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Los 193 estrados de la Asamblea General de la ONU y alguno más

Los 193 estrados de la Asamblea General de la ONU y alguno más
Naciones Unidas —

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Naciones Unidas, 24 sep (EFE).- El mármol verde de la Asamblea General de la ONU ha cedido el protagonismo este año a toda una variedad de decorados para los discursos pregrabados de los líderes internacionales, que aprovechando el novedoso sistema virtual de la cita han podido personalizar a su gusto el formato y el fondo desde el que hablar al mundo.

Sentados, de pie, desde un despacho o un gran salón, con fondos neutros o cuadros; incluso con fotos de familia, como eligieron varios monarcas árabes como el rey Abdalá de Jordania, el jeque Tamim bin Hamad al Zani de Catar o el rey saudí Salman Bin Abdulaziz al Saud; los líderes del mundo han ido desgranando sus visiones del mundo ante Naciones Unidas.

Otros han elegido ofrecer su discurso desde un exterior, como el presidente de Finlandia, Sauli Niinstö, que se apoyó en una pequeña mesa redonda mientras se dirigía a la comunidad internacional.

El jefe de estado cubano, Miguel Díaz-Canel, prefirió aparecer rodeado de un frondoso fondo de plantas tropicales iluminadas y el presidente de Palau, Tommy Esang, intervino frente a una vitrina recargada de trofeos de béisbol y vestido con un polo rosa.

Pero quien definitivamente más arriesgó en su apuesta pregrabada, fue el venezolano Nicolás Maduro, que con un retrato de Simón Bolivar a su espalda arrancó su discurso con una mascarilla o tapabocas y más allá de limitarse a los planos generales y medios, característicos de la gran mayoría de discursos, jugó con picados y contrapicados de la cámara que a veces se mantenía estática y otras se movía por distintas partes de la sala.

A falta de directrices concretas, más allá de la recomendación de no extenderse más de 15 minutos, a la que no todos se ajustaron, como el presidente galo, Emmanuel Macron, que se alargó 48 minutos, los distintos estados parecen haber improvisado el escenario que han considerado más apropiado para la ocasión.

Como asegura a Efe Richard Gowan, director del departamento de Naciones Unidas en el centro “International Crisis Group”, los líderes se tomaron su tiempo para hacer estos vídeos y quizá intentan, “de alguna manera, dar la impresión de que están en una versión del hemiciclo de la Asamblea General”.

Cuando la reunión concluya la próxima semana, habrán sido 193 países más los observadores, los que hayan mostrado su propia versión del estrado de la ONU.

LA BANDERA DE NACIONES UNIDAS, LA GRAN AUSENTE

Quizá por eso, el atril, buscando la mayor semejanza posible con el estrado de la sede neoyorquina de la organización, ha sido el atrezzo al que más han recurrido los líderes internacionales, que, sin embargo, no han coincidido en la necesidad de colocar junto a sus banderas nacionales la señera de Naciones Unidas.

De hecho, han sido los menos los que han optado por este esquema, como el presidente ruso Vladimir Putin, el cubano Díaz Canel, el argentino Alberto Fernández o el presidente de Uzbequistán Savkat Mirziyoyev, que a falta de una, hizo su aparición con tres banderas nacionales y otras tres de la ONU repartidas en ambos flancos.

El presidente estadounidense, Donald Trump, el chino Xi Jinping, o el brasileño Jair Bolsonaro, entre muchos otros, prefirieron aparecer acompañados únicamente con los colores de su bandera nacional, que en algunos casos como en el de la comparecencia turca se multiplicó por dos y en otros, como en la intervención del presidente colombiano, Iván Duque, dejó un fondo completamente cubierto por diez oriflamas tricolores.

En el caso de Macron, el jefe de Estado francés eligió aparecer con su estandarte acompañado del de la Unión Europea.

UNA SALA SEMIVACÍA

Y entre una intervención y otra, la imagen vuelve siempre al hemiciclo semivacío, donde los jefes de las misiones diplomáticas sentados en hileras despejadas presentan a los voceros de sus respectivos países.

Una fotografía de la Asamblea General que para Gowan “tristemente, captura algo sobre el estado de ánimo actual a nivel global, donde la cooperación parece estar en declive”.

MÁS LÍDERES PERO MENOS ENERGÍA

Este formato, que técnicamente ha sido bien resuelto por los organizadores, con alguna excepción como la intervención de Bolsonario que fue suspendida y vuelta a emitir después de que hubiera arrancado sin la interpretación a otros idiomas, también ha animado a varios líderes que llevaban años sin acompañar a sus delegaciones a Nueva York a enviar su discurso en vídeo.

Rusia, Arabia Saudí, Filipinas o Argelia son algunos ejemplos de estados cuyos jefes de Estado posiblemente no hubieran intervenido si la cumbre se hubiera celebrado en persona en Manhattan.

En total serán entorno a 119 jefes de estado los que tomen virtualmente la palabra, frente a los entre 70 y 80 que los suelen hacer en otras ocasiones.

Sin embargo, para Gowan, aunque positiva, esta contribución es “mínima” comparada con la “falta de interacción humana, con el hecho de que presidentes y primeros ministros no hayan podido reunirse en persona. Esto ha restado mucha energía al evento y esto significa que la ONU es menos útil como un espacio para la diplomacia privada de alto nivel”.

“Obviamente, es una decepción”, concluyó Gowan, que sobre todo destacó la desafección mostrada por Donald Trump hacia la ONU con una intervención de apenas siete minutos, así como la tensión entre China y Estados Unidos, e incluso Rusia, que quedó patente tras las sesiones del primer día de debates.

“El hecho de que básicamente Trump haya usado la ONU como una plataforma para lanzar un breve discurso de campaña contra China realmente muestra cómo de mal están las relaciones entre las dos potencias”, dijo el analista, para quien, Xi, por su parte, intentó mostrarse como el líder alternativo a EE. UU en Naciones Unidas, con un discurso más comedido.

Gowan no descarta en absoluto la posibilidad de que el próximo año, la ONU se vea forzada a repetir el mismo formato si la pandemia aún no ha remitido o no ha podido ser controlada .

“Entonces, esperaría que todo el mundo invirtiera mucho en conseguir unos fondos realmente elegantes y emocionantes” frente a los “bastante improvisados” escenarios que este año nos están brindando los líderes internacionales.

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