La lección que el obispo de La Rioja aprendió de la Madre Teresa
El nuevo obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, Carlos Ecribano Subías, conoció a Santa Teresa de Calcuta en 1994 en Roma, siendo seminarista, en un encuentro que jamás ha olvidado. Así lo ha contado en una carta pastoral, en la que ha relatado su experiencia junto a la santa hace ya 22 años. Escribano Subías fue enviado a Roma para completar sus estudios y fue entonces cuando conoció a Santa Teresa de Calcuta.
“Conocí a la Madre Teresa de Calcuta el año 1994, en Roma, entonces era seminarista y el entonces mi obispo me envió a la ciudad eterna a completar mis estudios”. Es así como comienza la carta pastoral que el obispo de La Rioja leyó durante los actos de canonización de la Madre Teresa el pasado domingo.
Una carta en la que relató que conoció a la Madre Teresa cuando ésta acudió como invitada al Congreso que se realizaba con motivo del I Encuentro Mundial de las familias convocado por San Juan Pablo II.
“Al encontrarme con ella me dio una pequeña tarjetita mecanografiada en la que se leía una de sus oraciones más conocidas. El comienzo de su intervención será difícil de olvidar. Con aquella mano delgada, huesuda, blandiendo en ella el Rosario dijo una frase archiconocida pero que llenó de gratitud al auditorio que prorrumpió en un sonoro y dilatado aplauso: ‘La familia que reza unida, permanece unida'”, concluye el obispo.
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