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El secretario de Estado estadounidense llega a Rusia con un ultimátum de Trump para Putin sobre Siria

Rex Tillerson, a su salida de una ofrenda floral en el mausoleo de Atatürk, en su visita a Ankara el 30 de marzo.

EFE/eldiario.es

Las relaciones entre Rusia y EEUU viven su momento más complicado desde el final de la Guerra Fría, dijo el martes el Ministerio de Exteriores ruso en un comunicado, a pocas horas de que llegue a Moscú el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson.

A pesar de este pronóstico, Moscú no ha perdido todas sus esperanzas en Donald Trump. La declaración culpa a “la anterior Administración de EEUU”, la de Barack Obama, por haber hecho “todo lo posible para empeorar las relaciones” bilaterales, y por ello afirma que esperan que la visita de Tillerson sea “productiva”.

“Confiamos en que haya unas negociaciones productivas. Esto es importante no solo para el futuro desarrollo de nuestra cooperación bilateral, sino para la situación general internacional”, afirmó el Ministerio.

La cancillería no dudó en acusar a la Administración de Obama tanto de la guerra de Siria como de la de Ucrania, dos de los principales temas que tratarán el miércoles en su reunión Tillerson y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov.

“Los intentos de culpar a Rusia que se llevaron y se llevan a cabo por el 'establishment' político estadounidense son una hipocresía. No fuimos nosotros los que provocamos la revuelta anticonstitucional en Ucrania, ni tampoco prendimos la hoguera de la llamada primavera árabe”, subraya la nota.

Moscú dejó claro que no va a ceder a las presiones anunciadas por Washington sobre el apoyo al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, y reiteró que pedirá a Tillerson explicaciones sobre el ataque de EEUU a una base área siria, además de insistir en una investigación imparcial del uso de armas químicas en el país árabe.

Aunque el Kremlin y la Casa Blanca han defendido unirse para enfrentarse al Estado Islámico, el ataque con armas químicas contra una localidad siria, atribuido por Washington a Damasco, y el bombardeo con misiles contra la base aérea siria han vuelto a alejar las posturas de los dos países sobre el conflicto en Siria.

EEUU acusa a Rusia de encubrir el ataque

La Casa Blanca ha acusado a Rusia de encubrir la autoría del ataque con armas químicas sobre una localidad siria y del que responsabiliza directamente al Gobierno de Bashar al Asad, según un documento al que ha tenido acceso The New York Times.

En el documento, la Casa Blanca acusa a Siria y Rusia de confundir a la comunidad internacional sobre el ataque con una “falsa narrativa”. En el texto también se detalla que los servicios de inteligencia estadounidenses tienen pruebas de que el Ejército de Al Asad usó gas sarín contra la población civil.

Una fuente citada por el periódico afirma que el objetivo de Rusia es “encubrir” la autoría del Gobierno de Al Asad en el ataque con armas químicas, en el que más de 80 personas perdieron la vida.

El giro de Trump

Las posibilidades de un acuerdo sobre Siria son muy reducidas desde el ataque con armas químicas. Tras centrar su atención en relación a Siria en la guerra contra el ISIS, la Administración de Trump ha radicalizado sus mensajes contra Asad y le ha amenazado con nuevas represalias si se producen nuevos ataque contra la población civil. Según lo dicho por el portavoz de la Casa Blanca el lunes, no sería necesario que esos ataques fueran únicamente con armas químicas para activar la respuesta militar norteamericana.

Tillerson anunció que exigirá a Moscú que deje de apoyar a Asad, pero las posibilidades de que Rusia ceda son nulas. En el último día de la reunión del G7 en Italia, el secretario de Estado afirmó que Rusia debe elegir entre los acuerdos con EEUU y sus pactos con “Asad, Irán e Hizbolá”. En la misma línea, Tillerson acusó a Rusia de no haber cumplido su misión de garantizar el acuerdo de desarme que hizo que Siria entregara su arsenal de armas químicas en 2013 y que fue negociado por Washington y Moscú.

Lavrov insistirá a su colega en que no hay pruebas que demuestren que el ataque con armas químicas que costó la vida a más de 80 personas fue obra del Ejército sirio. “Occidente ha culpado sin pruebas del ataque a las autoridades de Siria, pese a que en la zona operan combatientes del Frente al Nusra (antiguo aliado de Al Qaeda), que se dedicaban a la fabricación de bombas cargadas con sustancias venenosas”, señala la nota.

De la agenda de Tillerson en Moscú, sólo se sabe que el miércoles mantendrá una reunión con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov. Los secretarios de Estado norteamericanos siempre tienen la oportunidad de reunirse con Putin cuando visitan Moscú, pero en este caso esa cita no está aún garantizada. “Todavía no puedo confirmarlo”, dijo el portavoz de la Presidencia rusa a los medios.

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