“Las trabajadoras de Extel vieron que la única manera de conseguir cambios era movilizándose”

La plantilla de Extel en A Coruña llevó a cabo una nueva jornada de huelga el pasado viernes, que se añade al paro del 5 de diciembre y a una larga serie de movilizaciones en los últimos años. Este call center, que funciona como subcontrata de Movistar, emplea en la ciudad herculina a unas 700 personas, la mayoría mujeres.

Al igual que en el resto de empresas del sector del telemarketing, las teleoperadoras de Extel sufren una gran precariedad en sus contratos, bajos salarios, malas condiciones laborales y grandes dificultades para conciliar su vida familiar.

El sector del telemarketing, que suma unas 8.000 trabajadoras en Galicia, ha vivido en los últimos años importantes movilizaciones, algunas motivadas por las negociaciones de un nuevo convenio colectivo, en otros casos por conflictos laborales generados en alguna empresa concreta, como fue el caso del propio Extel cuando presentó un ERE hace dos años o Atento, hace tan sólo unos meses. Aquel ERE ejecutado en noviembre de 2016 acabó con más de un centenar de despidos en Extel, que pudieron llegar a ser el doble.

El pasado 5 de diciembre el 90% del personal de Extel en A Coruña secundó la huelga convocada para exigir unas condiciones laborales y unos salarios dignos. Horas antes del nuevo paro convocado representantes sindicales de la CGT llevaron a cabo uno reparto de carbón para que las trabajadoras se lo entregasen a los responsables de la subcontrata, al grito de “carbón para la Dirección”. Hablamos con Adrián García, delegado del sindicato.

¿Qué es lo que motiva esta nueva convocatoria de huelga?

Hay muchos motivos, relacionados con las condiciones laborales que venimos denunciando. Pero en este caso el detonante de la huelga fue el despido injustificado de una trabajadora. Viene siendo habitual que la empresa realice algún despido en los últimos días del año. A nosotros lo que nos enfada es que, en paralelo, la empresa se dedica a hacer campañas de recogida de alimentos y juguetes para lavar su imagen, mientras esta compañera fue despedida el día de Nochebuena, sin previo aviso y de una manera deshumanizada, a través de un guardia de seguridad.

La huelga es de 24 horas y afecta a toda la plantilla. No hay servicios mínimos porque todas las subcontratas que trabajan para Movistar tienen la capacidad de desviar las llamadas de un lado para otro: si interesa que haya más o menos carga de trabajo en cada central, se consigue.

¿Cuál es la situación laboral de las trabajadoras de Extel en A Coruña?

La situación en Extel es muy parecida a la de otras empresas del sector del telemarketing, empezando por la incertidumbre que sufren las trabajadoras, ya que el contrato más habitual es el de obra y servicio, que puede terminar en cualquier momento. Además, bajos salarios, dificultad para conciliar, muchas jornadas a tiempo parcial, cambios aleatorios de departamento, falta de formación y un gran desgaste mental y de salud para el cuadro de personal.

La empresa impuso de manera unilateral un sistema de retribuciones variables que está dando lugar a muchos conflictos, a que las trabajadoras tengan que llevar ellas mismas un recuento de los objetivos conseguidos y a reclamar en los juzgados parte de los complementos, que no fueron pagados. También tuvimos que llegar a los tribunales para que la justicia reconociera el derecho de los trabajadores y trabajadoras de Extel a conciliar la vida laboral y familiar.

El sector es el paradigma de la precariedad. Por un motivo o por otro, por tener salarios bajos o por ser un sector feminizado, las problemáticas laborales en el telemarketing tienen mucha menos repercusión que un conflicto laboral en Alcoa, por ejemplo

¿Es un trabajo duro?

Hay una carga excesiva de trabajo, entre llamada y llamada no hai tiempo de descanso, continuamente entran las llamadas sin parar. Hay una gran presión, lo que lleva a que muchas compañeras tengan que acudir medicadas al trabajo, o que deriva en situaciones que terminan en bajas por estrés o por alguna enfermedad. Tú piensa que cuando una persona llama al 1004 y su llamada queda mucho tiempo en espera, después ese cliente expresa su rabia contra la operadora que lo atiende.

¿Cuánto cobra en estos momentos una teleoperadora?

Una teleoperadora está cobrando un salario medio de 700 o 800 euros. Después hay una serie de retribuciones variables que dependiendo de la empresa y de la trabajadora pueden ir de los 10 a los 200 euros, grandes diferencias que generan una gran competitividad por parte de las trabajadoras para poder llegar a ciertos objetivos y así completar su salario de miseria. Además, muchos de estos incentivos están sujetos a una gran arbitrariedad. La valoración que el cliente puede hacer del servicio de atención una vez terminada la llamada repercute directamente en el salario de la trabajadora que lo atendió. Y muchas veces una valoración negativa no tiene que ver con la atención que le dio la teleoperadora y sí con el conjunto del servicio.

Hasta ahora las movilizaciones convocadas están teniendo un gran seguimiento. ¿A pesar de la gran precariedad contractual o precisamente por ella?

Es cierto que las movilizaciones están teniendo mucho éxito. Venimos de dos procesos de movilización colectiva que afectaron a toda la plantilla: primero por un ERE y después por una modificación sustancial de las condiciones de trabajo. Eso fue un punto y aparte: las trabajadoras vieron que la única manera de poder conseguir ciertos cambios era movilizándose, parando, no yendo a trabajar, y eso llevó a que las huelgas cada vez tuvieran mayor repercusión, con una gran dosis de valentía por su parte, y también por estar ya hartas de esta situación. Ven que la empresa nos trata cada vez más como números y no como personas.

¿Cómo es la relación entre la plantilla y la empresa? ¿Y entre la empresa y los sindicatos?

La relación que tiene la empresa con las trabajadoras es muy mala. Ignora completamente sus solicitudes y protestas, con un total desprecio de cualquier reclamación que pueda venir de la plantilla. Están rotas también las relaciones entre la compañía y los sindicatos, y para empezar Extel no cumple los acuerdos a los que había llegado con el Comité de Empresa.