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El algodón más justo

Una de las imágenes de la exposición, que muestra a una mujer arrojando el algodón recién recogido a una pila. /  Sean Hawkey

María Muñoz

Dar a conocer cómo es el procesado del algodón desde su cosecha hasta su preparación en hilos para su exportación y mostrar cómo es posible que personas que viven y trabajan en países del hemisferio sur pueden recibir salarios dignos y justos por su labor y tener adecuadas condiciones laborales. Es el objetivo de la exposición Tirar del hilo del algodón más justo, una muestra de 24 fotografías que relata la labor de pequeños agricultores de Senegal organizados en cooperativas y donde deciden de forma democrática mujeres y hombres por igual a qué destinar los ingresos extras que reciben.

La muestra, organizada por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo con motivo de la celebración del Día Mundial el pasado 9 de mayo y que recorrerá varias ciudades españolas, enseña el trabajo de los pequeños productores que cultivan el algodón que luego exporta la Federación Nacional de Productores de Algodón. La entidad forma parte de la red de comercio justo y sus 10.000 socios reciben un salario justo y un precio “adecuado” por su producción, explican desde la Coordinadora. El algodón convencional se compra a 34 céntimos el kilo y estos agricultores senegaleses reciben 42.

Además de obtener un precio y un salario más justo, los productores que forman parte de las redes de comercio justo reciben lo que se denomina “prima social”, que se trata de una cantidad extra para que cada cooperativa pueda invertirla en la comunidad en aquellos aspectos que previamente han decidido los trabajadores de forma asamblearia. En este proceso, subrayan desde la Coordinadora, ha sido muy “importante y significativa” la incorporación de la mujer en la toma de decisiones al mismo nivel que los hombres.

Inversión en la comunidad

Las imágenes, realizadas por el fotóperiodista Sean Hawkey muestran el trabajo de varias de esas mujeres y relatan dónde han invertido las cooperativas su “prima social”. En la localidad de Thiokéthian, por ejemplo, se decidió construir una escuela, amueblarla y comprar libros y material escolar para los estudiantes. En la actualidad, también se está construyendo una clínica ya que el personal sanitario tiene que realizar servicios básicos, como pueden las vacunaciones, al aire libre.

Desde la Coordinadora, que agrupa a 29 entidades, señalan que los precios del algodón en África Occidental se han desplomado en los últimos años debido en gran parte a los subsidios que recibe en EEUU esta materia prima. “Según la FAO [Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura], si se eliminara el apoyo a la producción de algodón se incrementarían los precios hasta un 11%, lo que beneficiaría a millones de pequeños productores”, subrayan en la Coordinadora.

La exposición aprovecha que este año el Día Mundial del Comercio Justo se ha centrado en la industria textil y en mostrar “qué es lo que hay detrás de gran parte de la ropa que vestimos”. “El sector muestra de forma muy clara las consecuencias de la globalización y de un modelo injusto, en el que los derechos de los trabajadores y trabajadoras quedan supeditados al beneficio de unos pocos”, subrayan en el manifiesto de la organización. De ahí que desde la Coordinadora se anime a comprar y adquirir ropa y textiles elaborados a través de entidades de comercio justo. “Tira del hilo de la ropa que te pones y elige algodón de comercio justo”, invitan desde la entidad con el objetivo de que cada vez haya más consumidores responsables y por tanto aumente el número de agricultores que formen parte de la red.

La muestra fotográfica se puede ver en el Centro Cultural Galileo de Madrid hasta el 24 de mayo y hasta el 14 en el Centro Cultural de la Obra Social Ibercaja de Huesca. Después recorrerá otras tantas ciudades del país.

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