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Mujeres en huelga de hambre por una “protección real” para las víctimas de la violencia de género

Pancarta en la sede de Ve-la luz

Miguel Pardo

“Me llamo número seis. En el juzgado me encontré indefensa, sin abogado. Pedí una medida cautelar que no me concedieron y ahora estoy en varios procesos judiciales, en un laberinto, y totalmente indefensa, al igual que mi hijo. Le pido a la Justicia que nos deje ser libres, que nos separe de este círculo de violencia”. “Me llamo número cuatro. Tuve una mala experiencia con la policía, que me dijo que si no estaba segura de la denuncia, volviera después. No me hicieron caso, volví al día siguiente y la denuncia no llegó a los juzgados hasta diez días más tarde. No me sentí protegida y tengo dos niñas que están secuestradas por su padre, que las llevó al Reino Unido. La Justicia no actuó y yo quiero que protejan a mis niñas y que las separen del maltratador”.

Son solo dos duros testimonios de los catorce que la asociación Ve-la luz (Ver la luz) acaba de colgar a través de un vídeo en internet. Lo han hecho para explicar y denunciar la situación que ha llevado a diez de ellas a comenzar una huelga de hambre desde la madrugada del pasado martes y con la que reclaman “un sistema de protección real de las mujeres y niños víctimas de la violencia de género” que “no fomente el empobrecimiento de la mujer, su sumisión ni la continuación del maltrato”.

Están “cansadas, agotadas y débiles” porque a su huelga de hambre se une la violencia sufrida por las mujeres y cada uno de los problemas derivados de ella. “El no comer se junta a todo lo que llevamos aguantando”, explica Gloria Vázquez, presidenta de esta organización contra la violencia de género en A Coruña y una de las que acumula más de un día sin comer en el local que la asociación tiene al lado de la Audiencia Provincial. La huelga “es indefinida” y tienen previsto continuar con la iniciativa hasta que les ofrezcan “medidas reales de protección” que acaben con el sufrimiento, las dificultades y las injusticias que denuncian ante la cámara. Con una careta que les cubre el rostro, un velo que esconde su cabello e identificándose a través de un número o una letra. “Me llamo X”.

“La huelga de hambre es indefinida, hasta que se nos ofrezcan medidas de protección eficientes. Queremos que se proteja a los niños, que se suspendan las visitas al padre maltratador cuando hay indicio de violencia y que, tras sentencia firme, se les retire la patria potestad”, explica Gloria Vázquez. “Que las víctimas tengan oportunidades de tener otro tipo de vida”, insiste.

Protestan por la situación de muchas mujeres que, además de sufrir el maltrato, tienen que soportar también la dejadez de la policía o de la Justicia, sentencias que consideran injustas, el alejamiento de sus hijos o el acoso de los mismos que las han maltratado. Los relatos del vídeo elaborado por estas víctimas horrorizan. “Cambió la cerradura de la puerta y sigo sin poder acceder a la vivienda. Sufrí puñetazos y amenazas y solicité una orden de alejamiento que no me concedieron. La policía no me facilitó ni abogado ni nada y no me sentí protegida ni a nivel económico ni judicial. Mi expediente fue archivado y el maltratador solicitó la custodia compartida y la tiene. Cada vez que los niños van con él vuelven desquicidados y contra mí. Quiero una protección para mis hijos. No quiero que sufran lo mismo que he sufrido yo”. Este es otro de los testimonios.

“Queremos una justicia justa”

Ve-la luz y las mujeres que continúan la huelga de hambre denuncian que muchas veces parece que “se justifica la violencia” de género y recuerda que casi el 60% de las denuncias son sobreseídas. Hay casos, como también se ve en el vídeo y como destacan, en los que la víctima acaba siendo acusada (e incluso condenada) por maltrato, mientras el violento “queda impune”. La situación de los hijos es, además, otra de las principales reivindicaciones de un colectivo que ve cómo, en muchas ocasiones, los niños acaban conviviendo con el padre denunciado por pegar a su madre. Obligados, retenidos o porque se les ha concedido la custodia.

Así, reclaman una “justicia justa” y que se acelere la salida de estas mujeres del laberinto judicial en el que muchas veces acaban encerradas. “El sistema y los problemas se perpetúan. Hay casos de mujeres que tienen hasta 32 juicios pendientes por incumplimiento de las medidas adoptadas”, recuerda Gloria Vázquez, que recuerda que la huelga de hambre también denuncia los recortes sufridos en las ayudas públicas a las maltratadas y la grave situación en la que muchas quedan.

“Una víctima suele cobrar 426 euros, pero tienen que dejar sus casas y asumir un alquiler”, insiste, tras reclamar que se reactive el salario de la libertad, “que lleva desde junio sin pagarse”, así como que se recupere el sistema de atención psicológica a las víctimas, que ahora abarca solo a las mujeres que tienen una orden de alejamiento. “Actualmente solo reciben apoyo un 17% de las mujeres que lo solicitan”, resume Gloria Vázquez, que está segura de que “con los recortes, y ya con los nuevos datos, comprobaremos cómo la situación es aún peor”.

“Mujeres valientes que luchan por su libertad y la de sus hijos. Que nada ni nadie te silencie. El silencio te hace cómplice”, puede leerse en el final del vídeo del colectivo. A pesar de la gravedad de la situación, desde Ve-la luz no confían en que representantes de la Administración se pongan en contacto con ellas para abordar sus reivindicaciones. “No tenemos confianza ni esperanza en que eso ocurra. Aun no ha venido ningún cargo ni creemos que venga”, dice. Sí se han pasado por su sede para apoyarlas las concejales socialistas de A Coruña Gloria del Valle y Mar Barcón; César Santiso, de IU; María Xosé Bravo, del BNG, acompañada por otros miembros de la formación como Carme Adán o Goretti Sanmartín; Vitoria Louro, de Acción Feminista; Marisa Fernández, de Mundo sin Guerra y Violencia; o Ricardo Saavedra, de Espazo Ecosocialista.

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