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La web que todos hemos plagiado alguna vez

Una buena metáfora de Frank Weyer y su cruzada contra las redes sociales (Foto: opensourceway en Flickr)

David G. Ortiz

“Dotar de presencia individual en la Red a cada uno de los miembros de un colectivo o a grupos de miembros”. Si te decimos que esta frase está escrita en una patente, seguramente pienses que pertenece a Facebook, MySpace, Google o algún otra firma pionera de internet o las redes sociales. Es tan genérica que, en realidad, podría describir una de las funciones fundamentales de cualquiera de los actuales gigantes de la web.

Pero no, no es propiedad de ninguna de estas empresas. Es el tesoro más preciado de Frank Weyer, uno de los dos cofundadores de Every MD, la página que ofrece “la forma más sencilla de encontrar a un médico online”. Sinceramente, lo dudamos, pero ellos afirman alojar perfiles de más de 300.000 médicos donde los pacientes pueden obtener información, comunicarse con los facultativos y/o dejar comentarios sobre su trabajo. Brillante idea. Desde que la tuvo, no han dejado de copiársela... Efectivamente, amigos, esta es la web que todos han plagiado.

Si ya has hecho clic en el enlace y has echado un primer vistazo, habrás visto que el diseño está bastante anticuado. En activo desde el año 2001, orgullosa de las canas y de no haber pasado nunca por el quirófano, esta web lleva un largo tiempo inmersa en una batalla legal que causa más carcajadas que preocupación en Silicon Valley.

En realidad, ese es su verdadero negocio. Weyer está dispuesto a defender hasta las últimas consecuencias que, a finales de los años 90, durante el desarrollo de su web, su cofundador Troy Javaher y él inventaron algunas de las tecnologías en las que se basan todas las redes sociales de hoy en día. ¿Y cómo pretende demostrarlo? Con cuatro patentes en vigor (US 6671714 B1, US 7644122 B2, US 8499047 B2 y US 8504631 B2) y otras en trámite que se desprenden de la solicitud 09/447,755, presentada el 23 de noviembre de 1999. Todas ellas describen el “Método, Aparato y Sistema de Negocio para las Comunicaciones Online Con Destinatarios Online y Offline”. En el caso de EveryMD, dichos destinatarios son los médicos, pero en el de Facebook, por ejemplo, podría ser cualquiera que gestione una página.

Por eso la red de Zuckerberg es precisamente uno de sus objetivos prioritarios. En enero de 2010, Weyer presentó su primera denuncia contra Facebook, a la que ya habían dado la oportunidad de pagar las pertinentes licencias por utilizar su método (algo así como dos céntimos de dólar por cada usuario, que no es moco de pavo). Lógicamente, la demanda no llegó a ninguna parte: los abogados de la firma pararon el juicio solicitando a la Oficina de Patentes de EEUU que reexaminara la patente implicada. Además, alegaron que el demandante no había logrado establecer un “nexo” entre su invención y el éxito comercial de la red social por excelencia. Pero nada de esto fue suficiente para disuadirle.

Pronto volvería a la carga contra ellos, pero antes Weyer decidió diversificar sus objetivos: Google, MySpace, Twitter, eBay... Tranquilos, que hay demandas para todos.

En busca de un golpe de efecto

Tras encadenar varios fracasos tratando de intimidar a los gigantes, Weyer pergeñó una nueva estrategia. Fíjaos qué hábil. Resulta que, según el susodicho, Facebook está dejando que sus propios usuarios vulneren las patentes de EveryMD al negarse a pagar una licencia. Básicamente, todo el que gestione una página en la red social estaría violando la ley.

Pero ellos siempre van de buenas, así que se sacaron de la manga un programa de descuentos que daba a los usuarios (sobre todo empresas, que tienen más dinero) la oportunidad de pagar por su cuenta una licencia a precio reducido (concretamente 500 dólares), evitando así el riesgo de acabar en los tribunales.

Obviamente, tampoco funcionó, así que Weyer tuvo que dar al asunto una enésima vuelta de tuerca. En febrero de 2012 llevó a cabo dos acciones. En primer lugar, aprovechó la salida a bolsa de Facebook para extraer varias frases de la documentación y resucitar la vieja demanda de 2010. Alegó que la propia red social reconocía en su oferta pública que su éxito comercial se debe al sistema que, según él, le habían plagiado.

En segundo lugar, presentó una denuncia contra los tres candidatos a las primarias del Partido Republicano (Rick Santorum, Mitt Romney y Newt Gingrich), y otros 1.000 usuarios anónimos, por utilizar páginas de Facebook sin haber pagado la famosa licencia.

Fue su momento de gloria. Los principales medios de comunicación cubrieron la noticia y, sí, sacaron a la luz las demandas de EveryMD, pero no como a Weyer le hubiera gustado. En la mayoría de los casos fue descrito como lo que es: uno de los ejemplos más claros de un 'patent troll', que es como llaman en Estados Unidos a las personas que aprovechan los sinsentidos del sistema de patentes para tratar de obtener un beneficio demandando a grandes compañías.

¿Fue el varapalo mediático suficiente para desanimarle? Pues ya os podéis imaginar que no...Tras dejar que las cosas se enfriaran un poco, el incansable Weyer ha vuelto a la carga. A finales de agosto de este mismo año presentó la que hasta el momento es su última demanda contra Facebook, pero esta vez utilizando un pretexto diferente. Atentos, que es aún más enrevesado. Resulta que EveryMD, en una de sus cuatro patentes, tiene registrado un método de comunicación que se asemeja bastante al que la red social utiliza para gestionar los mensajes privados (enmascarándolos tras direcciones de email provisionales).

El Leonardo Da Vinci del siglo XXI

¿Cómo es que Weyer puede permitirse estar tres años de demanda en demanda? ¿Acaso es rico? ¿Tanto dinero da EveryMD? A las cuentas no hemos podido acceder, pero aún así podemos responder a estas preguntas. Resulta que Frank es un hombre de lo más polifacético, casi un humanista. Además de un inventor visionario, es abogado y tiene su propio bufete, Teach Coast Law, a través del cual presenta todas sus demandas. También ha apuntado contra Ford, Harley Davidson, Bosch, varios proveedores de dominios... En fin, muy completito, pero al menos le sale barato. Él se lo guisa y él se lo come. Por cierto, de nuevo merece la pena echar un vistazo al diseño web, que no es su fuerte. De ahí su eslogan: “No hacemos páginas bonitas, hacemos LEY”. Por supuesto también lo tiene registrado.

Seguramente crees que esto ya no puede ser más surrealista, pero te aseguro que lo mejor lo hemos dejado para el final. Hemos seguido las miguitas hasta su perfil en LinkedIn, su MySpace, su biografía en Hecker Law Group y alguna que otra manifestación aislada de su identidad digital, que en general no tiene desperdicio.

Ya sabemos que el ínclito Frank Michael Weyer es inventor, abogado y webmaster amateur, pero resulta que también es ingeniero mecánico (de ahí sus pleitos con fabricantes de coches), oceanógrafo, escritor, guionista, productor de cine y hasta cantante. Ha escrito una novela negra que puedes comprar en Amazon, aparece en IMDB como productor ejecutivo de una película con muchos premios (entre ellos uno en Cannes) y tiene su propia productora, Storyteller Films, con la que ha grabado un documental sobre cangrejos y cambio climático. Si has pinchado en los dos últimos enlaces, debes saber que no nos hemos confundido: las dos direcciones dirigen a la misma página.

También ha sido voluntario de los Cuerpos de Paz en Lesotho y, como ingeniero, en varias expediciones al Antártico. Pero, sobre todo, tiene un canal de YouTube en el que sale cantando, así que no hay mejor forma de acabar esta historia que ver su chapucera imitación de Slash.

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