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El fundador de Blackwater se reunió en secreto en nombre de Trump con un representante de Putin

Erik Prince, izquierda, en su época de consejero delegado de Blackwater.

EFE

Washington —

El fundador de la empresa militar privada estadounidense Blackwater, Erik Prince, mantuvo una reunión secreta en enero con una persona cercana al presidente de Rusia, Vladímir Putin, en un aparente intento de abrir líneas de comunicación entre Moscú y el entonces presidente electo de EEUU, Donald Trump.

Así lo asegura The Washington Post, al señalar que la reunión se celebró el 11 de enero (nueve días antes de la investidura de Trump) en las islas Seychelles y fue organizada por Emiratos Árabes Unidos.

El periódico, que cita como fuentes a funcionarios estadounidenses, europeos y árabes, indica que, aunque el programa completo de la reunión no está claro, Emiratos se ofreció a organizar el encuentro para explorar si se podía convencer a Rusia de que limitara su relación con Irán, incluidos sus lazos con Siria.

De acuerdo con el rotativo, se trataría de un objetivo del Gobierno de Trump que habría requerido grandes concesiones de Washington a Moscú en cuanto a un eventual levantamiento de sanciones impuestas a Rusia.

Prince no tuvo ningún papel ni en la campaña de Trump para las elecciones de 2016 ni en su equipo de transición al poder, pero se presentó como un enviado no oficial a los emiratíes implicados en la preparación de la reunión con el enviado de Putin, según las fuentes, que no identifican a ese ciudadano ruso.

El fundador de Blackwater fue un entusiasta seguidor del actual presidente durante el proceso electoral del año pasado y, tras la Convención Nacional Republicana de julio, donó 250.000 dólares a la campaña de Trump, al partido y a un grupo de apoyo al magnate. El presidente nombró a su hermana Betsy DeVos como secretaria de Educación.

Prince, que fue visto en las oficinas del equipo de transición de Trump en Nueva York en diciembre, tiene lazos con el círculo del presidente, como su estratega jefe, Stephen Bannon.

Según las fuentes estadounidenses del diario, el FBI ha estado investigando la reunión de Seychelles como parte de una pesquisa más amplia sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016 en EEUU y los presuntos vínculos entre colaboradores de Trump y Putin.

La reunión en las islas del océano Índico, que según uno de los funcionarios citados por el Post duró dos días, engrosa la creciente lista de contactos entre rusos y estadounidenses vinculados a Trump, que la Casa Blanca ha sido reacia a reconocer o explicar hasta que han sido divulgados por los medios.

“No tenemos constancia de ningunas reuniones y Erik Prince no tenía papel alguno en la transición”, afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.

La Casa Blanca sí ha admitido que tanto Michael Flynn, exconsejero de Seguridad Nacional de Trump, como Jared Kushner, yerno y asesor del presidente, se reunieron con el embajador ruso en EEUU, Sergey Kislyak, a finales de noviembre o principios de diciembre en Nueva York.

Actualmente, hay abiertas tres investigaciones sobre la supuesta intrusión rusa en los comicios de EEUU y los posibles lazos entre el equipo de Trump y Rusia: la del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, la de la comisión homónima del Senado y la del FBI.

Un portavoz de Prince aseguró en un comunicado que el fundador de Blackwater “no desempeñaba papel alguno en el equipo de transición” y que la noticia del diario es una “invención completa”.

Erik Prince es conocido por haber fundado Blackwater (que ahora se llama Academi), empresa que vendió a un grupo inversor en 2010 y que fue acusada de violaciones de derechos humanos durante la invasión estadounidense en Irak, la pasada década. Recibió un contrato millonario para dar seguridad al personal civil y diplomático norteamericano en Irak y sus guardias armados mataron a varios civiles en incidentes denunciados como asesinatos por sus víctimas.

Posteriormente, Prince vendió la compañía. Ahora dirige otra, Frontier Services Group, con sede en Hong Kong, también dedicada a crear una red de empresas paramilitares dedicadas a la seguridad privada.

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