Análisis Hotline Miami 2: Wrong Number, deja salir al psicópata que llevas dentro

¡Que vivan los indies! Solemos gritar a coro cuando un videojuego como el Hotline Miami aterriza en nuestra redacción, puesto que la obra de Dennaton Games no dejó indiferente a nadie con su lanzamiento allá por el año 2012 al ofrecer un arcade de acción sobresaliente al que se le pueden aplicar no pocos calificativos de la talla de macabro, controvertido, rompedor, retro, de psiquiatra, adictivo y, por encima de todo, rematadamente divertido.

Se trató de una propuesta arriesgada, capaz de tomar viejas ideas para aplicarles una nueva capa demoledoramente atractiva, siendo uno de esos juegos capaces de plantearte todo un desafío partiendo de un par de normas bien simples, sin llegar por ello a resultar frustrante, repetitivo o aburrido en absoluto. Cierto es que no era perfecto, y que contaba con ciertos puntos que se podrían haber pulido o más bien ampliado un poco más, pero como decimos fue capaz de ofrecer una gran experiencia que aún a día de hoy, y esperamos que por mucho tiempo, nos gustar rescatar de vez en cuando para desatar nuestros más oscuros instintos.

Siguiendo su estela pero con la ambición de ofrecer más y mejor de lo ya visto; así es como nos ha llegado este Hotline Miami 2: Wrong Number que hoy tenemos el gusto de analizar, un título por ahora exclusivo de PC, PS4 y PS Vita que, os guste o no el género arcade u os parezca o no demasiado violento, deberíais al menos tener en cuenta.

Instintos salvajes.

Son finales de los años ochenta y hemos despertado en una ciudad de Miami profundamente corrompida, en la que mafiosos y criminales campan a sus anchas. Así comienza el primer Hotline, siendo capaz de ofrecer algo extraño por parte de buena parte de los arcades de acción: una historia digna de ser seguida, con ciertas líneas de guion brillantes, contando con ciertos momentos en los que no sabremos a ciencia cierta si lo que vemos en pantalla está ocurriendo de verdad.

Donde lo dejó este primer juego es donde empieza el segundo, teniendo que ser partícipes de las consecuencias. Ahora hay más de un personaje protagonista que quiere tomarse la justicia por su mano machacando, descuartizando y acribillando mafiosos sin ningún tipo de piedad, y por supuesto nosotros seremos los encargados de permitir que puedan cumplir dichas aspiraciones, ya sea a puñetazos, con un bate de beisbol, con una botella rota, con una cadena, con una pistola, con una escopeta, con una porra o con cualquier cosa que nos pueda servir para esparcir sus sesos por la moqueta. Y sí, sorprendentemente las diferentes situaciones de las que seremos partícipes quedarán perfectamente hilvanadas dentro de una trama con tintes surrealista.

Ofreciendo un acabado retro muy colorido y desde una perspectiva cenital, la base jugable de Hotline Miami 2 se resume a limpiar de enemigos cada zona de un nivel. En esta ocasión se amplía tanto el tamaño como la variedad de enemigos, armas, situaciones y escenarios, algo que sin lugar a dudas agradecerán los fans del original, aunque bien es cierto que nunca se abandona este esquema central. Dicho esto podría pensarse que el título de Dennaton Games puede llegar a ser repetitivo, pero nada más lejos de la realidad: es una delicia que te puede mantener enganchado durante horas.

¿Su secreto? Pues igual que en el original creemos que radica en su capacidad para plantearnos un auténtico reto. Moriremos cientos de veces, viéndonos obligados a repetir el nivel una y otra vez hasta la saciedad, pero qué demonios, ni siquiera sé cómo explicar que pese a todo esto Hotline Miami 2 no resulta cansado de jugar ni frustra al jugador en ningún momento. Quizás sea por el hecho de que la jugabilidad está medida al milímetro para que siempre exista una forma, sea la que sea, de superar un nivel, dejando que sea el jugador quien la descubra a base de estrujarse el cerebro y ser hábil, muy hábil con el control.

Este es uno de esos juegos que no te permite el menor respiro, en el que un simple despiste te lleva al fracaso. Te engancha, por supuesto, y te engancha porque te exige y te motiva para que cada vez seas mejor y mejor. Conseguir una puntuación alta a base de encadenar muertes a un ritmo frenético para ir escalando en el ranking mundial pueda acabar convirtiéndose en una de las mayores prioridades de tu vida.

¿Qué más podemos decir? A nivel visual guarda todo el encanto del original, mientras que a nivel sonoro vuelve a destacar al ofrecer ciertos temas sublimes, que acompañan a la perfección en todo momento y que seguramente te apetecerá escuchar fuera del juego. Como perla encontramos la promesa de sus responsables de ofrecer un editor de niveles con el que a buen seguro podremos ampliar hasta límites insospechados su vida útil.

Masacre retro-virtual.

Os avisamos: jugar a Hotline Miami 2: Wrong Number puede dejaros completamente exhaustos, ya sea por su exigencia o por su visceralidad si es que sois de estómago sensible, pero también con la impagable sensación de que cada segundo invertido, cada uno de las decenas de intentos fallidos, cada movimiento torpe que os ha obligado a repetir el nivel, habrá merecido la pena. Es un juego divertidísimo, frenético, original, adictivo y exigente, al igual que resulta la mar de crudo, violento, controvertido y políticamente incorrecto. Pero vamos a ver, ¿acaso los films de Tarantino, de Robert Rodríguez o de Winding Refn son películas de Disney? Sin embargo todos ellos son considerados como auténticos genios en lo suyo, y de esta misma forma deberíamos considerar a los chicos de Dennaton Games.

Sí, puede que al final su fórmula no te entusiasme. Quizás porque prefieres juegos más relajados, porque te tiran más los RPG o porque coges la consola un par de veces al mes para echarte un FIFA. Da igual, sea como sea, estés seguro o no de que Hotline Miami 2 no te llama en absoluto, al menos deberías echarle un vistazo, aunque sea para tenerle como referencia de lo que pueden llegar a ofrecer los videojuegos dentro de ese amplísimo arcoíris de propuestas del que a día de hoy disfrutamos.

Lo mejor:

Lo peor: