El PP tumba el 98% de las propuestas de la oposición tras la llamada de Feijóo al diálogo
“Si todos se esfuerzan en debatir, en proponer, en pactar soluciones, ¿acaso podemos empeñarnos nosotros en convertirlo todo, sin excepción, en un conflicto?”. “El hacer gallego se basa mayoritariamente en el diálogo, en el mismo diálogo que utilizaron nuestros padres, nuestros abuelos y nuestros antepasados para construir la Galicia que tenemos”. En su discurso inaugural del debate de política general, el presidente de la Xunta llamaba de este modo al consenso. “Colaboren en algo”, le reclamó a PSdeG, AGE y BNG, desde el convencimiento de que “el diálogo es posible”. Tras la primera sesión del debate, más retórica, llegó la segunda, en la que los discursos se traducen en propuestas concretas. Y en esta los hechos contradicen sonoramente las intenciones, con el 98% de las iniciativas de la oposición lanzadas al balde de las propuestas rechazadas.
Solo dos de las propuestas de resolución de los grupos diferentes del PP salieron adelante y ninguna compromete directamente la acción de Gobierno de la Xunta. Se trata de una iniciativa con la que el BNG reclamaba la devolución del dinero de las preferentes y otra de AGE sobre el apoyo a las flotas pesqueras gallegas que operan en aguas internacionales. Fueron las únicas unanimidades, a las que se unió una transacción de Alternativa y el PP sobre montes y otra del PP y el BNG sobre sanidad. El resto, incluidas todas y cada una de las propuestas formuladas por el PSdeG, batieron sistemáticamente contra el muro de la mayoría absoluta conservadora. El grupo que sustenta al Gobierno, por su parte, tuvo apoyo de algún grupo opositor en 8 iniciativas, el 16% de las formuladas.
Pero, ¿por qué este contraste entre intenciones y hechos? Segú el viceportavoz del PP, Román Rodríguez, porque la oposición ha diseñado una “estrategia premeditada” para “no llegar a ningún acuerdo”. Socialistas, Alternativa y Bloque habrían incluido en sus proposiciones “una especie de coletillas” con “plazos y cantidades imposibles de cumplir”, “cláusulas nacidas para matar” que “impiden el acuerdo”: y eso no es “serio”, argumenta el conservador, que pone como ejemplo de esta estrategia una solicitud del PSdeG para alumbrar el proyecto de construcción del dique flotante de Ferrol “en dos meses”. “Cuando plantean” lo que “nosotros no podemos aceptar, están haciendo trampas”, concluye.
En este escenario, ¿cuáles serán las consecuencias prácticas del debate? Atendiendo a lo aprobado, el PP se dispondrá en solitario a realizar su anunciadísima reducción de escaños en la Cámara –“un mensaje positivo para los ciudadanos”, según Rodríguez–; también aplicará su rebaja del IRPF, inocua según los expertos y en la que ha contado con el apoyo del Grupo Socialista; y el resto de los anuncios del discurso de Feijóo. Lo que no habrá es una nueva fiscalidad para las rentas más altas, una tasa sobre los depósitos bancarios ni un plan de empleo que beneficie a 30.000 personas, propuestas de resolución defendidas por la oposición, que se apoyó mutuamente en un buen número de propuestas, rechazadas por el grupo mayoritario.
El debate
Estas votaciones llegaban después de un debate asumido por los viceportavoces de los cuatro grupos, en ocasiones más encendido que el protagonizado el martes por sus jefes de filas. Con las filas populares más agitadas que en la sesión protagonizada por Feijóo, la oposición lamentaba que el PP “no quiera reconocer su fracaso”, en palabras de la nacionalista Ana Pontón, para quien el último año no ha sido, ni mucho menos, el de la recuperación económica, sino el “de la amistad con un narco, el de los floteles fantasma o el de la trama *Gürtel”. Pero “las mentiras nunca han llegado a viejas” y “a todo cerdo le llega su San Martín”, ironizó, en una expresión que fue retirada por la presidenta, Pilar Rojo.
Pontón había equiparado a los conservadores con el Atila en Galiza de Castelao y Yolanda Díaz, de AGE, les recomendó la lectura de la Democracia en venta de Loretta Napoleoni antes de reivindicar medidas como la “expropiación” de viviendas vacías. La “expropiación” que, asegura Díaz, va a acabar por producirse es la del “Camelot” en el que, asegura, se ha convertido la residencia oficial de Monte Pío. “El pueblo es quien más ordena y, con ustedes o contra ustedes, los va a quitar de ese gobierno hoy sedicente, que gobierna para los de arriba y masacra a los de abajo”, proclamó, en el único discurso de dos días de debate en el que se hizo mención de la crítica situación económica de Pescanova, la misma de la que el PP “presumía frente a Touriño”, recuerda.
“El discurso del presidente intentaba demostrar que no hay alternativas, que esto es una especie de designio divino que nos lleva a sociedades más desiguales”, resumió, por su parte, el socialista Abel Losada, quien en su nuevo rol de viceportavoz soliviantó a los diputados conservadores al describir la situación de una “joven drogodependiente, con sida avanzada y hepatitis”, prostituta y residente “en una casa abandonada” a la que ahora también le afecta el nuevo copago farmacéutico si quiere retirar los fármacos para su enfermedad de hígado. “Nunca el mal es tan despiadado como cuando se presenta con el rostro de la benevolencia”, ilustró Losada, quien advirtió de que los nuevos tiempos en el PSdeG no implican la adhesión a las tesis del PP: “van a votar ustedes solos”. A pesar de todo, según el portavoz del PP, “si no tuviéramos al PP, Galicia quedaría huérfana”.