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Los friegaplatos españoles de “la sede del Brexit” se rebelan contra el magnate para el que trabajan

Protesta de los friegaplatos a la puerta del club londinense 5 Hertford Street

Analía Plaza

En el número 5 de Hertford Street, en el distinguido y céntrico barrio londinense de Mayfair, a pocos metros de Hyde Park y a diez minutos andando del Palacio de Buckingham, se encuentra uno de los clubs más exclusivos de la ciudad. El precio de la membresía no es público —hay informaciones que lo cifran en un máximo de 2.750 libras anuales; otras, en alrededor de 2.000— y, como en todos los espacios privados de este tipo, para pertenecer a él hay que solicitarlo y que te acepten (los rumores dicen que no todos los multimillonarios lo consiguen).

Según el Financial Times, hay 3.500 miembros: la mayoría lo usan como espacio para entretener a sus contactos de negocios, pero entre sus visitantes también hay famosos de la talla de Leonardo DiCaprio, Mick Jagger, los One Direction o Penélope Cruz. Su fundador es un conocido magnate inglés: Robin Birley, 'leaver' declarado y financiador del partido ultranacionalista UKIP y de la campaña del conservador Boris Johnson, nuevo primer ministro británico. Así que además de famosos, en el 5 de Hertford Street se reúnen los políticos del Partido del Brexit, que incluso bromean en redes sociales y lo llaman el “Brexit HQ” (la sede del Brexit).

En el club trabajan cocineros, camareros, limpiadores y friegaplatos ('kitchen porters' en inglés), estos últimos a razón de 9 libras la hora. El salario mínimo inglés está en 8,21 libras por hora, pero en Reino Unido también existe el concepto de 'living wage' (sueldo digno, sueldo para vivir) que supervisa una fundación y al que se adhieren las empresas que lo pagan. El 'living wage' está en 9 libras por hora y sube hasta 10,55 en Londres, considerablemente más cara que el resto del país. Hasta principios de junio, los friegaplatos cobraban 8,65 libras por hora: casi dos libras menos de lo que se estima como mínimo para vivir allí.

Trabajando cuarenta horas por semana, eso son 1.384 libras al mes. Un piso de una habitación a más de una hora en transporte público del centro cuesta como poco unas 900 libras mensuales, según datos de la Agencia de Valoración de Londres. El precio medio de una sola habitación es de 575 libras.

Los friegaplatos, en su mayoría latinoamericanos con nacionalidad española, trabajaban sin quejarse hasta finales de junio, cuando el club decidió subcontratarlos a través de la empresa de limpieza ACT Clean.

“La agencia trabaja para muchos otros negocios, así que supusimos que nos iba a rotar: una semana en el club, otra en otro sitio...”, explica uno de los empleados afectados. La empresa quería cambiar sus horarios y las condiciones iniciales rebajaban los días de vacaciones pagadas, no mejoraban la baja por enfermedad (la mínima: 94 libras semanales a partir del cuarto día) y eliminaban un pequeño bonus anual de 300 libras. Cinco dejaron la empresa antes de firmar. Y de los diecinueve restantes, la mitad se afilió al sindicato IWGB (Independent Workers Union of Great Britain, famoso por representar a riders de Deliveroo o conductores de Uber) para protestar contra esta externalización.

“Conocíamos el sindicato por un amigo que trabaja como limpiador”, continúa este empleado. “Una vez me comentó: hermano, id al sindicato que os defiende. Cuando vimos el problema dije: vamos, porque nos van a echar”.

En ese momento empezaron las protestas. El 30 de mayo los afectados se manifestaron a las puertas del club y amenazaron con ir a la huelga. Unos días después, la empresa aceptó subir sus salarios 0,35 libras por hora y dijo que ni rotaría ni cambiaría los horarios. Y, finalmente, el sindicato obligó a ACT Clean a comprometerse por escrito a mantener el bonus.

“No logramos parar la externalización”, dice Henry Chango, representante de IWGB. “Pero como sindicato luchamos contra compañías así, que vienen a explotar a los trabajadores y hacerlos más precarios. Si subcontratan es porque la empresa quiere hacer más dinero. Logramos que se respetaran las condiciones. Ahora han suspendido a ocho de ellos”.

“Es persecución sindical”

Tras cinco protestas en la puerta del club pidiendo una nueva mejora de las condiciones —baja por enfermedad y subida del salario hasta los 10,55 que marca el 'living wage'— ocho friegaplatos han sido suspendidos de empleo por la subcontrata, que no ha contestado a varias solicitudes de información de este diario. Según el sindicato, la compañía argumenta que no cumplen sus horarios para ocultar que los suspende por protestar y estar afiliados. El club tampoco ha respondido a una solicitud de información. En declaraciones a The Guardian, dijo “estar orgulloso de pagar a sus empleados por encima del salario mínimo nacional” y acusó al IWGB de “hipocresía” por no centrarse en los salarios bajos en otros negocios.

“Nos dijeron que estábamos suspendidos porque nos íbamos antes de tiempo. Yo me he ido dos o tres veces antes. ¿Por qué no ven que me voy después también? Si termino a las cuatro y me voy a las cuatro y media, firmo como que me he ido a las cuatro, no a las cinco”, señala el empleado consultado. “Eso pueden verlo en las cámaras. Pero nos lo hacen por ser del sindicato: hay gente que se va antes y no ha sido suspendida. Cuando preguntamos a la empresa '¿por qué a estos no los suspendieron?' se quedan callados. Se lo he dicho. esto es persecución sindical”.

Entre los ocho suspendidos hay un inmigrante africano, además de los siete latinos (de Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia) con nacionalidad española.

Los empleados esperan ahora a que la subcontrata termine la investigación que dice que está haciendo y les comunique si siguen o no. El sindicato, por su parte, ha lanzado una campaña pidiendo que dejen de victimizar a los trabajadores y les suban el sueldo.

En ella señalan directamente a Birley, el empresario fundador del club. Birley es hijo de Lady Annabel Goldsmith, una señora de la alta sociedad inglesa famosa por haber montado en los 60 otro famoso club privado, el Annabel. Birley entró en los negocios familiares pero fue expulsado y desheredado más tarde, cuando su padre descubrió que había contratado a un detective privado para espiar al novio de su hermana, India Jane. Así, y tras haber hecho fortuna con una cadena de sandwiches (Birleys Sandwiches), en 2013 creó el club 5 Hertford Street, que rivaliza directamente con el Annabel. Su madre y su padrastro (James Goldsmith) fundaron y financiaron sendos movimientos euroescépticos: Democracy Movement ella y Referendum Party él.

“Es un tipo que quiere el Brexit. Entonces, ¿por qué no quiere inmigrantes? La mayoría de trabajadores del club lo son: hay italianos, franceses, mexicanos, ecuatorianos, muchos cocineros españoles...”, argumenta el empleado. “Toda esta gente está enfadada con nosotros, porque a raíz de las protestas se han cancelado varios eventos y ellos, que ganan bastante por propinas, pierden”.

“Es un tipo que ha donado 250.000 libras a UKIP, el partido más racista, en contra de los migrantes, y 25.000 a Boris Johnson”, señala Chango, de IWGB. “Si [Birley] tiene suficiente dinero para donar a políticos racistas, tiene suficiente dinero para pagar un sueldo digno y las bajas por enfermedad a los inmigrantes que trabajan en su club”.

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