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Parto de urgencia en Verín tras el cierre del paritorio decidido por la Xunta

Protesta contra el cierre del paritorio en Verín

Miguel Pardo

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Desde el pasado 1 de diciembre, el Hospital Comarcal de Verín se quedó de golpe sin la atención a los partos y el servicio de urgencias pediátricas por decisión de la Xunta de Galicia. La polémica decisión del Servizo Galego de Saúde (Sergas), que alude a la falta de “pericia” de los profesionales por el bajo número de nacimientos y al apoyo de los trabajadores del Complejo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), levantó al personal y a la ciudadanía. Continúan con las movilizaciones mientras advierten de que el problema real se debe a la “mala gestión” de la Xunta, la falta de pediatras y la negativa de los profesionales a acudir a su centro por la falta de incentivos y la necesidad de mantener un número suficiente de partos en el CHUO.

Ahí es a donde, desde que empezó este mes, deben ser trasladadas las madres de la comarca de Monterrei que den la luz. Un mínimo de una hora por carretera, condiciones que son rechazadas por profesionales, ciudadanía y numerosas entidades sociales y por la sanidad pública. Desde el hospital de Verín, personal de Obstetricia y Ginecología lleva tiempo advirtiendo del riesgo, no sólo de la decisión sino de la inmediatez de esta y de la falta de pautas a seguir desde el Sergas en el caso de una complicación. Se preguntaban qué ocurriría si una mujer llegara con un parto avanzado al centro hospitalario en las circunstancias actuales. Y así ha ocurrido.

Una mujer acudió en la madrugada de este jueves al hospital verinense con un parto muy avanzado y a término. Javier Castrillo, jefe de Obstetricia y Ginecología del centro y en ese momento de guardia, decidió no cumplir con los protocolos ordenados por el Sergas de trasladar cualquier mujer a Ourense para dar a luz tras el cierre del paritorio. Consideró inviable esa posibilidad ante el alto riesgo de que el parto se produjese en la ambulancia camino del CHUO, tal y como ha confirmado este diario.

El parto, sin complicación alguna, se produjo cerca ya de las 6 de la mañana y el pequeño, atendiendo a las órdenes del Sergas, acabó por ser trasladado al CHUO de inmediato --y sin la compañía de su madre en las primeras horas-- ante el cierre del paritorio y la ausencia de un servicio de urgencias pediátricas. Una pediatra llegada desde Ourense decidió enviarlo al complejo hospitalario de la capital pocos minutos después de nacer, aunque el ginecólogo de guardia asegura que “non era necesario a priori”.

Antes, el doctor Castrillo había solicitado la presencia de ese pediatra que viniese desde Ourense a atender el menor, pero desde el CHUO, según denuncia, accedieron en un principio para después poner dudas sobre la conveniencia. Le advirtieron al ginecólogo, tal y como relata, de su “responsabilidad” por haber atendido un parto en un hospital que carece ahora de ese especialista pediátrico que reclamaba y que en muchas otras ocasiones se había trasladado desde la capital.

Después de varias gestiones y de más de media hora de debate, el gerente del hospital intervino para lograr que el pediatra llegara a Verín por fin. Ante esta situación, Javier Castrillo puso en conocimiento del juez de guardia lo ocurrido para “salvaguardar” su responsabilidad ante una situación que lo podía comprometer “legalmente”, tal y como ha explicado este jueves en declaraciones a los medios.

Según dice, el magistrado determinó que lo principal era velar por la “mayor seguridad, bienestar y la vida” tanto de la madre como del niño. Desde Ourense acabaron mandando un pediatra tras las reticencias iniciales y después de que este médico especialista decidiese no trasladar a la mujer para evitar así que diese a luz en la ambulancia y pudiese sufrir algún riesgo innecesario.

“El traslado a Ourense está contraindicado, todas las guías y recomendaciones contraindican hacerlo si hay una probabilidad razonable de que se produzca un parto en el camino porque, en ese caso, hay complicaciones que no se pueden remediar”, advierte Castrillo.

Con todo, el niño fue separado de su madre pocos minutos después de nacer, evitando el “piel con piel” recomendado durante las primeras horas de vida. La madre volvió a juntarse con su recién nacido casi cuatro horas después del parto tras ser trasladada ella también a Ourense.

Otras fuentes del personal del hospital de Verín denuncian la decisión de la pediatra, que califican de “violencia obstétrica” y que podría tener “consecuencias para el pequeño en un futuro”, además de “haber incumplido cualquier guía o recomendación sobre el parto”.

Además, profesionales del mismo centro estudian ya poner en conocimiento esta actuación del Comité de Ética o incluso acudir a la vía judicial ante una situación “que no se puede consentir”.

Contactado por este diario, el Sergas asegura que “no hubo negativa” a que un pediatra se desplazase a Verín y que, por tanto, “no hubo intervención judicial” que tuviese relación con ese hecho. Aún así, reconocen que el bebé fue separado de la madre y que fue trasladado pocos minutos después de nacer a Ourense.

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