El activista ruso de Pussy Riot acusa al espionaje ruso de su envenenamiento

El activista ruso y miembro del grupo punk Pussy Riot Piotr Verzílov, trasladado el 14 de septiembre de Moscú a Berlín por un presunto envenenamiento, responsabilizó hoy de su situación a los servicios secretos rusos, en una entrevista al diario alemán “Bild”.

“Doy por supuesto que los servicios secretos rusos se encuentran detrás mi envenenamiento, posiblemente la agencia de espionaje militar, el GRU. El envenenamiento fue tan profesional que no deja lugar a otra conclusión”, asegura.

Verzílov cree que probaron en él “un nuevo cóctel venenoso” a juzgar por los efectos: “No pasaron varios días hasta que yo noté algo, fue algo inmediato. De los días siguientes no recuerdo nada”.

El activista fue el 11 de septiembre a declarar a un juzgado de Moscú tras haber irrumpido en el campo de fútbol durante la final del Mundial de este año y empezó a sentirse mal de forma inmediata. En los días siguientes perdió la visión, la orientación y el habla.

Poco después se decidió su traslado en un avión medicalizado al prestigioso hospital Charité de Berlín, donde el equipo que le ha tratado consideró “probable” que hubiese sido envenenado porque presentaba un cuadro semejante al de un envenenamiento por anticolinérgicos.

No obstante, los médicos no han logrado encontrar ninguna sustancia sospechosa en su sangre.

“Vuelvo a estar bien. Espero que me den el alta lo antes posible. Y quiero volver a Rusia”, añade Verzílov, que asegura no tener miedo, pese a que es consciente de que en su país, como activista, corre “un cierto peligro”.

Anteayer un abogado de Verzílov solicitó al Comité de Investigación de Rusia que inicie pesquisas sobre este caso, ante el “posible envenenamiento” del activista.