¿Hacia la FP dual por la puerta de atrás?
Alternativa Galega de Esquerda denuncia que la Xunta está poniendo en marcha el nuevo modelo de formación profesional dual -en el que buena parte de los procesos formativos se realizan en las empresas y no en los centros de enseñanza- y que lo hace “por la puerta de atrás”, sin un marco normativo gallego y sin tener en cuenta a los órganos consultivos en materia de Educación.
Los diputados Ramón Vázquez y Xabier Ron ponen el énfasis en la firma el pasado 16 de enero del consejero de Educación, Jesús Vázquez, de un convenio de colaboración con el director financiero de la empresa Coremain SL. Vázquez y Ron denuncian que el acuerdo para establecer un proyecto empresarial de FP dual se realizó sin el correspondiente marco normativo gallego, “aplicando directamente el Real Decreto aprobado por el Ministro Wert en Madrid”. Además, la Xunta no convocó a ninguno de los órganos consultivos legalmente establecidos para abordar cualquier cambio en la ordenación del sistema educativo gallego, como el Consejo Gallego de Formación Profesional, el Consejo Escolar de Galicia o la Mesa sectorial de Educación.
AGE también critica que el convenio se firmara con esta empresa sin abrir la posibilidad de que otras optaran a participar. Recuerdan que la Xunta lleva firmados “un montón” de contratos con Coremain SL, siendo por ejemplo la adjudicataria de los ordenadores para el Plan Abalar con un valor de más de 5 millones de euros, entre otros programas y contratos.
Criticas al modelo dual
La reforma de la ley de Educación proyectada por el ministro Wert establece un nuevo modelo de formación profesional basado en el modelo dual alemán. La nueva FP Dual permite hacer prácticas y recibir formación en empresas, simultaneando trabajo y estudios. Los expertos no ven la necesidad de realizar esta reforma y califican de “irreal” la apuesta por ese modelo, por las diferencias en la estructura productiva entre España y esos países y por el buen funcionamiento objetivo de los estudios de formación profesional en el Estado. Por ejemplo, el ex director general de FP, Miguel Soler, considera que en la práctica “sólo servirá para cubrir puestos de trabajo que requieren una mayor cualificación con estudiantes a cambio de sueldos que no llegarán al salario mínimo”, ya que la mayoría de las pymes no tienen capacidad para destinar personal a la formación del alumnado.
De igual manera, Alternativa Galega de Esquerda denuncia que “este enfoque formativo del PP pretende incorporar al mercado laboral a jóvenes desde los 16 años y especular con esta mano de obra barata con el pretexto de mejorar la oferta formativa, aprovechan la desregulación del mercado laboral con el que se permitirá el libre despido de trabajadores con antigüedad para contratar a aprendices en precario y con salarios miserables”. Y añaden que “con el establecimiento de los llamados minijobs, el PP pretende además un doble objetivo: disfrazar las cifras del fracaso y abandono escolar y maquillar las cifras del paro, y todo con más precariedad y menor calidad de enseñanza”.
Galicia no es Alemania
Antonio Rial, profesor de Ciencias de la Educación en la USC, cree que “la formación profesional no necesita ningún cambio hoy por hoy. A lo mejor se pueden hacer algunas modificaciones en los ciclos medios, pero los ciclos superiores funcionan muy bien, sobre todo gracias a un profesorado de primer nivel y muy comprometido con la formación”. En concreto, Rial afirma que la implantación del modelo alemán “no sería posible”, porque “Alemania tiene un sistema dual en el que las grandes empresas son las protagonistas, y funciona porque estas empresas tienen aulas-talleres, por lo que el sistema no es muy distinto al que tenemos aquí, y sólo en el último año los alumnos se insertan en el proceso de producción real. Aquí la situación es muy distinta; las empresas no forman a sus propios activos. Y en cualquiera caso las prácticas en empresas en España han mejorado mucho, por eso no veo necesarias las reformas”.
Concha Fernández, profesora de Formación Profesional Específica de Servicios Socioculturales y a la Comunidad, afirma que “el modelo alemán sirve para un modelo productivo y de servicios como el alemán. ¿Pero en Galicia qué persona entra en una empresa y dentro de ella continúa su formación? Sería una reforma irreal, que pondría en manos de las empresas a personas con una calificación mínima. En Alemania alguien entra en Siemens en un nivel básico y va progresando; en Galicia el 95% de las empresas tienen menos de siete trabajadores”.
Los diputados de AGE señalan también las diferencias entre los contextos industrial, empresarial, laboral, económico y social de Galicia y Alemania. Ramón Vázquez y Xabier Ron destacaron la inversión de 30 billones de euros por parte del gobierno alemán para el desarrollo de la formación profesional, la participación de 500.000 empresas alemanas que participan ofreciendo más de 350 carreras profesionales, y los 320.000 instructores que trabajan como formadores en las empresas, y todo en un contexto donde la tasa de paro se sitúa en el 7,3 por ciento y el salario medio en los 1.993 euros. Por el contrario, en Galicia el 95 por ciento de las empresas son de pequeño tamaño y sólo el 0,67 por ciento tienen 50 o más empleados.
