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“Con la reforma local quieren llevarnos a todos a comer cemento a las capitales”

José Luis Raposo, alcalde de Pedrafita

Miguel Pardo

La oposición a la reforma de la administración local que prepara el Gobierno central se extiende por toda Galicia, donde la inmensa mayoría de los ayuntamientos están amenazados por una modificación legislativa que, según la oposición -pero también para muchos de los alcaldes del PP- vaciará los municipios de menos de 20.000 habitantes de buena parte de su cartera de servicios. PSdeG, BNG, Anova o Compromiso - que ya crearon una plataforma contraria al proyecto - denuncian el proceso “recentralizador, privatizador y de pérdida de autonomía local” que supondría esta iniciativa de la derecha.

Por todo esto, Praza Pública inicia una serie de conversaciones con alcaldes de diferentes colores políticos de estos pequeños ayuntamientos para explicar con algo más de detalle lo que les supondría una reforma que “puede acabar con el rural”. Más en una Galicia que en ese rural asienta la mayoría de ayuntamientos. Quien así lo advierte es José Luis Raposo, regidor del PSdeG en Pedrafita do Cebreiro y uno de los impulsores de la plataforma contraria a la iniciativa, que inaugura esta serie de entrevistas.

“Quieren acabar con el rural en Galicia”, insiste el regidor cebreirense, que denuncia la intención recentralizadora y privatizadora que esconde una reforma que cree necesaria, pero para nada en el sentido que le está dando el Gobierno central. “Entiendo que hay que cambiar la ley porque ya lleva muchos años vigente y los problemas que había cuando se aprobó no son los mismos que ahora, pero deberían empezar por regular la financiación local y hacerla más eficiente”, recuerda Raposo, que empieza denunciando que todas las subvenciones recibidas por los pequeños ayuntamientos “acaban llegando tarde y mal”. Por eso, insiste en una propuesta repetida por otros alcaldes: “Esas subvenciones no finalistas deberían ser agrupadas en un fondo, que en Galicia podría ser el de cooperación local, para ser luego repartidas con unos criterios reales y serios”.

Es una de las propuestas del regidor del PSdeG, que denuncia por ineficaz el intento del Ejecutivo central de centralizar en las diputaciones buena parte de los servicios que los pequeños ayuntamientos ofrecen de manera próxima y directa a sus habitantes. “¿Qué sentido tiene que se ofrezca un servicio desde cien kilómetros? Si ya es complicado organizar ciertas competencias en un ámbito comarcal, ¿cómo se va a hacer desde un ente provincial que suele quedar tan lejos de los municipios?”, se pregunta, al tiempo que responde. “La Diputación tiene mucho que hacer y lo hace muy bien en temas como la recaudación o ciertos ámbitos supramunicipales, pero no creo que deba ocuparse de temas como el alumbrado o la recogida de la basura. Esa no es la solución”, añade.

“Quieren cansar a los alcaldes hasta aburrirlos”

“Pretenden que los ayuntamientos queden sólo con el edificio y cansar a los alcaldes hasta aburrirlos, quieren que sólo administremos lo que ellos nos den desde la capital provincial... Si ya hay problemas para coordinar la atención veterinaria a nivel comarcal, ¿cómo sería desde las diputaciones?”, asegura Raposo, que recomienda a los impulsores de la reforma “que pregunten en las aldeas a los vecinos en qué situación quedarían” de llevarse a cabo las intenciones de Madrid. “Su objetivo es externalizar los servicios para que los presten empresas que distan muchos kilómetros de los pueblos... Sólo el desplazamiento ya sería un grave problema”, insiste, al tiempo que recuerda que “el desarrollo autonómico debería suponer el también reforzamiento del desarrollo comarcal y municipal y de sus competencias”. Pero sucede al revés.

José Luis Raposo pone ejemplos. En su ayuntamiento se prestan “todos los servicios” y se pregunta cómo piensa el Ejecutivo central gestionar servicios tan básicos en el Cebreiro como “la retirada de la nieve en invierno”, un trabajo del que se encarga la administración local y que es básico para Pedrafita. “Su idea no es otra que pasar estas funciones a empresas externas que ahora están sin trabajo”, denuncia. “Una privatización destinada a unas determinadas firmas”, insiste.

Pero Raposo va más allá y se pregunta si la Diputación será capaz de ofrecer mejor servicio de recogida de basura del que se ofrece en Pedrafita, donde se le cobra a cada vecino 1,35 euros por el servicio, al margen de tasas algo más altas para los negocios. “Si son capaces de prestarme este servicio más barato, yo se lo regalo, pero no creo que lo consigan”, reta. Todo, según dice el alcalde, en un ayuntamiento que “tiene remanente de tesorería, que no tiene crédito alguno y que da trabajo a la gente”. “Si nos quitan estos servicios, lo que provocarán es que aumenten las Risga”, dice contundente.

“Este Gobierno nunca creyó en el municipalismo; quieren acabar con el rural y con los ayuntamientos cuando los consistorios son los responsables de, únicamente, el 3,4% del total de la deuda del Estado”, cuenta. “No somos nosotros, sobre todo los municipios pequeños, los responsables de la crisis, pero es lo que le quieren hacer ver a la gente, a la que intentan convencer de que el enemigo está en su puerta”, denuncia.

Por eso, denuncia también la actitud de la Fegamp, a la que califica de “mal sindicato”. “Estoy en ella y aún no rompemos con ella, pero estamos a tiempo; estas federaciones son partícipes del Gobierno, están controladas por el PP y votan todo a favor de él, nada más”, asegura, tras advertir de que las críticas que muchos alcaldes del PP vierten sobre la reforma quedan luego en nada.

“Quieren llevarnos a todos a comer cemento a las capitales, como ocurrió en el pasado. La gente se marchó de las aldeas a trabajar en el ladrillo y ya sabemos como acabó todo aquello. Ahora no hay trabajo ni futuro, pero el Gobierno insiste”, se queja Raposo, que no duda en criticar también el espíritu paternalista de una reforma local que habla de primar fusiones de ayuntamientos y compartir servicios. “No nos están enseñando nada; en Pedrafita trabaja una arquitecta que presta servicios en cuatro ayuntamientos más de la zona y la secretaria, en dos; está todo inventado”, concluye.

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