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Análisis Apotheon, la Grecia Clásica en todo su esplendor

Apotheon

Daniel Moreno

A estas alturas ya no creemos necesario volver a remarcar la importancia cada vez mayor de los títulos independientes dentro de una industria del videojuego saturada de propuestas genéricas, incapaces de transmitir frescura al estar atadas por un evidente agotamiento de esquemas, fórmulas y mecánicas. Pese a todo, la gran mayoría de juegos indies pasan completamente desapercibidos para el gran público, aunque bien es cierto que cada vez un número mayor de ellos consiguen dar la campanada.

No tenemos claro lo que ocurrirá con el título que hoy nos ocupa, un Apotheon desarrollado por Alientrap. Pero lo que sí podemos afirmar es que al menos sirve para revalidar el ingenio, talento y gran saber hacer de sus responsables, ofreciendo una propuesta a mitad de caballo entre varios géneros y propuestas tanto actuales como clásicas, convirtiéndose así en uno de los indies más llamativos de comienzos de año.

¿Su principal reclamo? Contar con un llamativo estilo artístico inspirado por la cerámica de la Grecia Clásica. Y no, no hace falta que sigáis leyendo hasta el final de este análisis para que os desvelemos nuestras sensaciones sobre este apartado, porque desde ya mismo os adelantamos que es sobresaliente. Tanto que nos dan ganas de subrayar este término y rodearlo con luces de neón.

Un solo hombre contra los dioses.

Comencemos. La misma esencia central de Apotheon destila clasicismo por sus cuatro costados, dado que nos llevará a vivir el ‘viaje del héroe’ desde sus comienzos como un ‘mindundi’ hasta su final como salvador de la humanidad. La trama nos situará en la piel de Nikandreos, un joven guerrero que es testigo de cómo todo su pueblo es arrasado por un despiadado ejército sin que los dioses hagan nada para evitarlo. Desde este mismo momento tomaremos como jugador partido en la contienda, disfrutando de una fase tutorial bastante bien implementada que nos llevará a cumplir diversos objetivos mientras conocemos más y más sobre lo que puede dar de sí Apotheon.

Al comprender por fin que los dioses han abandonado a la humanidad, nuestra tarea será entrar en el Olimpo y trepar estancia a estancia hasta lo más alto batallando contra las diferentes deidades de la época en un modo campaña que puede dar para más de diez entretenidísimas horas siempre y cuando nos centremos en los objetivos principales, porque tampoco faltarán los secretos y misiones secundarias, así como nuevos modos de dificultad para elevar el desafío hasta límites insospechados.

Es difícil clasificar con exactitud este título, dado que si optamos por aquello de ‘juego de acción en 2D’ nos quedamos muy cortos. Apotheon, tal y como ocurre con algunos de los Castlevania clásicos, ofrece combates frenéticos y repletos de posibilidades, pero también nos exige que exploremos concienzudamente, que dialoguemos con los personajes, que gestionemos con cabeza nuestro inventario y que nos enfrentemos a jefazos finales temibles. Todo ello permitiéndonos ir de un lado a otro con casi total libertad en una especie de mundo abierto dividido en áreas muy diferenciadas.

A lo largo de nuestra aventura nos encontraremos con no pocos enemigos de diversa índole. Unos optarán por la espada, otros se cubrirán tras escudos, mientras que otros tratarán de darnos caza desde la distancia. Para hacer de Apotheon una propuesta plural, permitiéndonos hacer frente a cualquier amenaza de la forma que creamos conveniente, tendremos a nuestra disposición un sistema de inventario de fácil acceso que nos permitirá alternar rápidamente entre nuestras armas y demás equipo en tiempo real, de forma que podamos reservar nuestras armas más poderosas para los rivales más duros o sacar el arco, jabalinas y demás armas a distancia si queremos ensartar a nuestros enemigos como si fueran jabalíes.

Escudos, lanzas, espadas, cuchillos, hachas, cascos, jabalinas, flechas de diversos tipos, armaduras, bombas incendiarias… Como decimos, tendremos no pocos recursos a nuestra disposición. Sin embargo habrá que tener en cuenta tanto la munición en el caso de las armas a distancia como la durabilidad de las armas cuerpo a cuerpo. Además, siempre podremos comprar nuevas armas e ítems en los bazares, reparar las que ya tengamos o crear nuevos objetos, pociones y potenciadores mezclando diversos elementos que encontremos por el escenario. Por ello, tal y como comentábamos, la exploración de los en ocasiones amplísimos escenarios será crucial, así como el saquear a los enemigos o destruir los diferentes elementos del escenario para conseguir objetos.

En cuanto a modos de juego, aquí es donde encontramos la principal pega de Apotheon, dado que sufre de cierta escasez pese a contar con un modo campaña adictivo y más que funcional. Sus responsables han optado por sumar a la propuesta un modo competitivo local que exige del uso de dos pads tanto en PC como en Playstation 4, pero que, por desgracia, no aporta nada de verdadero valor a la experiencia. Por el contrario un modo cooperativo para el modo campaña le habría sentado de lujo, sin embargo no lo encontramos por ninguna parte, aunque desde Alientrap han reconocido que podrían añadirlo en un futuro en forma de actualización.

Jugando dentro de una ánfora griega.

Tal y como comentábamos al comienzo de este análisis, el elemento más llamativo de Apotheon es su sobresaliente apartado artístico inspirado por las cerámicas de la Grecia Clásica hasta tal punto que tendremos la continua sensación de estar jugando dentro de una ánfora gigantesca en la que todos sus elementos pictóricos han tomado vida. Tanto la paleta de colores y el diseño de los diferentes personajes como, por encima de todo, el fondo de los escenarios, han sido creados siguiendo escrupulosamente esta línea, y el resultado sólo puede calificarse de espectacular. Además cuenta con la particularidad de que cada área de juego tiene un espíritu propio, resultando muy diferentes los bosques de Artemisa al inframundo de Hades.

El apartado sonoro también cumple a la perfección, sobre todo por una banda sonora deliciosa, capaz de acompañar a la perfección cada momento de nuestra aventura. Encontramos partituras melódicas para los momentos de paz y exploración, así como ciertos temas que elevan la tensión cuando estamos pasándolas canutas contra un jefe final. ¿El problema? Pues que, pese a contar con un muy buen doblaje al inglés, ni siquiera encontramos un triste subtítulo al castellano, lo que llevará a más de uno a perderse buena parte de la historia.

Una aventura clásica que rompe todas las barreras.

Con todo esto sólo nos queda recomendar encarecidamente Apotheon. Creemos que todo aquel que disfrute con los videojuegos debería hincarle el diente, incluso aunque esté seguro de que no le gustará lo que encuentre. Su intemporal mezcla de géneros así lo demanda, permitiendo que aquellos que aman los plataformas se adapten a su fórmula, igual que les ocurrirá a los usuarios amantes de la acción o los que gocen con las aventuras. Sinceramente, creemos que la clave de su éxito reside en que todos estos géneros, todas estas ramificaciones de la jugabilidad, han sido implementadas de forma sencilla, tratando que el resultado final sea tan funcional como atractivo.

Apotheon no será el bombazo del año. De hecho es posible que la gran mayoría de jugadores desconozcan por completo su existencia, y que muchos otros olviden su nombre en un par de semanas. Y eso amigos es casi tan injusto como la caída en desgracia de DreamCast, algo que sencillamente no debemos permitir. Además, durante este mes de febrero todos los suscriptores de Playstation Plus, servicio obligatorio para jugar online en PS4, podrán descargarlo sin coste adicional, por lo que creemos que hay pocas excusas para no probarlo, aunque sea para poder decir aquello de ‘vaya, pues sí que es un juego la mar de bonito’.

Lo mejor:

  • Ofrece lo mejor de los juegos clásicos adaptado a los tiempos de hoy: el viaje del héroe, combates frenéticos, exploración, libertad de movimientos, jefes finales, etc.
  • Engancha gracias a su mezcla de géneros. Resultando tan atractivo como placentero de jugar.
  • Su apartado artístico es sobresaliente. Un trabajo brillante.

Lo peor:

  • Carece de subtítulos al castellano, por lo que más de uno se perderá parte de la historia si no domina el inglés.
  • Acabada la aventura, sólo nos queda volver a probar incrementando la dificultad. El modo competitivo local carece de interés, y habrá que ver si sus responsables implementan un cooperativo que le habría sentado de perlas con una futura actualización.

 

 

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