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Luces y sombras del Samsung Galaxy Gear: ¿de verdad quieres volver a mirar la hora en un reloj?

Así es el reloj inteligente de Samsung, el Galaxy Gear (Foto: Samsung)

José Barreiro Solano

¿Te acuerdas de aquellos tiempos en que la gente usaba un reloj para saber la hora? Era increíble. No hacía falta sacar el móvil del bolsillo y encender la pantalla. Un simple vistazo a nuestra muñeca bastaba. Los móviles han cambiado los hábitos de mucha gente, pero Samsung pretende volver atrás en el tiempo y hacer que llevar reloj sea de nuevo tan imprescindible como antes.

Galaxy Gear se llama el invento, y no es nada nuevo. Al menos nada que no hayamos visto antes. Sony tiene su SmartWatch (acaba de presentar la segunda versión), I'm Watch lleva meses vendiéndose y por ahí anda Pebble, la alternativa barata pero no por ello menos eficaz. Entonces, ¿qué ofrece Samsung de nuevo? Los coreanos se han subido a la cresta de la ola y ya son la empresa de referencia del mundo de la tecnología móvil, incluso por delante de Apple. Eso les obliga a que cada uno de sus productos esté a la vanguardia en tecnología, y eso es precisamente lo que han hecho.

Galaxy Gear funciona con sistema operativo Android y podrá usar más de 70 aplicaciones. Es capaz de recibir notificaciones, se puede controlar con la voz, tiene una cámara bastante decente para su tamaño, acelerómetro, giroscopio y un micrófono que permitirá mantener conversaciones a través del reloj sin sacar el móvil del bolsillo.

¿Cómo se ve internet en 1,6 pulgadas?

Galaxy Gear es un reloj y, por lo tanto, no puede seguir las mismas reglas que se aplican en el terreno de los 'smartphones', donde no hay un límite teórico para su tamaño (prueba de ello es la Samsung Galaxy Note III que ha sido presentada el mismo día). El 'smartwatch' tiene que ser lo suficientemente grande para poder tocar su pantalla y mostrar los contenidos aceptablemente, pero también debe ser de un tamaño cómodo para que llevarlo en la muñeca no resulte molesto.

Como decíamos, Samsung ha anunciado que este dispositivo contará con al menos 70 aplicaciones. No hay duda de que el Galaxy Gear tiene potencial y podrá hacer mil y una tareas pero, ¿son 1,6 pulgadas suficientes para internet? Y con internet no nos referimos solo a ver páginas web, sino a todo el contenido multimedia: fotos, vídeos, redes sociales, textos, noticias... Una pantalla tan minúscula puede ser adecuada para notificaciones, dar la hora y ofrecer la previsión del tiempo, pero no tiene visos de ser práctica para realizar las tareas a los que nos han acostumbrado las grandes pantallas de los teléfonos inteligentes.

Hace años, una pantalla de 3 pulgadas era más que suficiente para leer y escribir mensajes y ver las fotos que hacíamos con la cámara. Hoy, la mayoría de los usuarios pensarían que es excesivamente pequeña. Las aplicaciones, webs y juegos se programan con la vista cada vez más puesta en la alta definición, en las pulgadas y en lo táctil.

En este momento, el reloj de Samsung no puede siquiera pensar en sustituir al 'smartphone' más básico, aunque tampoco lo pretende. La mayoría de fabricantes lo consideran una 'segunda pantalla' que amplía las posibilidades de su buque insignia, el Galaxy S4 en el caso de Samsung. El reloj inteligente es un simple intermediario, una conexión extra entre el ordenador (el móvil) y el usuario. Y estando ambos a apenas unos centímetros de distancia, ¿realmente existe la necesidad de hacerse con uno? Otra cosa sería que el reloj fuese quien hiciera las veces de ordenador, funcionara con su propia SIM y permitiera comunicarnos con nuestros amigos a lo Michael Knight en El Coche Fantástico. Pero eso todavía está lejos, cuando no completamente fuera del alcance de la actual tecnología.

El error de seguir los pasos de Apple

El detalle que más diferencia a Galaxy Gear de sus rivales no son sus espeficificaciones técnicas, sino el hecho de que mientras el SmartWatch de Sony, Pebble y I'm Watch son compatibles con cualquier dispositivo Android, Gear no lo es. Samsung ha decidido que su reloj solo es digno de su gama de 'smartphones' Galaxy, haciendo que este dispositivo sea incapaz de funcionar con móviles de otras marcas. ¿Nos recuerda a alguna empresa? Si estás pensando en Apple, estás en lo cierto.

Uno de los éxitos de Android ha sido el código abierto. Cualquier empresa puede adaptar el sistema a sus dispositivos y tener una base estable y rápida sobre la que funcionar. Todos los Android son compatibles entre sí, no importa la marca. Ese es uno de sus puntos fuertes del ecosistema y, al acabar con él, Samsung ha tomado una decisión extraña y a la vez peligrosa. Limitar las opciones de los usuarios rara vez ha sido una buena estrategia. Veremos qué puede ofrecer Apple y si, como apuntan las últimas noticias, Google se acaba subiendo al carro.

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