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El peso electoral de la juventud gallega desciende a otro mínimo histórico en las generales del 28A

Un colegio electoral en Lugo

David Lombao

En las elecciones generales del 28 de abril podrán participar 58.093 personas en las cuatro circunscripciones gallegas que aún no tenían derecho a voto en los anteriores comicios para renovar el Congreso y el Senado, celebrados en junio de 2016, por ser entonces menores de edad. Son caso 60.000 nuevos votos de jóvenes que no impiden, ni de lejos, que el peso electoral de la juventud gallega siga descendiendo hasta otro mínimo histórico en estos comicios.

Coincidiendo con el inicio del período electoral la Oficina del Censo ha hecho públicos los principales datos del 28A. Y, en el caso gallego, vuelven a reflejar otra vez a crisis demográfica: el número total de personas residentes en Galicia con derecho a voto vuelve a descender en consonancia con la pérdida de población y el peso del voto juvenil agudiza su declive.

Así, apenas 388.000 personas de entre 18 y 34 años podrán votar en Galicia en el 28A, un 7% menos que en las últimas elecciones celebradas en Galicia, las gallegas de 2016, y casi un 40% menos que a comienzos de siglo. Muestra evidente de la pérdida de peso del voto juvenil es que, según los datos de la Oficina del Censo Electoral, la población de entre 18 y 34 años dejó de ser el grupo electoral más numeroso en 2005 y pocos años después era ya el de menor relevancia numérica.

Como muestra el gráfico sobre estas líneas, mientras el peso electoral de la juventud descendía pronunciadamente, el de la población mayor de 65 años no dejaba de subir. Ahora serán más de 685.000 personas que ya han superado este umbral las que tengan derecho al voto -sin contar el censo exterior de “residentes ausentes”-, un 3% más que en las generales de 2016. También vuelve a aumentar el electorado de entre 50 y 64 años, mientras que también desciende el de entre 35 y 49 años.

Esta evolución del censo gallego dibuja una pirámide de población cuya base asciende cada vez más. Por grupos quinquenales de edad, la franja más numerosa es ya la de la población de 40 a 44 años y destaca también el peso de las personas mayores de 85, muy especialmente de las mujeres de esta edad. Mientras, la pirámide está ya claramente invertida entre la juventud.

Dada la cada vez mayor preponderancia del electorado de edad más elevada sobre la juventud, cada vez con menos relevancia electoral, las diferentes formaciones políticas tendrán que modular sus mensajes gallegos teniendo en cuenta estas variables. Y ponderando  además que el comportamiento electoral es dispar entre las franjas de edad. O, al menos, eso es lo que dicen las encuestas de recuerdo de voto.

En el caso de Galicia las encuestas públicas más recientes al respecto son las elaboradas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) después de las elecciones gallegas. En los tres últimos comicios al Parlamento (2009, 2012 y 2016) las respuestas del electorado indican que el PP fue el partido más apoyado en la mayor parte de las franjas de edad. No obstante, mientras que entre el electorado más joven está próximo e incluso en alguna ocasión fue superado por candidaturas de izquierda, entre la población mayor de 55 años su dominio es aplastante.

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