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El Parlamento de Galicia ya ha rebajado casi un 20% su presupuesto sin tocar los escaños

La presidenta del Parlamento de Galicia, con Feijóo

David Lombao

En sus tiempos como adjunto a la portavocía del PP en el Parlamento de Galicia, a finales de 2005, Alberto Núñez Feijóo le reprochaba al entonces conselleiro de la Presidencia, José Luis Méndez Romeu, que “dejara caer en una comparecencia” la intención del Gobierno de cambiar la ley electoral para reducir la sobrerrepresentación de Lugo y Ourense. Siete años después de aquellas protestas, Feijóo aprovechaba una entrevista en la prensa para anunciar, en su condición de presidente del Ejecutivo, que se disponía a reducir el número de escaños del legislativo al mínimo legal en aras de la austeridad. Desde ese momento, los argumentos del PP sobre el particular han ido variando desde el ahorro al pago de guarderías, pasando por el “simbolismo” o el no sometimiento “a las minorías”. Con todo, a la hora de presentar formalmente la proposición, los conservadores retomaron los argumentos económicos obviando, no obstante, que el Parlamento ya viene reduciendo su presupuesto año tras año.

Aunque alude al “avance en el ejemplarizante esfuerzo de contención e incremento de la eficiencia del gasto público”, la iniciativa del PP no contiene una sola cifra económica. Esos números son fáciles de encontrar en los sucesivos Presupuestos Generales, en los que es posible comprobar que la Cámara maneja en este 2014 un 16,80% menos de fondos que en 2009, año de la victoria electoral popular. Entonces, con el último presupuesto elaborado por el bipartito, la institución parlamentaria gestionaba 19,6 millones de euros, que en 2010 pasaron a 18,5 y que han seguido cayendo sostenidamente a lo largo de los años hasta llegar a los actuales 16,3 millones.

Además de la reducción presupuestaria, la propia Presidencia de la Cámara admite que en la pasada legislatura acumuló un ahorro de casi 7 millones de euros, 2 millones más de lo que se dejaría de gastar con la reducción de 14 escaños. Según el gabinete de Pilar Rojo, la “política de racionalización de gasto se ha traducido en la implantación de medidas de ajuste en prácticamente todos los ámbitos, excepto en los de tecnologías de la información” a causa de la “obsolescencia de la mayor parte de los equipos”. Ello ha dado lugar al mencionado ahorro e incluso a la acumulación de remanentes de tesorería por importe de 5,7 millones de euros, que ya le fueron devueltos a la Xunta por acuerdo de la Mesa de la Cámara.

Las partidas para salarios caen por debajo de la media

Un análisis detallado de estas cuentas permite observar que la práctica totalidad de las partidas presupuestarias del Parlamento han sido recortadas en este período, aunque no todas con la misma intensidad. Así, se sitúa por encima del descenso global de casi un 20% el tijeretazo a la partida de personal de gabinete, que ha caído más de un 30% hasta quedar en poco más de 450.000 euros en 2014. También ha caído notablemente la partida de gastos diversos, que incluye conceptos como atenciones protocolarias o publicidad y propaganda, que aunque fue incrementada levemente en 2012 y 2013, acumula una caída del 66,30% desde 2009, con una dotación para este año de 268.000 euros.

Lejos de estas notables reducciones está, precisamente, la partida en la que el PP ponen el acento para recortar escaños: los salarios. Aunque los sueldos de los diputados y diputadas han sufrido varias rebajas en los últimos años –esencialmente, cada vez que se han tocado las remuneraciones del personal funcionario–, lo cierto es que las grandes partidas para sufragarlos apenas han sufrido una caída del 7% desde 2009. Así, las aportaciones para “remuneraciones básicas” han pasado de 2,2 millones en 2009 a 2,07 en 2014 y las que financian las ayudas de coste –las que, a pesar de la última reforma, dejan libre de impuestos hasta el 22% del salario– han pasado de 2,4 millones a 2,2 millones.

En este contexto, los tres grupos de la oposición se han mostrado dispuestos en múltiples ocasiones a mermar, precisamente, las partidas salariales, aplicando “medidas de ahorro real” que incluso permitan conservar los 75 diputados pero gastando en sueldos la cantidad equivalente a un Parlamento de 61 miembros. Pero el PP insiste en que para “contener” el gasto público y hacerlo más “eficiente” es indispensable restar diputados y diputadas y por eso se dispone a hacerlo en solitario, aunque esto implique contradecir lo que reclamaba desde la oposición.

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