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Sobre este blog

Interferencia (Wikipedia): “fenómeno en el que dos o más ondas se superponen para formar una onda resultante de mayor o menor amplitud”.

Interferencias es un blog de Amador Fernández-Savater y Stéphane M. Grueso (@fanetin), donde también participan Felipe G. Gil, Silvia Nanclares, Guillermo Zapata y Mayo Fuster. Palabras e imágenes para contarnos de otra manera, porque somos lo que nos contamos que somos.

La Europa de los nuestros

Imagen de las concertinas usadas en muchas de las fronteras del sur de Europa - Wikimedia Commons.

Felipe G. Gil

Una vez más, quiénes nos esforzamos por hacer una lectura crítica de los medios de comunicación y cómo éstos configuran la realidad, hemos de esforzarnos por recordar que estamos en contra de toda clase de guerra, que lo que ha sucedido es atroz, que estamos con las víctimas y que nos solidarizamos con el pueblo belga mientras que condenamos estos actos terroristas.

Y hemos de hacerlo como escudo frente a las críticas que llueven cuando analizamos la narrativa que emerge estos días por parte de muchos de estos medios de comunicación: los editores de las cabeceras de informativos se esmeran en buscar (e incluso solicitar ex profeso) bandas sonoras con pianitos que nos hagan llorar mientras escuchamos testimonios descarnados sobre lo terrorífico que ha sido para algunas personas estar cerca de donde se produjeron las bombas en Bruselas.

Afortunadamente, cada vez más hay un número creciente de personas que se posicionan criticando este tratamiento en el que los medios de comunicación (queriendo o sin quererlo) distinguen entre muertos de primera y muertos de segunda. Si ocurre “aquí”, la narración se espectaculariza y se dramatiza hasta límites en los que parece que lo que estemos consumiendo sea una película. Si ocurre “allí”, la narración se vuelve aséptica, estadística, numérica, fría y distante.

Ante esa batalla mediática (que es compleja y en la que no es fácil posicionarse), uno de los referentes de humor político en Twitter, Gerardo TC, hacía anteayer el siguiente comentario:

A lo cual respondió Ignasi Guardans diciendo

Guardans más adelante y como respuesta a otro tuit que le matiza “desde luego, lo que parece es que a algunos medios le dan más importancia a unas muertes que a otras”, contesta diciendo: “Y así debe ser. Somos seres humanos” y termina apostillando en otro tuit: “Y es humano sufrir más por tu familia, tus vecinos, los de tu tribu, tus conciudadanos, que por otros humanos. Es ley natural”.

Este intercambio muestra la complejidad de la que antes hablábamos. Sin embargo, en la postura de Guardans subyace parte del problema de cómo se está abordando narrativamente desde Europa todo lo relativo a la denominada crisis migratoria. Amparados en una postura políticamente incorrecta pero entendible desde el sentido común (es evidente que a todos nos duele más la muerte de un ser cercano que de otro lejano) se justifica una política de medios y a unas narrativas que poco a poco van simplificando al “otro”: al que está lejos, al que no entendemos, el que habla diferente, el que tiene otras costumbres, el que no viste como yo, el que no piensa como nosotros, el que viene a quitarnos el trabajo, el que viene a terminar con nuestro pacto de convivencia, el que habla árabe o profesa el Islam, el que pone bombas…

No es ninguna exageración, la hiperrepresentación del drama de “los nuestros” y la simplificación y reducción del drama ajeno y lejano, termina por favorecer estos atroces estereotipos donde se terminan equiparando Islam con terrorismo. Despersonalizar el drama ajeno por lejano contribuye mediáticamente a generar fantasmas y monstruos hechos de prejuicios. Por eso es precisamente lo contrario lo que debemos hacer desde los medios de comunicación...tratar de comprender la atrocidad desde otros puntos de vista, usar estas oportunidades para empatizar con quienes huyen de una situación donde el miedo no es algo puntual que les golpea de cuando en cuando, sino un sentimiento que forma parte de su propia identidad y es indisoluble a su existencia.

Por otra parte, cabe hacerse preguntas muy profundas sobre la construcción del “nosotros”. ¿Por qué hemos de sentirnos más cerca de un belga que de un marroquí? ¿Por qué ese “nosotros” no podría incluir a familias con vidas precarias que huyen del horror de Siria o Irak? ¿Qué ha de decir ese “nosotros” sobre el acuerdo que acaba de firmar la UE con Turquía? Son muchas las preguntas que podrían cuestionar esa distinción entre lo que debe o no debe tocarnos dependiendo de las latitudes y las historias que consumimos.

Ahora más que nunca necesitamos periodismo situado, información rigurosa y analizar la complejidad de una situación en la que, al contrario de lo que se comentaba esta mañana en una tertulia radiofónica, la solución no pasa por aumentar la seguridad y construir una policía europea. Eso es precisamente el resultado de retratar al que está lejos como el otro: querer construir muros que nos separen de quienes no somos nosotros. Pero nosotros ya somos los otros. Y de muros, en Europa, vamos sobrados.

Sobre este blog

Interferencia (Wikipedia): “fenómeno en el que dos o más ondas se superponen para formar una onda resultante de mayor o menor amplitud”.

Interferencias es un blog de Amador Fernández-Savater y Stéphane M. Grueso (@fanetin), donde también participan Felipe G. Gil, Silvia Nanclares, Guillermo Zapata y Mayo Fuster. Palabras e imágenes para contarnos de otra manera, porque somos lo que nos contamos que somos.

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