David Janer, tras 'Águila Roja': “Quiero cambiar de personaje y hacer de malo”

Más de 800 actores han pasado por la pantalla de Televisión Española durante los 116 capítulos de la serie Águila Roja, que llega a su fin el próximo jueves 27 de octubre. Pero si se apuesta por que alguno vaya a permanecer en la retina de los espectadores, sin duda la suerte se repartirá entre el Satur de Javier Gutiérrez y el Gonzalo de Montalvo de David Janer. Desde 2009 hasta aquí, este actor barcelonés se ha entrenado duramente para montar bien a caballo y para perfeccionar su técnica de lucha. No en vano la serie mezcla el universo del Siglo de Oro con el de los ninjas. Y dicen las audiencias que el experimento no ha salido mal.

La semana que viene Águila Roja llega a su fin. ¿Qué supone para usted decir adiós a su personaje?Águila Roja

Bastante nostalgia. Ya estamos en la recta final y se va a resolver todo. Yo ya había hecho el duelo de alguna manera cuando acabó el rodaje de la serie, pero ahora vivo un segundo duelo porque termina definitivamente.

En lo profesional, Gonzalo de Montalvo ha supuesto su gran salto a la fama...

Bueno, es lo que tiene esta profesión. Si te toca un personaje potente que cala entre el público te identifican y te marca. Pero también depende del tiempo que transcurra. Mi personaje en Compañeros fue también bastante potente, pero unos personajes terminan enterrando a otros. Ya veremos en este caso. Curiosamente al principio me llamaban “Águila Roja”, y después... ya por el nombre.

Como espectador... ¿le ha tranquilizado el final de la serie?

Sí y no. Depende. El otro día lo comentábamos entre los miembros del reparto y cada uno tiene su perspectiva. El final está bien, hay cosas que se ajustan a lo que yo imaginaba... y otras que no, ahí mandaban los guionistas. Pasará lo mismo con el espectador. Unas cosas le entusiasmarán y otras no.

Cuando nació Águila Roja apenas se apostaba por la aventura en la televisión española. ¿Por qué ha triunfado?Águila Roja

Me aventuraría a decir que, aparte de toda la mezcla de personajes que tiene la serie -que ofrecen comedia, drama, aventura, acción- está el riesgo de introducir dentro de una historia de amor y de intrigas palaciegas... ese factor de la lucha sin complejos. Mezclando el Siglo de Oro con un ninja que va de tejado en tejado. Arriesgando. En unos capítulos apostábamos por un tipo de lucha, en otros cambiábamos la planificación de las cámaras... Eso al espectador le sorprendió, le llamó la atención, y luego ya el propio carisma de los personajes les fue arrastrando. A mí me pasa. Cuando veo una serie, lo principal son los personajes. Cuando te haces con uno, te cuesta mucho abandonarlo. Y si el guionista lo trata bien, lo sigues hasta el final

¿Usted también ha sufrido el parón en la emisión de la última tanda de capítulos? Como espectador y como actor...

Sí, lo sufres como actor, como espectador, y encima en la calle la gente te pregunta que cuándo se va a emitir. Pero es algo que a nosotros se nos escapa. Ojalá pudiéramos controlar el producto en mayor grado. No podemos. Hay decisiones acertadas y desacertadas, pero poco podemos hacer.

¿Y ahora qué? ¿Un descanso después de tanto caballo?

De momento descanso de caballos y saltos, y luego a ver qué proyectos surgen. Tratar de elegirlos lo mejor posible. Sí me gustaría cambiar a un personaje un poco malo, un poquito a lo Francis Lorenzo, pero no me cierro ante nada. Quiero volver a apasionarme por un personaje, por una propuesta.