“Todas las crisis económicas atacan más a las mujeres”
“Nosotras, mujeres gallegas en lucha por nuestros derechos”. De este modo se abre el manifiesto que invita a participar en la manifestación convocada para este sábado en Compostela con motivo de el 8 de marzo y que es apoyado por 24 colectivos y entidades. Es también el lema de la marcha y fue el mismo lema que el pasado año reunió a millares de personas. “Se trata de hacer ver que las mujeres estamos en lucha continua por nuestros derechos”, señalaba Mai Insua (Rede Feminista Galega) en la rueda de prensa que este jueves por la mañana sirvió para hacer pública la convocatoria. La manifestación partirá este sábado a las 12.30 de la estación de tren de Compostela y terminará en la Plaza de la Quintana.
El texto hace hincapié en que son las mujeres las que en mayor medida está padeciendo los efectos de la crisis. Mai Insua y Laura Sousa (Adiante) manifestaron la importancia “de la creación de alianzas y de la unión de las mujeres para reivindicar que en esta mal llamada crisis, que en realidad es una estafa, se está aprovechando para relegar la cuestión del género a un segundo lugar” y de “reclamar, desde la rebeldía, los derechos de las mujeres, que están en retroceso”. El manifiesto denuncia los recortes y la privatización de servicios públicos y señala que estas medidas están acrecentando “la desigualdad inherente a este sistema, tanto entre hombres y mujeres como entre personas ricas y pobres”. Se destaca que las mujeres sufren cada vez más “situaciones de precarización, contratos a tiempo parcial o discriminación salarial” y que uno de los efectos de la crisis es que se está empujando de nuevo a la mujer a quedar recluida en casa, “perpetuada en el rol de cuidadora”.
Lola Ferreiro Díaz (Rede Feminista Galega) destaca que “necesariamente” la crisis económica tiene que marcar la manifestación de este año por el mayor impacto que los recortes, la precarización laboral o la retirada de ayudas para el cuidado de personas dependientes tienen para las mujeres. “La acometida está siendo brutal y nuestra respuesta debe ser proporcional a la agresión”, dice.
El texto también hace referencia al “paso atrás de más de 30 años” que significa “la modificación de la Ley del aborto”, que pretende “negarnos el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos y nuestras propias vidas”. Y denuncia la supresión de los “organismos encargados de la igualdad, que subvencionan la segregación por sexo en la enseñanza, devolviéndonos a tiempos pretéritos”.
Lola Ferreiro Díaz destaca el carácter “unitario” de la convocatoria, “todo un éxito en sí incluso”, pero llama la atención sobre el hecho de que la multitudinaria manifestación del pasado año se preparó con mucha más antelación. “En los últimos años el movimiento feminista en su conjunto hizo un esfuerzo de acercamiento”, señala, que permitió que se rompiera la brecha que separaba a las distintas generaciones de feministas gallegas, entre las que había un desconocimiento mutuo. “El modelo unitario de lucha nos obligó a darnos a conocer”, dice y añade que “la ciudadanía en su conjunto no nos podemos permitir atomización alguna. Esa es una situación que el patriarcado y el capital aplauden con las orejas”. Y concluye: “la izquierda tendría que aprender mucho del feminismo en este sentido”.
“Todas las crisis económicas atacan más a las mujeres”
“La deuda de los gobiernos es con las mujeres, no con la banca”. Este es el lema elegido por la Marcha Mundial das Mulleres para un nuevo 8 de marzo, en el que desde Galicia vuelven a reivindicar “ser libres” en un mundo y en un país en el que la discriminación de género sigue presente. Y quizás de manera más dura en estos tiempos en los que “se levantan de nuevo los viejos muros pero con otros nombres: crisis, recortes, paro, cierre de servicios sociales, economía sumergida, violencia de género...”.
Así lo denuncia la Marcha Mundial en su manifiesto con motivo de un Día Internacional de la Mujer en el que censurarán los “brutales retrocesos” sufridos en la igualdad por culpa de la crisis y de las políticas de los gobiernos neoliberales y de la austeridad. “Hay muchas medidas criticables y duras, pero basta con escuchar algunas de las osadías que se atreven a decir cargos públicos o la propia Iglesia para enterarnos de que estamos retrocediendo siglos atrás”, asegura Ánxela Lagoa, una de las portavoces del colectivo.
“El ministro Gallardón, dirigentes de la Iglesia, Castelao Bragaña...”, recuerda Lagoa, que se pregunta “cómo alguien se puede atrever a decir que la maternidad es lo que hace a las mujeres verdaderas mujeres, que las leyes están para violarlas como las mujeres o de culpar al género femenino del fracaso escolar o del desempleo por no quedarse en casa como antes”. Todo eso fue dicho por cargos institucionales. “Quieren volver a la familia tradicional y a modelos pasados”, insiste la portavoz de la Marcha Mundial, que aclara, no obstante, que las palabras también se acaban convirtiendo en hechos.
“Las tasas de la Justicia, los recortes en educación, sanidad o dependencia... Todas esas medidas nos afectan como trabajadoras, porque muchos son sectores donde mayoritariamente trabajamos nosotros y donde se destruye empleo, pero también como mujeres porque la falta de plazas públicas en colegios, guarderías, hospitales o servicios públicos nos difículta las condiciones de vida”, añade Ánxela Lagoa, que recuerda que “la ausencia de plazas para sus mayores o sus niños” obliga a muchas mujeres a volver a casa. Los ajustes al servicio de la ideologías.
“Es un retroceso brutal para el pueblo y para las mujeres; no es una dictadura, pero ellos tienen la mayoría y deciden como si tuvieran el favor de toda la ciudadanía”, asegura Ánxela Lagoa, que recuerda que “todas las crisis económicas atacan más a las mujeres”.
“Ya teníamos empleos más precarios y ahora se aumenta esta precariedad y somos las primeras afectadas por los despidos”, insiste, tras recordar también que, por ejemplo, los principales afectados por desahucios son también del género femenino.
“La busca del bienestar no existe; los gobiernos rescatan y ayudan los bancos, mientras los bancos engañan a los ahorradores”, critica Ánxela Lagoa, que ponen ese ejemplo como paradigma de las prioridades que los poderes públicos acaban marcando mientras reducen recursos en la lucha por el bien común o la igualdad de género. También en los gestos. “Desde hace tiempo, cada vez que una mujer sufría un asesinato machista, pintábamos una silueta en el suelo con sus datos en recuerdo de la afectada y como símbolo, pero el Ayuntamiento de Ferrol decidió prohibirlo”, explica la portavoz de la Marcha Mundial, que destaca que fue la concejal de Igualdad la que ordenó el veto a este recuerdo. “No gobiernan para las personas y se creen por enciba del bien y del mal”, sentencia.
Para Ánxela Lagoa, los avances en igualdad “aún son pocos” desde la Administración, sobre todo desde la explosión de la crisis y la llegada de la derecha, pero cree también que aún queda mucho por hacer en diversas organizaciones, pasando por los partidos políticos, los sindicatos y por supuesto las empresas. “Es cierto que en las formaciones políticas hay muchas mujeres, colectivos feministas y secretarías de la mujer, pero seguimos teniéndolo complicado y teniendo que aguantar actitudes aún machistas; hay que seguir peleando porque sigue costando hacer cambios”, cuenta.
En cuanto al mundo empresarial, Lagoa considera que “los empresarios y las empresarias gallegas son muy tradicionales” y en sus firmas siguen primando las discriminaciones, “aunque en muchas casos no sientan que lo están haciendo”. La crisis, además, impide que muchas denuncias lleguen a buen puerto. “El miedo a quedar sin trabajo provoca que cada vez las mujeres reclamen menos sus derechos”, concluye.