La Eurocámara pide un salario mínimo para reducir la pobreza de los trabajadores

Bruselas, 10 feb (EFE).- El pleno de la Eurocámara respaldó este miércoles un salario mínimo a nivel europeo, con el objetivo prioritario de impedir que existan personas que, aun trabajando, se encuentren en situación de pobreza.

El texto aprobado propone, además, marcos comunes para pensiones y rentas mínimas en toda la Unión Europea (UE).

Así, los eurodiputados dieron luz verde, con 365 votos a favor, 118 en contra y 208 abstenciones, a una resolución, cuyo objetivo es reducir las desigualdades y la pobreza entre los Estados miembros y dentro de ellos, con especial atención a los trabajadores pobres.

“Es importante tener mecanismos, como los salarios mínimos, que salven a los trabajadores de caer en la pobreza”, explicó a Efe la ponente principal del texto, la eurodiputada Özlem Demirel, quien aseguró que “el trabajo ya no es el mejor remedio para la pobreza”.

En ese sentido, el comisario de Empleo y Derechos Sociales, Nicolas Schmit, recordó, durante el debate en la Eurocámara, que la Comisión Europea lanzó el pasado mes de octubre una propuesta de directiva sobre salarios mínimos, que se encuentra en estudio por los colegisladores y que espera que se apruebe “en breve”.

Sin embargo, el eurodiputado José Gusmao, del Grupo de la Izquierda, criticó que dicha directiva “es sobre nada”, puesto que no impone siquiera la existencia de un salario mínimo en todos los Estados miembros.

La portavoz de la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo, la socialista Cristina Martín Maestre de Almagro, por su parte, destacó la necesidad de tener salario mínimo europeo ya que es “garantía de justicia y dignidad en el empleo” y no se puede “admitir que existan ciudadanos europeos de primera y de segunda”.

Según Eurostat, el salario mínimo más alto de la Unión Europea, el de Luxemburgo (2.202 euros mensuales) es seis veces mayor que el más bajo, de Bulgaria (322 euros).

La portavoz de Identidad y Democracia, la parlamentaria de extrema derecha Dominique Bilde, en cambio, acusó a la UE de actuar “como un paraíso social para los trabajadores”.

Otra de las medidas estrella propuestas en la resolución es el fortalecimiento de los sistema de seguridad social de los países comunitarios y el de los convenios colectivos y sindicatos, que, según Demirel, han sido socavados por las nuevas formas de empleo precario, cuyo único objetivo es la competitividad.

Así, Marianne Vind, de los socialdemócratas, también defendió estas medidas, puesto que “necesitamos un entorno laboral seguro para todos y hay mucho que hacer”.

El informe también recoge la creación de un “número de seguridad social europeo” que, como explicó a Efe la ponente del texto, podría ayudar a los trabajadores temporeros que deben cambiar de país cada cierto tiempo, con todas las dificultades que eso entraña.

La resolución reclama, además, igualdad de condiciones laborales para los trabajadores atípicos, como los de las plataformas digitales, a menudo, con trabajos muy precarios.

MUJERES Y JÓVENES, LOS MÁS AFECTADOS

“La pandemia ha hecho que más mujeres caigan en pobreza”, aseveró la demócrata Vilija Blinkeviciute, portavoz de la Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género, quien recordó que las desigualdades ya eran preocupantes antes de la pandemia y que se están viendo agravadas por esta.

En ese sentido, el texto pide más protección para las mujeres, ya que corren un mayor riesgo de pobreza y exclusión social que los hombres, por lo que los eurodiputados proponen seguir luchando contra la brecha salarial y garantizar el acceso a guarderías asequibles y de calidad.

Los jóvenes forman otro de los colectivos más afectados por la crisis, por lo que el informe también prevé medidas que aseguren la protección de los becarios, pidiendo a la Comisión que prohíba las prácticas no remuneradas, para que las empresas los vean “como una inversión y no como trabajadores gratis”.

“Tenemos que mostrar solidaridad con los jóvenes”, concluyó Schmit, quien aseguró que se necesitan fondos para tratar el desempleo juvenil, puesto que “no queremos una generación perdida, o peor todavía, una generación desesperada”.