Por qué es peligrosa la obsesión de tu gato por el árbol de Navidad

Gatos en Navidad

Eva San Martín

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Sabes que estás en apuros cuando colocas el árbol de Navidad, y a tu gato se le iluminan los ojos. La cosa empeora cuando descubres a tu amigo de ronroneos zarandeando el tronco mientras pone su empeño en alcanzar las guirnaldas y golpear con sus patas las bolas brillantes que lo decoran. Aún se complica más en el momento que sorprendes a tu felino trepando por el tronco; o, si es suficientemente robusto, descansando en las ramas. 

Los asaltos gatunos al árbol de Navidad han sido bien documentados en Internet. Pero, ¿hay forma de mantener a tu camarada peludo alejado del árbol? Por fortuna, sí: existen trucos para alejar a tu gato del árbol de Navidad. Y no solo se trata de salvaguardar tu decoración festiva: atacar el árbol es peligroso, y puede acabar con tu gatito en las urgencias veterinarias. 

¿Por qué el árbol de Navidad enloquece a los gatos?

Te haces con un árbol (natural, artificial o casero), lo colocas en el salón, le cuelgas guirnaldas, espumillones, bolas brillantes y luces que parpadean en las ramas. ¿Y es tu gato quien se comporta de forma extraña? Bromas aparte, un árbol de Navidad siempre se va a convertir en el centro de atención de tu gato. Basta con echarle una mirada con ojos felinos: ¡ese tronco está prácticamente pidiendo a gritos que lo trepemos!

De hecho, existe motivos científicos de sobra para explicar por qué el árbol de Navidad es tan irresistible para tu gato. Primero, se trata de un elemento nuevo que introduces en casa; y, si sigues desde hace un tiempo esta columna, ya lo sabes: tu casa es su casa. En otros maullidos: has traído un elemento nuevo a su territorio. 

Y cuando un gato se encuentra en su territorio, normalmente querrá indagar todo aquello que sea nuevo en él. ¿Te sorprende? El árbol de Navidad trae olores del exterior, corteza que arañar y un montón de objetos que investigar. 

Si es robusto, un árbol de Navidad resulta un lugar alto perfecto al que encaramarse y subirse a otear. Y a los gatos les encanta trepar: un comportamiento naturalmente felino, heredado de su ancestro salvaje el Felis silvestris lybica, y que tu minino no ha perdido durante su relativamente corta historia de domesticación y vida a nuestro lado. 

No es extraño que tantos gatos estén obsesionados con el árbol; sobre todo si carecen de alternativas a las que trepar, como árboles rascadores o estanterías gatunas. Sin darte cuenta, te has metido en una batalla perdida a favor de tu combatiente peludo preferido. 

¿Cómo alejar a tu gato del árbol de Navidad?

Lo que nunca debes hacer es mojar a tu gato ni utilizar un pulverizador de agua cuando se aproxime al árbol. Puede que te resulte una buena idea, pero no lo es: solo servirá para asustar a tu gato en el momento; y, créeme, te causará problemas a medio plazo. De hecho, corres el riesgo de estropear la relación con tu querido felino, y lo más fácil es que termine por cogerte miedo. 

Además, no te estás ocupando de la motivación de tu minino, ni de aquello que hace que el árbol le resulte tan atractivo. Tu gato es un animal inteligente, y no tardará en aprender que puede volver a trepar el árbol tan pronto como su humano desaparezca con su pulverizador. 

Olvídate del espumillón y de las guirnaldas

Además, ¿quién puede culpar a tu gato por querer jugar con todos esos objetos colgantes y brillantes? A los ojos de tu felino, toda esa decoración navideña constituye un juguete gatuno gigante: un montón de objetos divertidos a los que golpear con las patitas; y, si caen, perseguir por todos los sitios. Y esto es muy importante: si vives con gatos, olvídate del espumillón. 

A muchos gatos les encanta mordisquearlo. Pero si lo traga, puede hacer caca con tiras brillantes o que el espumillón bloquee sus intestinos y el estómago; por lo que tendrás que salir corriendo al veterinario de emergencia; y seguramente, tu gato necesitará una operación. No resulta un plan navideño divertido. 

También hay que tener cuidado con las bolas de vidrio o de plástico que puedan romperse con facilidad, así como con las guirnaldas y otras cuerdas con las que pueda enredarse: y, en general, con cualquier objeto pequeño que pueda tragar. 

Truco para alejar a tu gato del árbol (y no, no es mojarlo)

El único método infalible es colocar el árbol de Navidad en una habitación separada, a la que tu gato no tenga acceso. Eso, o claro, olvidarte del árbol. Si ya es tarde para esto, un consejo es anclarlo a la pared (sirven unas alcayatas o unas hembrillas), para que no se mueva ni se caiga; además de colocar la decoración en la parte alta: así, reduces la tentación gatuna. Y utiliza adornos de plástico que no se rompan; o naturales, como piñas. 

El método más humanitario y amable para mantener a tu amigo gatuno alejado del árbol, en este caso, no tiene que ver contigo ni con el agua. Al contrario, puedes colocar debajo del árbol una alfombra y, sobre ella, pegar cinta adhesiva de doble cara. No hará daño a tu gatito, pero seguramente logre que acercarse al árbol le resulte menos divertido. 

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