Insulza define el informe sobre drogas de la OEA como un “llamado al diálogo”

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, definió el informe sobre drogas elaborado por su organismo y entregado hoy al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, como “un llamado al diálogo” continental sobre este problema.

Insulza, que depositó en manos de Santos el informe “El problema de las drogas en las Américas” para que lo distribuya entre los demás mandatarios como así se lo habían solicitado, defendió el estudio como una herramienta, no como un compendio de recomendaciones ni mandatos.

“Tal vez el problema es que (en las Américas) definimos de manera distinta (el asunto de las drogas) y por lo tanto queremos actuar de manera diversa, y esto es un intento de busca de síntesis y sinergia para poder avanzar”, afirmó en una declaración a los medios en la Casa de Nariño, sede de la Presidencia colombiana.

Este informe consta de dos apartados, uno que hace un análisis del problema de las drogas en la región y otro que establece cuatro escenarios “que no es que nos gusten pero pueden ocurrir”, dijo.

Éstos plantean la posibilidad de que se fortalezca la actual política antidrogas, la experimentación con modificaciones legales, una reacción conjunta de la sociedad o que algún país rompa unilateralmente la política global y tome decisiones por su cuenta.

La elaboración de este informe de la OEA fue un mandato de los países del continente reunidos en la VI Cumbre de las Américas de Cartagena de Indias de abril de 2012.

Como anfitrión y partidario de un debate sobre de las actuales estrategias contra el problema de las drogas, Santos fue el portavoz que encargó el informe que hoy, un año y un mes después, calificó de “magnífico”.

“Eso era lo que queríamos, evidencia empírica sin prejuicios. Y ahora empieza el verdadero trabajo, que es la discusión a nivel político para ver cuáles son las alternativas mejores para enfrentar este problema”, dijo Santos.

El presidente colombiano quiso aclarar, “porque nunca faltan los críticos que quieren encasillarnos”, que “aquí nadie está defendiendo ninguna postura: ni la legalización, ni la regulación, ni la guerra a cualquier precio. Lo que tenemos que hacer es usar estudios serios y ponderados como el que hoy presenta a la OEA para encontrar mejores soluciones”.