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“Los ayuntamientos ya estamos intervenidos; con la reforma local, lo estaremos aún más”

Monforte

Miguel Pardo

La oposición a la reforma de la administración local tiene en pié de guerra a los alcaldes gallegos. También a la Fegamp, que mostró la pasada semana su rechazo frontal a un proyecto que acumula críticas como pocos. Los regidores insisten en que los municipios de menos de 20.000 habitantes quedarán prácticamente sin competencias por culpa de un proceso que califican de “recentralizador, privatizador y de pérdida de autonomía local”.

José Luis Raposo, alcalde de Pedrafita del PSdeG y uno de los más críticos, ve en el proyecto el intento de acabar con el rural, tal y como manifestó a Praza, que lleva a cabo una serie de entrevistas con diferentes regidores que explican su posición ante las intenciones del Ejecutivo y las repercusiones que estas tendrían para su ayuntamiento. Severino Rodríguez, alcalde de Monforte por el BNG, detalla las consecuencias y asegura que “los ayuntamientos de menos de 20.000 habitantes quedarán convertidos en oficinas administrativas, casi sin competencia alguna”.

El caso es que la reforma local pretende reducir el gasto público en los ayuntamientos del Estado y ahorrar unos 7.000 millones de euros, además de no duplicar servicios. “En la realidad, es todo mentira”, aclara Rodríguez, que señala el propio informe económico que acompaña el proyecto de ley para revelar la verdadera intención del Gobierno central. Es allí donde se aclara que la reducción en las retribuciones de los cargos públicos o la posible eliminación de municipios supondría un 3% del ahorro pretendido, frente al 97% que supondría la supresión de servicios. “Porque ese es el objetivo fundamental, un paso más dentro de ese programa de estabilidad que exige la UE a España y que el Gobierno está aplicando; primero fueron la sanidad, la educación o los servicios sociales, y ahora le toca a la administración local”, advierte.

“La reforma local limita las competencias de los ayuntamientos y convierte a las diputaciones en las administraciones encargadas de muchos servicios para fortalecerlas y aniquilar los municipios; impide que se suplan las carencias de servicios que prestan otras administaciones y, de paso, elimina puestos de trabajo”, vuelve a alertar el regidor monfortino del BNG, que insiste en la falacia que supone el argumento de la duplicidad de servicios. “Preguntémosle a cualquier ciudadano qué servicio recibe dos veces por parte de dos administraciones; no lo dirán porque no lo hay; eso de la duplicidad es mentira”, cuenta.

La clave de la reforma está en ese “coste efectivo” de los servicios sobre el que el Gobierno central pretende ejercer un estricto control. Si el coste efectivo de un servicio que no es competencia del Ayuntamiento y que es prestado por este es superior al que puede ofrecer otra administración, se suprime este servicio. En el caso de una competencia del Ayuntamiento, si el coste efectivo del servicio es superior, será asumido por la Diputación si el municipio tiene menos de 20.000 habitantes y pasa a depender de la administración “más ineficiente y caciquil que hay”. “Estos ayuntamientos se quedan convertidos en oficinas administrativas”, insiste Severino Rodríguez, que se pregunta “si es prioritaria la calidad y eficiencia del servicio o su precio”.

Pero la situación se agrava más por el tope de gasto al que ya están sometidos los ayuntamientos y sobre el que el control aumentaría aún más con la reforma local. En la actualidad, tal y como explica el alcalde del BNG, todo ingreso que supere ese techo de gasto se tiene que dedicar a rebajar la deuda con los bancos, por lo que no se puede solicitar ningún crédito ni superar esa barrera. “Todo, aunque se tenga un período pactado con los bancos para el pago y aunque no haya problema alguno de tesorería”, explica.

“Lo que se hace con esta medida es abrir el camino a la privatización de los servicios de manera encubierta porque las empresas sí van a tener la capacidad de pedir préstamos, lo que se une a la posibilidad de que ese servicio acabe en otra administración si superamos ese costo efectivo”, dice Severino Rodríguez, que lamenta que al final “el problema es la pérdida de calidad de esteos servicios y las consecuencias que eso tendrá para los ciudadanos”. En Monforte peligran la ayuda en el hogar, las ayudas a los emigrantes, el servicio de guardería, el apoyo a mujeres maltratadas, la gestión de las instalaciones deportivas y hasta el del cementerio. Todos los servicios prestados exclusivamente por el Ayuntamiento y por gente “que conoce a los vecinos por su nombre y que están próximos a sus problemas”.

“Los ayuntamientos estamos intervenidos. Ningún municipio tiene capacidad para maniobrar aunque tenga una tesorería potente. Con la reforma se acentúa esta intervención porque habría un control mayor y aparece la figura de los interventores que dependen del Gobierno central y juegan un papel de otra oposición”, insiste Rodríguez. “Lo que hizo Bruselas con España lo está haciendo España con los ayuntamientos y las autonomías; estamos intervenidos y controlados igual que la troika controla el Estado”, resume.

Además, el regidor monfortino recuerda que en la reforma “nada se habla de la financiación” de los ayuntamientos, que siguen sin tener una capacidad económica suficiente, en parte por la existencia de administraciones intermedias como las diputaciones. Y ponen un ejemplo: “El Ayuntamiento de Monforte tiene 11 millones de presupuesto; si la Diputación de Lugo desapareciera y se repartiera el dinero que corresponde la cada municipio, a Monforte le tocarían 5,5 millones de euros por su población... Imaginemos lo que se podría hacer con ese dinero”.

“Si quieren mantener las diputaciones, que busquen un camino intermedio y que se centren en ayudar a esos pequeños ayuntamientos que precisan apoyo, pero que dejen trabajar a los que se valen por sí mismos”, reivindica Rodríguez, que apuesta por “eliminar las diputaciones y el Senado si de verdad se quiere ahorrar”. “El Ayuntamiento de Monforte no precisa de la diputación para nada, pero sí que nos den el dinero que nos corresponde”, insiste.

El alcalde del BNG celebra que la Fegamp adoptara las reivindicaciones de las mayorías de los alcaldes y aprobara el “rechazo frontal” a la reforma local y el intento de enmendarla. No obstante, Severino Rodríguez pide a la Xunta “que se manifieste” porque la “recentralización” que supone el proyecto del Gobierno afecta también una administración autonómica que “pierde competencias”.

“Todos los ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes tendrán graves problemas porque no pueden competir a nivel económico y ya están en una situación de intervención total. Aquí se hizo una norma para todos, independientemente de si se gestiona bien o mal; si tienes superávit, ¿por qué no vas a poder gastar más?”, concluye.

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