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La segunda investigada por los incendios en Galicia es una anciana negligente que quemó dos hectáreas

Trabajos de extinción en uno de los incendios de la pasada semana en Galicia

David Lombao

Dos personas investigadas, una de ellas encarcelada, por provocar sendos incendios en los que ardieron 3 hectáreas en total. Es el balance de las acciones policiales y judiciales hasta el momento tras la ola de incendios que entre el 14 y el 16 de octubre arrasó en Galicia unas 35.500 hectáreas, según las primeras estimaciones oficiales. Después de la detención e ingreso en prisión provisional sin fianza del hombre acusado de prender fuego en una finca de Os Blancos (Ourense) para asar unos chorizos, acaba de trascender el perfil de la segunda persona investigada: una anciana de 73 años a la que se le atribuye un incendio también por descuido.

La mujer, vecina de Mos (Pontevedra), fue identificada a través de una investigación de la Unidad de Policía Adscrita a la Xunta -la conocida como Policía Autonómica- y acabó admitiendo que, a pesar de las malas condiciones meteorológicas del domingo día 15, el peor de la ola de incendios, decidió iniciar una quema de rastrojos que se le escapó.

El fuego se descontroló y acabaron ardiendo unas dos hectáreas en la parroquia mosense de Petelos. A ellas, destaca la unidad policial adscrita al gobierno gallego, hay que añadir otros dos incendios de dimensiones “menores” a este que la misma anciana habría provocado en 2013 y 2016, en ambos casos también para eliminar maleza de su finca. La mujer sigue investigada -antigua imputación-, pero no se quedó retenida por su avanzada edad y circunstancias familiares. Pasará a disposición judicial “cuando el juez lo determine”.

A las dos detenciones que han trascendido desde los peores días de la ola de incendios -jornadas en las que el propio presidente de la Xunta admitió que el dispositivo de lucha contra el fuego “perdió el control” de la situación- se suman a otra practicada la semana anterior por incendios declarados durante el verano, unos dos meses antes . En este caso el detenido fue un miembro de una brigada contra incendios del ayuntamiento ourensano de Lobios al que se le atribuyen seis incendios en el entorno del Parque de O Xurés -el mismo que ha vuelto a arder en octubre- que suman unas 7 hectáreas. El acusado, de 21 años, fue enviado a prisión tras admitir en los juzgados de Bande gran parte de los hechos que se le atribuían.

Incendios no revelados por la Xunta por ser pequeños

Las dos detenciones conocidas hasta el momento por incendios de la última ola no solo no encajan en el supuesto fenómeno del “terrorismo incendiario” que el Gobierno gallego, comenzando por el presidente Feijóo, defienden como única tesis posible para los incendios forestales en los montes gallegos. La escasa superficie arrasada por estos presuntas negligencias da lugar a la paradoja de que ni el incendio de Os Blancos ni el de Mos fuesen incluidos en los partes de información pública sobre el fuego que difunde la Consellería do Medio Rural. No en vano, la Xunta volvió a limitar desde 2009 la información relativa a los incendios y oculta a la opinión pública todos los focos menores a 20 hectáreas si no alcanzan a espacios protegidos o, aseguran, se acercan a zonas habitadas.

Mientras Xunta y PPdeG circunscriben lo sucecido la una cuestión de orden pública y cargan contra la oposición gallega por exigir responsabilidades políticas en vez de limitase a “condenar” a los autores de los incendios, voces expertas del ámbito académico, forestal y legal descartan que exista una única explicación para este complejo fenómeno. Así, por ejemplo, el fiscal delegado de medio ambiente en Galicia, Álvaro García Ortiz, resalta que las sucesivas investigaciones sobre los incendios no han llegado nunca a la conclusión de que exista o haya existido la “famosa trama”. En un sentido semejante se expresaba la Fiscalía superior gallega en el inicio de las diligencias por los últimos incendios.

Desde el campo académico también son diversas las voces que llaman a la reflexión sobre las causas, múltiplas en todo caso. La ordenación forestal, el abandono, la demografía o las especies arbóreas, destacan, son factores a valorar para entender el fenómeno de los incendios más allá de limitarse a la constatar la evidencia de que, en una proporción muy mayoritaria de los casos, el monte arde porque alguien le prende fuego.

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