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Watch Dogs promueve el hackeo entre los ciudadanos según un político conservador yanqui

Glenn Beck desde su puesto en la radio

Daniel Moreno / Daniel Moreno

Madrid —

En esto de los videojuegos hay propuestas que no gustan a todos, y más aún cuanto tratan temas sensibles como la violencia, la delincuencia, las drogas, el sexo o cualquier otra cosa que no sea lo más adecuado para la audiencia, inclusive cuando la única intención de los desarrolladores es denunciar ciertos hechos o hacer reflexionar al jugador. Como en cualquier rama del ocio, finalmente todo depende de la sensibilidad de cada uno para con los temas más controvertidos, y ciertamente hay gente más sensible que otra.

Hablamos del activista político y estrella de la radio estadounidense Gleen Beck, quién no ha tenido reparos en definir Watch Dogs, el nuevo sandbox de Ubisoft, como un producto ideado para “enseñar a hackear y a convertirnos en el voyeur definitivo de la vida de los demás, incluyendo incluso el acceso a sus dormitorios a través del hackeo de teléfonos móviles”.

Sí, porque este título, que como todos sabéis nos pone en la piel de un hacker que debe utilizar sus conocimientos para desenmascarar al oscuro régimen que gobierna en la ciudad de Chicago en una especie de metáfora sobre lo lejos que puede llevarnos este énfasis por la conectividad ofreciendo a las entidades públicas y privadas el acceso total a todos nuestros datos personales sin apenas reparar en ello gracias al auge de dispositivos como smartphones y tabletas, en realidad no es más que, siempre según Beck, un agita masas destinado a educarnos en la piratería informática:

¿Por qué ahora todo el mundo quiere ser un anti-héroe? ¿Por qué ahora todo el mundo tiene que romper la ley? ¿Por qué no podemos tener un Superman? ¿Por qué no puede haber alguien que haga lo correcto? En lugar de eso ahora sólo tenemos anti-héroes”. romper la ley

Vaya, quizás Beck olvida que a veces lo correcto tiene poco o nada que ver con una legalidad impuesta por los poderosos. Igual que quizás olvida que toda esta polémica le tiene que estar viniendo de maravilla a Ubisoft: sólo con oírle nos están entrando unas ganas locas de comprarnos la edición ultra-mega coleccionista de Watch Dogs.

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