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The Guardian en español

Un organismo internacional prohíbe el comercio de marfil para frenar la caza de elefantes

Las mafias pueden conseguir unos 1.100 dólares por kilo de marfil en China.

Oliver Milman

Los países y las organizaciones ecologistas han acordado poner fin al comercio interno de marfil, a pesar de que la resolución casi se frustró por las objeciones de naciones como Japón y Sudáfrica. Después de tres días de movimientos políticos, desacuerdos y ruptura de negociaciones, los delegados en el congreso de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en Hawái han acordado un texto que pide a los países que acaben con el comercio interno de marfil “con urgencia”.

La moción no tiene capacidad legal, pero los ecologistas esperan que anime a los países a vetar la venta de marfil dentro de sus fronteras para ayudar a frenar la descontrolada caza furtiva de elefantes. El comercio internacional del marfil lleva prohibido desde 1989 pero en muchos países, como Estados Unidos, Reino Unido y China, el comercio interno sigue estando permitido para las antigüedades.

“El cierre de los mercados nacionales del marfil enviará a los traficantes y a las mafias del crimen organizado un mensaje claro: que el marfil no tiene valor y ya no les servirá de apoyo a sus actividades criminales, que dan lugar a problemas de seguridad en las comunidades locales y a la aniquilación de la fauna”, explica Cristian Samper, alto ejecutivo de la organización Wildlife Conservation Society. “Este movimiento para proteger a los elefantes africanos nos da esperanzas a todos y garantizará que estos animales sigan siendo una parte esencial del magnífico patrimonio natural de África”.

La prohibición ha recibido el apoyo de la mayor parte de los 217 miembros estatales y nacionales de la UICN, así como de las 1.000 organizaciones ecologistas que forman parte de la institución. Pero un grupo de países, entre los que están Japón, Namibia y Sudáfrica, han defendido que sería mejor regular los mercados internos que cerrarlos.

Se esperaba lograr un consenso para este sábado, pero Japón y Namibia propusieron una serie de enmiendas que habrían suavizado la resolución para que se limitara a pedir a los países que se regulen a sí mismos. Sin embargo, los representantes de países como Uganda, Camerún y Kenia defendieron con contundencia la prohibición y la mayoría de los delegados acabaron votando a favor.

Andrew Wetzler, subdirector de programas del Natural Resources Defense Council, señala que espera que una reunión de países en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies en Peligro de Extinción que se celebrará en Johannesburgo este mes reafirme el compromiso de cerrar los mercados internos del marfil.

“La votación de este domingo por parte de los miembros de la UICN supone la primera ocasión en que un organismo internacional de relevancia pide a todos los países del mundo que cierren sus mercados legales de marfil de elefantes”, apunta. “Es de verdad un momento relevante y una victoria para los elefantes”.

El primer censo a nivel continental de elefantes de la sabana africana determinó que casi un tercio fueron eliminados entre 2007 y 2014. Los cazadores furtivos atacan a los animales para llevar el marfil de sus colmillos a Asia. Las mafias pueden conseguir unos 1.100 dólares por kilo de marfil en China, que anunció el año pasado que acabaría con su mercado interno. A pesar de que el comercio internacional de marfil lleva prohibido más de 25 años, un próspero mercado negro ha provocado la matanza de elefantes y de las personas encargadas de protegerlos.

Traducción de Jaime Sevilla Lorenzo

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