Cuando Facebook sea un centro comercial, ¿se admitirán devoluciones?
Leer hasta la última letra de un contrato es cuando menos recomendable, por si acaso hay una sorpresa en la línea 525 en la que nadie había reparado. Pero este consejo es difícil de cumplir, especialmente cuando cada día nos descargamos una nueva 'app' que arrastra un contrato, los soporíferos términos y condiciones, que nuestro dedo acepta de forma automática aunque esté firmando con ello cláusulas impresentables.
Los usuarios de Facebook ya sabemos que esta red social ha incorporado recientemente el botón 'Buy' ('Comprar') en varios paísesbotón 'Buy' ('Comprar') en varios países para que podamos adquirir productos y servicios sin salir de su plataforma. Zuckerberg debe haberse percatado de que, además de cotillear o chatear mediante las dichosas burbujitas de la 'app', podemos aprovechar el tiempo para algo más útil: comprar compulsivamente haciendo 'clic' en un sencillo botón gris.
Y como todo nuevo servicio ha de conllevar necesariamente un cambio legal, Facebook ha recogido toda la información en las 'Condiciones de pago de la comunidad'. En ellas se establecen las reglas del juego y Facebook se descarga de toda responsabilidad: no ofrece ninguna garantía en relación con los productos y servicios vendidos, ya que el usuario adquiere los artículos de los comerciantes y no de la propia red social.
Hace unos días se incluyó la particularidad más destacada de estas condiciones, sin que Facebook haya informado explícitamente a los usuarios. La red social ha decidido añadir una nueva cláusula en sus condiciones de pago, la 1.7., que reza lo siguiente:
“Derecho de cancelación en la Unión Europea. Si resides en la Unión Europea, aceptas que tu compra se rija por este contrato y renuncias a cualquier derecho de cancelación aceptas que tu compra se rija por este contrato y renuncias a cualquier derecho de cancelación que te proporcione la Directiva sobre los derechos de los consumidores (2011/83/UE) u otras disposiciones de carácter similar”.
Es decir, Facebook niega el derecho de cancelación de los productos y servicios que adquieras en su plataforma y que usen su sistema de pagos. Puede que se te estén quitando las ganas de pulsar el nuevo botón, porque una de las peores consecuencias de nuestro irreflexivo modo de compra es que nos embarga después el sentimiento de culpabilidad y las ansias de devolución. Y si no podemos hacerlo, este nuevo servicio se queda un poco cojo.
¿ES ESTA MODIFICACIÓN LEGAL?
El jurista TIC Jorge Morell, autor de la web Términos y Condiciones, nos ha ayudado a bucear en los aspectos legales de la última maniobra de Facebook. Para empezar, la redacción de la norma no es todo lo correcta que debiera y puede dar lugar a confusiones. Ahora bien, sí es legal que la red social te niegue el derecho de cancelación (o, para ser más precisos, desistimiento), pero solo en el caso de los contenidos digitales.
En la actualidad, la Directiva sobre los derechos de los consumidores (2011/83/UE) es la encargada de regular, entre otros, el derecho de desistimiento. Todos los países miembros de la Unión Europea han tenido que incorporar esa norma a través de su legislación nacional antes del 13 de junio de 2014. En España, la Ley 3/2014, de 27 de marzo ha recogido esta Directiva.
En la nueva norma se incluyen algunas excepciones a los derechos de desistimiento o cancelación de compras. En el artículo 103 m), se explica que los contenidos digitales que no se proporcionen en soporte material y que en el momento de la adquisición ya se hayan ejecutado total o parcialmente, no permiten la devolución. Por lo tanto, es legal que Facebook renuncia a devolverte el dinero cuando compras 'apps', videojuegos o música digital, aunque esta medida perjudica nuestras compras a través de la red social.
¿QUÉ SUCEDERÁ CON LOS PRODUCTOS?
Facebook alude a las condiciones de envío de productos tangibles en su política de pago, por lo que no solo se venderán contenidos digitales, sino también materiales. Según la Directiva europea, en esos casos sí sería obligatorio ofrecer el derecho de desistimiento con un periodo de 14 días naturales. Pero la nueva cláusula que anula los derechos de cancelación mete a todos los bienes y servicios, sean digitales o no, en el mismo saco. ¿Una simple confusión de este gigante tecnológico? ¿Por qué han redactado esta cláusula de forma tan enrevesada?
Por otro lado, la normativa fija que, para poder no aplicar el derecho de cancelación en el caso comentado, el usuario debe haber sido informado previamente y haber consentido expresamente esa renuncia. Si bien es cierto que Facebook ha incorporado esta cláusula en sus Condiciones de Pago, que ya es un mecanismo de aceptación, no ha informado claramente a los usuarios de la variación (de hecho, la cláusula se ha incorporado hace solo unos días y según la web, la última actualización es de marzo).
“Podría ponerse en duda que el consentimiento del usuario en estos casos sea expreso e informado, ya que visto el texto de la normativa, parece que sería buena idea hacer un esfuerzo extra y hacer más visible ese hecho al usuario”, comenta Morell.
Eso sí, el propio vendedor podría ofrecer ese derecho de cancelación. Facebook permite al comerciante incluir condiciones específicas para un determinado producto (punto 1.3) y, por tanto, si lo desea, puede ofrecer la posibilidad de devolución incluso si se trata de contenido digital.
Por otro lado, en enero de 2015, entrarán en vigor las nuevas versiones de la 'Declaración de derechos y responsabilidades', la 'Política de datos' y la 'Política de cookies'. Una de las novedades precisamente es la información que Facebook captará al usar el botón 'Buy'Política de datosPolítica de cookiescaptará al usar el botón 'Buy. Ya se han hecho públicas estas políticas, que aún pueden sufrir alguna modificación en base a las opiniones de los usuarios. Sin embargo, las innovaciones no han ido mucho más allá que una organización más clara de los contenidos.
Así que lo único que nos resta es comprobar lo que sucederá cuando las páginas de Facebook estén plagadas de botones de compra. Y cuando esto ocurra, has de saber que la red social no va a ponértelo fácil para devolver los enseres, reales o virtuales, que atiborren tus carritos de la compra 'online'.
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