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Galicia en campaña: La izquierda apela al “cambio posible” y el PP, a no relajarse

Alberto Núñez Feijóo, Xoaquín Fernández Leiceaga, Luís Villares y Ana Pontón

David Lombao

En campaña por quinta vez en dos años, pero por primera en cuatro, como corresponde, para renovar el Parlamento de Galicia. Las fuerzas políticas gallegas piden desde esta medianoche el voto hacia unas elecciones del 25S cuyo inicio de campaña viene marcado, como de costumbre, por el sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). A pesar de los errores demoscópicos de las últimas generales y aunque hace cuatro años el propio CIS no acertase con el número de escaños que tuvo ninguno de los grupos, el hecho de que este estudio dibuje un PP con la mayoría absoluta intacta mientras el resto de fuerzas se limitan a redistribuir sus espacios ha condicionado los mensajes desde ambas bandas. Por la izquierda se apela a la ilusión en un cambio posible. Por la derecha, a no caer en una relajación que pueda derivar en un susto.

“No me creo nada”, escribía poco después de conocer la encuesta del CIS un relevante dirigente del PPdeG. Si algún temor existe en las filas conservadoras es que los 41 asientos que les otorga el sondeo lleve a pensar en su electorado que el objetivo está hecho. De ahí que, poco después, desde el partido se haya agitado el temor a una “alternativa liderada por Podemos” -en referencia a En Marea- y no se pierda de vista factores como que el 25S ya estará en marcha la vendimia, de ahí que el partido en Ourense esté instando a los profesionales del sector a votar por correo. El mensaje oficial ha sido verbalizada por Alberto Núñez Feijóo desde el atril del Consello da Xunta: “La tercera mayoría absoluta consecutiva es un sueño, pero los sueños, sueños son. Seguimos soñando pero las encuestas, encuestas son”, dijo, antes de instar a los suyos a “trabajar y no dar un balón por perdido”.

“La decisión que salga de las urnas afectará a la próxima década en Galicia”, advierte el aspirante a la reelección por el PP mientras en su entorno la maquinaria electoral dirige buena parte de las miradas hacia el candidato de En Marea, el ex magistrado Luís Villares, a quien vienen acusando de “insultar” a Feijóo mientras reiteran que carece de propuesta alguna para el país. Villares, precisamente, replica al paisaje dibujado por los conservadores afirmando que, “lamentablemente para el PP, los problemas de Galicia no se arreglan con encuestas”. Durante la precampaña, afirma, En Marea está percibiendo una “gran pulsión de cambio social y político” y “esa es nuestra fuerza para tener el mejor gobierno posible”.

Al “cambio posible” apela también el candidato del PSdeG. Después de que el CIS haya situado a los socialistas en un empate técnico con En Marea Xoaquín Fernández Leiceaga cree que sería un error dar por hecho que la foto del 25S será la que refleja la “construcción” del sondeo, realizada sobre un momento muy determinado. “Más allá de las estimaciones de voto, la competición está abierta” y está, a su juicio, claro que “es posible el cambio en Galicia, que hay una demanda de cambio que se va a expresar el día 25”, sobre todo si “somos capaces de convencer al elevado porcentaje de indecisos”. En ese caso, augura, “vamos a tener la oportunidad de construir una política con el liderado del PSdeG”.

Frente a las encuestas que “se utilizan para incidir en el voto” la cabeza de cartel del BNG, Ana Pontón, esgrime el “optimismo e ilusión” que, asegura, ha venido percibiendo en la precampaña. “Lo más devaluado” en el actual panorama político “son las encuestas”, que en las últimas convocatorias “no acertaron ni una” y por eso “la única que vale” es la que salga de las urnas. En el Bloque, asegura la nacionalista, existe confianza en ser “fundamentales” para “que haya un cambio político real en Galicia” y “abrir un tiempo nuevo”.

Mientras la izquierda búsqueda una autotransfusión de alientos y fía el futuro a una campaña que finalice en sorpresa -ya sucedió, recuerdan, en 2009 con beneficio para el PP, o en 2012 con AGE como fuerza al alza-, en la derecha se intenta no dejar margen alguna por cubrir. “La única seguridad de un gobierno estable son los 38 escaños”, esto es, la absoluta, reitera Feijóo, más allá de dar por hecho que si Ciudadanos lograra entrar en el Parlamento, lo apoyaría tal y como ofreció Albert Rivera.

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