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Análisis Freedom Wars, acción con toques de rol en nuestra PSVita

Freedom Wars

Jaime Pérez

PSVita se encuentra en un vacío que nadie consigue terminar de llenar para poder hacerse un hueco en el mercado. Atosigada en un frente por la avalancha de juegos para dispositivos móviles y presionada en el otro por las grandes producciones de las consolas de sobremesa, lucha por buscar su lugar como paso intermedio y ofrecer la posibilidad de disfrutar sobre la marcha de experiencias más profundas que las de la inmensa mayoría de apps.

Por desgracia, y a pesar de los esfuerzos por conseguir este objetivo, la escasez de títulos y la falta de apoyo por parte de las grandes distribuidoras por adaptar sus más exitosos proyectos, provocan largos períodos de inactividad en los usuarios, que buscan en otras plataformas aquellas obras que no terminan de llegar a la portátil de Sony.

La buena noticia es que el éxito en Japón de ese tipo de juegos conocido como “caza de monstruos”, con Monster Hunter como principal abanderado, invita al menos a la llegada a occidente de algunas producciones dignas de mención.

Éste es sin duda el caso de Freedom Wars, un título que bebe de otros juegos del género, aportando además un marco argumental que lo diferencia de muchos de sus semejantes. Si bien el planteamiento de base no difiere demasiado respecto a otras tantos juegos anteriores, la nueva obra de Japan Estudio nos brinda la posibilidad de vivir una aventura postapocalíptica, dando sentido a todas nuestras acciones y misiones con una trama original que acaba resultando sorprendentemente interesante.

La historia nos sitúa en un futuro lejano, concretamente en el año 102.014, en el que la escasez de recursos del planeta ha llevado a la humanidad a drásticos cambios sociales y organizativos para poder sobrevivir a la precaria situación en la que se encuentra una civilización que poco o nada tiene que ver con la que todos conocemos.

Cada individuo debe ser una pieza productiva del engranaje de los Panópticons, unas localizaciones mitad ciudad-estado, mitad fortaleza, donde se organizan distintas facciones enfrentadas entre ellas. Las normas son tan estrictas, que infligir cualquier de ellas puede acarrear cientos de miles de años de prisión.

Así precisamente comienzan las andanzas de nuestro protagonista, que tras una misión fallida, se encuentra de buenas a primeras encarcelado con una pena de un millón de años sobre su chepa, y con todos sus derechos y libertades “reseteados” para empezar desde cero.

Esta restricción de libertades llega al punto de no poder dormir en posición horizontal ni pasear por la celda, todo ello bajo una estricta vigilancia que castiga con ampliaciones de la condena en cuanto pestañeamos. Afortunadamente nuestro Accesorio, una inteligencia artificial que jugará el papel de acompañante y supervisor a lo largo de la aventura, nos informa de la única forma posible de recuperar nuestro status y nuestras libertades: realizar trabajos forzosos para ser productivo de nuevo y reducir así nuestra condena.

Bajo esta premisa dan comienzo nuestras misiones y tareas, el punto central de la trama para que nuestro desdichado protagonista obtenga privilegios que vayan más allá del mero hecho de respirar.

Tras un breve tutorial donde podremos practicar nuestras distintas habilidades de combate, nos veremos inmersos en una sucesión de misiones, en las que principalmente nos veremos plantando cara tanto a soldados de otros Panópticons como a los Abductores, unos gigantescos androides que haciendo honor a su nombre, abducen a civiles indefensos que tendremos que liberar.

Para poder enfrentarnos a nuestros enemigos, contaremos con un variado arsenal de armas, que irán desde un rifle ligero y un equipo básico para el combate cuerpo, a lanzallamas, rifles de francotirador o lanzacohetes más grandes que nuestro propio protagonista. Se trata sin duda de uno de los aspectos más atractivos de Freedom Wars, que además aporta ese toque tan característico de los RPG como conseguir jugosos botines con los que mejorar nuestra equipación.

Pero el protagonismo absoluto es para nuestro látigo de espinas, un accesorio que nos permite realizar multitud de acciones ofensivas, defensivas y de movimiento. Nuestro látigo nos servirá para engancharnos a cualquier elemento del entorno y llegar a lugares inaccesibles de otro modo, pero también será de gran ayuda para alcanzar algunos de los puntos débiles de los Abductores. A medida que avanza la aventura, tendremos acceso a otras funciones más exóticas como crear muros infranqueables para el enemigo.

La combinación de armas y látigo de espinas ofrece unos combates intensos que permiten una gran libertad de movimiento tanto en tierra firme como en vertical, además de proporcionar muy diversas formas de afrontar cada combate en función del enemigo y del entorno. Probablemente se trate de la faceta mejor conseguida de Freedom Wars, porque a pesar de que pasaremos buena parte de la aventura combatiendo, consigue mantener el interés por derrotar al siguiente enemigo por mucho que llevemos horas de matanzas a nuestras espaldas.

La principal pega reside en un desarrollo que puede resultar demasiado repetitivo. A pesar de no caer en la monotonía y de mantener un nivel de intensidad estable, no podremos evitar la sensación de estar realizando los mismos objetivos una y otra vez, una sensación que no termina de paliarse con la variedad de enemigos y los giros argumentales.

Técnicamente el juego sabe explotar de forma más que decente las capacidades de PSVita, sin embargo, en muchas situaciones percibiremos unos escenarios demasiado planos y faltos de detalles. Eso sí, el diseño artístico tanto de algunas localizaciones con un marcado look postapocalíptico y el propio modelado de los enemigos, ayudan a paliar la escasez de elementos.

La gran virtud reside en su vertiente cooperativa, tanto online como local, que permite compartir nuestras aventuras con otros 3 jugadores y llevar a cabo batallas que pueden resultar realmente apasionantes si nuestros compañeros se coordinan y actúan de forma inteligente. El desarrollo gana unos cuantos enteros cuando trabajamos en equipo, y resulta mucho más satisfactorio atacar conjuntamente a un enemigo mientras otros miembros del equipo brindan apoyo con acciones de soporte.

Freedom Wars es en definitiva un buen juego, uno de los mejores teniendo en cuenta el historial de juegos recientes de la consola. Sólo le ha faltado un desarrollo más variado y elementos innovadores de más peso para conseguir distinguirse realmente de otros títulos de este particular subgénero. Aun así, se trata de un digno representante para los amantes de la “caza de monstruos” que sepan apreciar un interesante trasfondo histórico y la intensidad de desafiantes combates en compañía.

Lo mejor

  • Algunos elementos en los que se basa la trama resultan especialmente atractivos.
  • Las enormes posibilidades que ofrecen los combates cuando disponemos de armas y mejoras avanzadas.
  • El diseño artístico en general y el diseño de los enemigos en particular.
  • Multiplica las cotas de diversión en compañía.

Lo peor

  • El desarrollo acaba resultando repetitivo y poco variado.
  • Los escenarios pecan de planos y faltos de detalle en demasiadas ocasiones.
  • Apenas aporta conceptos revolucionarios respecto a otros representantes del género.
  • Aunque cuenta con subtítulos, habríamos agradecido enormemente el doblaje al castellano.
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