La Xunta repartió 4 millones en ayudas en sólo 12 minutos a 19 ayuntamientos dejando fuera a otros 215 municipios
En la medianoche del viernes 4 al sábado 5 de mayo un centenar de funcionarios o concejales de municipios de toda Galicia estuvieron conectados a internet para intentar ser los primeros en presentar, y así obtener, alguna de las ayudas para obras públicas que la Xunta acababa de convocar ese día en el Diario Oficial de Galicia (DOG) indicando que la apertura del plazo de solicitudes sería a partir de la siguiente medianoche. El único criterio para repartir esas subvenciones era el del orden de entrada de las peticiones hasta agotar el importe total de las ayudas, que sumaba 4,3 millones de euros, lo que ocurrió a los 12 minutos y 18 segundos de abrirse el plazo. En ese tiempo, sólo 19 ayuntamientos, los más rápidos, fueron los agraciados. Ahora se sabe que en el proceso quedaron fuera otros 215 ayuntamientos y que quedaron sin repartir 121.000 euros.
Aquella noche de locos frente a los ordenadores para presentar las solicitudes a las ayudas de la Consellería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, dirigida entonces por Beatriz Mato, quedó en evidencia dos meses después, cuando la propia Xunta publicó en el DOG la resolución con la que hizo oficial que “la última solicitud que se pudo conceder antes del agotamiento del crédito tuvo entrada en el Registro Electrónico de la Xunta de Galicia en la fecha de 5 de mayo de 2018, a las 00.12.18 horas”. Al conocer esos hechos, la oposición presentó diversas iniciativas y criticó que el criterio empleado por el Gobierno gallego para el reparto fuese el del orden de entrada de las peticiones, sin valorar otras consideraciones.
La oposición también mostró sus sospechas de que, ante lo intempestivo de la hora, sólo ayuntamientos del PP previamente alertados fuesen los que presentasen peticiones esa medianoche. Pero no fue así. En septiembre la Xunta desveló que de los 19 agraciados antes de agotarse los fondos, 15 eran gobernados por el PP y otros 4 por otras formaciones. Quedaba por saber cuántos y cuáles quedaron fuera, listado al que ahora ha tenido acceso Praza.gal.
Tras formular una petición de transparencia para tener acceso al detalle de todos los ayuntamientos que presentaron solicitud a las ayudas “con indicación de los motivos de denegación a los que no las obtuvieron”, la directora general de Urbanismo, Encarnación Rivas, remitió a a la publicación en el DOG de los ayuntamientos que sí habían obtenido las ayudas, pero ocultó los que habían quedado fuera. Este diario recurrió ante el Comisionado de Transparencia que instó a la Xunta a entregar también los datos de los ayuntamientos inadmitidos constatando que esa fue una información que “no se el proporcionó al solicitante” de transparencia. Esos datos revelan ahora las deficiencias que presenta una convocatoria de subvenciones cuyo único criterio de reparto sea la rapidez a la hora de presentar las peticiones.
Las obras municipales subvencionables, de las que la Xunta cubría entre el 80% y el 100% del coste, oscilaron entre los 57.000 y los 500.000 euros. Tras la última ayuda otorgada, la número 19, al Ayuntamiento de Ponte Caldelas por importe de 57.000 euros, ya se habían consumido 4.260.000 euros de los 4.381.000 euros totales consignados. Quedaban pues aún 121.000 euros por repartir. Pero la petición número 20, del Ayuntamiento de Boborás, recibida exactamente a la misma hora, minuto y segundo que la de Ponte Caldelas (las 00 horas, 12 minutos y 18 segundos del sábado 5 de mayo) era para un proyecto de mayor importe, de 336.000 euros. Así que como el dinero no llegaba para esa petición, se cerró el proceso sin repartir los 121.000 euros que quedaban aún sin gastar. Ni se dieron esos fondos para cubrir parte de la petición de Boborás ni se tuvo en cuenta que esa cantidad restante llegaba para cubrir casi la totalidad de las peticiones número 21 ó 22, de Laza y Beariz, e incluso sobraría para la número 23, de Ramirás, que quería hacer una obra de sólo 60.000 euros. Todas esas consideraciones quedaron superadas por el criterio único de que el dinero se repartiría por orden de llegada hasta su agotamiento.
Pero a ese criterio único de reparto por orden de llegada de las peticiones la Xunta añadió otra dificultad más, la de abrir el proceso a medianoche de un viernes a un sábado. Los datos que ahora se ve obligado a divulgar el Gobierno gallego permiten comprobar que, además de las 19 peticiones que se presentaron hasta las 00 horas, 12 minutos y 18 segundos del sábado en que se agotó el dinero, otros 67 ayuntamientos presentaron también sus solicitudes esa misma noche, hasta pasadas las dos de la madrugada. Como en el citado caso de Boborás, que quedó sin ayuda a pesar de presentar su petición en el mismo segundo exacto que la última sí concedida, de nada les valió a esos funcionarios o concejales conectarse a internet a aquellas horas.
En la mañana siguiente del sábado, otros nueve ayuntamientos presentaron aún sus peticiones. Y a partir del siguiente lunes laborable, y durante varios días más, lo seguirían haciendo otros ayuntamientos hasta el total de 215 que solicitaron sin éxito las ayudas después de que los fondos se diesen por agotados sólo doce minutos después de la medianoche del sábado 5 de mayo, cuando 19 funcionarios o concejales de toda Galicia fueron más rápidos que sus colegas.
