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La Xunta inyectó 15 millones de euros en los medios de comunicación durante 2010

Marcos Pérez Pena

Santiago —

Una noticia irritó especialmente a la cúpula del PP en la primera semana de la presente campaña electoral. La salida a la luz pública del informe que el Consello de Contas prepara para analizar las finanzas públicas del año 2010 -el organismo realiza esta evaluación anualmente- en el que se detecta el “desplazamiento” de más de 400 millones de euros en facturas para el ejercicio del año 2011 provocó airadas reacciones en el seno del Gobierno gallego y del partido que lo sustenta. Además de esa supuesta ingeniería contable el informe del organismo fiscalizador, instruido por el que había sido conselleiro de Economía de Manuel Fraga, José Antonio Orza, y a cuyo contenido tuvo acceso Praza Pública, permite observar también la manera de proceder del gabinete de Alberto Núñez Feijóo en uno de los aspectos más controvertidos de la gestión de los sucesivos Ejecutivos gallegos: las ayudas a los medios de comunicación. Y un vistazo a los cuadros económicos da lugar a una suma fácil: en 2010 la Xunta inyectó 15,2 millones de euros públicos en empresas privadas de comunicación.

Cuando retornaron a la Xunta los conservadores lo hicieron con un programa electoral en el que se comprometían a desterrar las prácticas opacas sobre la prensa. Así, prometían que la “política de ayudas a los medios de comunicación” pasaría a tener un “soporte legal, como sucede en la mayoría de los países europeos” y las subvenciones y demás aportaciones económicas disfrutarían siempre de “transparencia”. Pero la legislatura pasó y ese soporte legal no llegó, como tampoco lo hizo la prometidísima Ley de Publicidad Institucional. Por este motivo el informe del Consello de Contas parece ser la única vía para comprobar lo reparto de dinero entre los medios y las vías por las que se hace.

De esos 15,2 millones de euros sólo el 11,2%, es decir, 1,7 millones se asignaron “mediante convocatoria pública en régimen de concurrencia competitiva” (Capítulo IV). El resto se hicieron en procedimientos escasamente transparentes y a los que el común de la ciudadanía no puede acceder. Así, 2,3 millones corresponden a “suscripciones, suministro de ejemplares e inserciones publicitarias” (Capítulo II). En este capítulo destaca la aportación realizada por la Xunta a La Voz de Galicia, que supera los 1,3 millones de euros, y supone más de la mitad del total. El segundo periódico que más recibe en esta categoría es El Correo Gallego, con poco más de cien mil euros. 55.885 euros derivan de “subvenciones de capital” (Capítulo VII) y el grueso del gasto, 9,65 millones (Capítulo VI), son gastos “derivados de convenios de colaboración con distintas consellerías”, esto es, de la compra de espacios informativos por parte del Gobierno, que inserta mensajes propios presentadas como noticias, y también de la contratación de anuncios publicitarios.

¿Y, quien recibe este dinero? Las inyecciones monetarias de la Xunta fueron a parar 23 empresas de comunicación, si bien algunas de ellas pertenecen a los mismos grupos empresariales. El registro de aportaciones económicas está encabezado por La Voz de Galicia S.A., que recibió 3,5 millones de euros, la mayoría por suscripciones y convenios. Para hallar la cantidad total que recibe la empresa con sede en Sabón hace falta sumar el dinero recibido por su división de internet, Canal Voz (277.839 euros) y por la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre (243.120 euros). La suma llega, de este modo, a los 4 millones de euros. A este montante hay que añadirle, además, lo que recibió no en su calidad de medio de comunicación, sino como “empresa privada”, 655.628 que dan lugar al resultado de 4,6 millones de euros en un sólo año.

No es La Voz la única cabecera a la que la Xunta le entregó fondos públicos a través de las diferentes empresas del grupo o por vías diferentes: la de “medios de comunicación” y la de “empresas privadas”. Así, por ejemplo, Faro de Vigo ingresó 1,15 millones como medio y 233.519 euros más como empresa, y la Editorial Compostela -editora de El Correo Gallego- recibió 1,6 millones en su empresa matriz por ser un medio, 205.585 a través de su filial Código Televisión y 276.121 euros más como “empresa privada”. El Grupo El Progreso recibió algo más de 2 millones, bien directamente o por la actividad informativa de Diario de Pontevedra, la Axencia Galega de Noticias o De Luns a Venres. Y La Región algo más de millón y medio a través de la cabecera ourensana y del Atlántico Diario. En la lista, que sólo recoge los medios que recibieron más de cien mil euros, llama la atención la completa ausencia de algunas cabeceras como El País o el Xornal de Galicia.

El reparto del último año del bipartito

Pero, ¿son inéditas estas prácticas o exclusivas del Gobierno del PP? En sentido estricto, no. Un vistazo al informe del Consello de Contas correspondiente al año 2008, el último completo del mandato del bipartito, muestra que el Ejecutivo de PSdeG y BNG también distribuía cantidades nada despreciables entre los medios. Entonces los fondos repartidos llegaron a los 25 millones de euros entre 38 empresas de comunicación, de los que el 11,6% se repartieron por la vía de las subvenciones públicas y, el resto, por los dichos procedimientos opacos (suscripciones, convenios y publicidad).

A la hora de comparar con el año 2010 uno de los primeros datos que coinciden son los nombres de las principales receptoras de ayudas y las cuantías de estas. Así, como en 2010, en 2008 también encabezaba el registro La Voz de Galicia, S.A., que a través de sus filiales y por todos los dichos conceptos llegó a ingresar 6,9 millones de euros públicos en un sólo año. Toda vez que entonces esta empresa se encargaba también de imprimir el Diario Oficial de Galicia (DOG) por un importe de 1,9 millones de euros al año cabe concluir que las ayudas fueron de unos 5 millones de euros. En 2010, con 15 empresas menos en el reparto, sólo recibió 400.000 euros menos, case la tercera parte del total.

La suspensión del contrato de impresión del DOG que antes correspondía a La Voz de Galicia (en abril de 2011 dejó de imprimirse) se vio compensado por el incremento del capítulo de “suscripciones, suministro de ejemplares e inserciones publicitarias” para el periódico coruñés, que pasó de 131 mil euros en 2008 a los 1,3 millones de 2010.

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