Todas las pirotecnias gallegas serán inspeccionadas tras la explosión de un almacén clandestino que mató a dos personas
La noche del 23 al 24 de mayo fue larga en la parroquia de Paramos, en el municipio gallego de Tui (Pontevedra). Allí no hubo descanso en toda la madrugada a pesar de las limitaciones impuestas para evitar que los equipos de rescate corriesen riesgos en el entorno donde, hacia las cuatro y media de la tarde del miércoles, explotaba un almacén pirotécnico que según el Ayuntamiento operaba de manera “clandestina” y cuya deflagración mató a dos personas, la segunda de ellas encontrada entre los escombros en la mañana del jueves. Los fallecidos son un matrimonio de origen marroquí que deja dos hijos huérfanos.
Hacia el mediodía de este jueves aún se seguían buscando posibles víctimas entre los escombros, actuación señalada por el 112 como prioritaria toda vez que las 37 personas heridas, seis de las cuales seguían hospitalizadas, están ya fuera de peligro vital. Al tiempo, el detenido, propietario de la pirotecnia, pasará este viernes a disposición judicial.
Mientras continúan aclarándose las circunstancias de lo sucedido, así como las razones por las que el material pirotécnico estaba almacenado en una vivienda sin ninguna autorización para ello, la Xunta anunciaba a través de su presidente, Alberto Núñez Feijóo, un acuerdo con la Delegación del Gobierno en Galicia para que todas las pirotecnias de la comunidad sean revisadas. El Gobierno gallego ha confirmado también que los vecinos afectados tendrá ayudas autonómicas similares a las habilitadas tras la ola de incendios forestales del pasado octubre, que se activarán en los casos en que los seguros sean insuficientes.
En el operativo de emergencias desplegado en la zona del siniestro intervinieron 300 personas y en él participaron tres helicópteros de lucha contra los incendios forestales para extinguir los fuegos provocados por la explosión, detalla la Xunta. En el dispositivo participaron, además de la Xunta y del propio Ayuntamiento de Tui, los efectivos de bomberos dependientes de la Diputación de Pontevedra, los primeros en llegar al lugar de la explosión, así como servicios de emergencia portugueses desplazados desde la vecina Valença, a los que el Gobierno gallego trasladó su agradecimiento.
Aunque el presidente de la Xunta descarta por el momento hacer una valoración global de los daños materiales, sí evidencia que hay “un número importante de viviendas absolutamente destrozadas”. Sobre el origen de la explosión en un almacén sin permiso, Feijóo avanzó que el Gobierno central, del que dependen las autorizaciones industriales de las pirotecnias, inspeccionará todas las instaladas en Galicia. “El mundo de la pirotecnia está sometido a una normativa muy estricta”, dijo, para añadir que “ninguna autoridad puede garantizar que el 100% de las personas se salte la ley” y que “en algunos casos una minoría minoritaria” así lo hace.
En materia urbanística, el presidente derivó las responsabilidades hacia los ayuntamientos y, según dijo, la Xunta no recibió ninguna denuncia sobre la instalación que explotó en Tui. En esa línea, Feijóo pidió la colaboración de la ciudadanía para que denuncie si tiene conocimiento de alguna instalación irregular similar. El objetivo, dijo, es intentar que esto no vuelva a suceder“.
