la otra manera de detener desahucios

Fedea apuesta por cambiar la ley para eliminar parte de la deuda familiar

Miguel Pardo

Tras el éxito conseguido por la presión social en el caso de Aurelia Rey –la mujer coruñesa de 85 años que aspira ahora a una vivienda social tras la paralización de su desahucio– otro triunfo de la solidaridad contra los intentos de desalojo emerge desde Galicia. Doafund.com, una web que pretende ayudar a pagar las cuotas hipotecarias de personas con dificultades económicas para así evitar que los bancos pongan en marcha el proceso de desahucio, ya tiene su primera victoria.

La solidaridad ciudadana a través del crowdfunding evitó el desalojo de su casa de Miño de la familia Varela. José Ángel, un periodista en paro desde hace tres años, y su padre, dependiente por una enfermedad, veían imposible pagar una nueva cuota de su hipoteca después de que al hijo se le acabara la prestación de 426 euros que cobraba desde hace meses.

“Resulta duro, muy duro, levantarse cada mañana y ver cómo todas las tentativas por encontrar trabajo fracasan una tras otra. A pesar de todo, intento seguir luchando por mí y, sobre todo, por él, que no merece pasar los últimos años de su vida así”, explicaba José Ángel Varela en el perfil de presentación que Doafund incluye en el listado de familias a las que se puede patrocinar. Solicitaban 286 euros que les permitieran pagar la cuota hipotecaria un mes más y conseguir así más tiempo. Consiguieron el dinero en poco tiempo luego de las pequeñas ayudas –de entre 5 y 35 euros– de 27 personas de toda España y evitaron que se pusiera en marcha el proceso de desahucio.

“La presión social en el caso de Aurelia y nuestro caso son dos formas diferentes de solidaridad en dos casos distintos”, explica Fernando Sierra, el gallego promotor de esta exitosa y novedosa iniciativa. “En el caso de la mujer coruñesa se actúa a posteriori porque con la decisión judicial es inevitable el desahucio, pero la protesta y la movilización, así como la concienciación social que se logra, consigue paralizar el desalojo y que se luche por conseguirle otra casa”, explica.

Fernando Sierra ve compatibles las dos fórmulas. “El caso de Aurelia también es solidaridad y nosotros nos identificamos con todas estas luchas porque mañana podemos ser nosotros los afectados”, insiste. “Tenemos que unirnos y buscar nosotros la ayuda porque no podemos esperar nada de las administraciones que deberían preocuparse por estos casos”, añade.

La familia Varela está aliviada y cuenta con un mes más para intentar arreglar su problema. José Ángel Varela está pendiente de dos posibles empleos. Si empieza a trabajar, se paralizará la recaudación. De no conseguirlo, Doafund seguirá promoviendo aportaciones solidarias para ayudar a un padre y un hijo que cumplen las estrictas condiciones que la plataforma web impone a las familias que se unen al proyecto y que se acreditan mediante documentación. Corren el riesgo de perder su primera y única vivienda al no poder hacer frente a las cuotas hipotecarias derivadas de su compra y los ingresos de sus familiares son insuficientes para hacer frente a la cuota y a otros gastos básicos de cualquier hogar medio.

En iguales condiciones se encuentra José Luis Carrera, un hombre de Ávila que acaba de evitar este mismo martes la amenaza del desahucio al conseguir a través de Doafund los 40 euros que le faltaban para completar los 420 que precisaba para pagar las cuotas hipotecarias y después de deber dos pagos. Otra familia de Zamora es ahora un nuevo objetivo solidario. No hay trampa alguna. En el momento en el que se inicia el proceso, Doafund es “altamente transparente” y permite al patrocinador conocer todos los datos, ya sea el momento en el que se realizan los pagos de las cuotas o bien los objetivos que se van consiguiendo gracias a sus aportaciones.

Además, y en cuanto se obtiene la cantidad que se debe al banco, la plataforma efectúa el pago íntegro, ingresando el 100% de las ayudas conseguidas en la entidad bancaria correspondiente, que cede un porcentaje de lo recibido al proyecto, permitiendo así que este sea sostenible.

Ahora, Fernando Sierra hace un llamamiento a las familias en dificultades para que se pongan en contacto con la plataforma. “Necesitamos llenar la web de familias porque las personas en dificultades están cansadas de que les ofrezcan ayudas y que al final no reciban nada”, insiste el promotor de la iniciativa, “encantado” de los resultados iniciales, pero consciente de que la llegada a su proyecto de más ciudadanos necesitados ayudará a asentarlo y a conseguir más aportaciones.

“No nos esperábamos que se consiguieran cubrir las cuotas tan rápidamente; es evidente que cuanto mayor es la crisis, más grande es también la solidaridad de la ciudadanía”, termina Sierra. Ángel Varela, el periodista de Miño que recibió la primera ayuda de Doafund, lo tiene claro en una carta que escribió para agradecer el apoyo popular. “Más que nunca tengo la certeza de que los que sufrimos los golpes de esta crisis feroz no estamos solos. A juzgar por lo que he visto estos días, siempre habrá alguien cerca alumbrándonos el camino, alguien que no necesita preguntarse qué hizo para mejorar las vidas de los demás, porque ya respondió muchas veces a ese interrogante con la ejemplaridad de sus acciones”.

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