Más de 44.000 euros para un programa de atención a personas sin hogar
El Gobierno regional aporta a la Cocina Económica cerca de 44.500 euros para poner en marcha un programa de acogida y atención integral a personas en situación o riesgo de exclusión y sin hogar.
Respecto a ediciones anteriores, el programa de acogida y atención integral a las personas sin hogar en situación o riesgo de exclusión y sin hogar presenta tres novedades. Por un lado, el número de plazas aumenta de 11 a 15; en segundo término, los usuarios pueden provenir de cualquier municipio de La Rioja carente de servicios especializados de esta índole; y en tercer lugar, se incorporan dos nuevos profesionales al programa: un educador y un psicólogo (hasta ahora lo gestionaba una trabajadora social).
El vicepresidente de la Cocina Económica, José Ignacio López destacó la “generosidad” de los riojanos a la hora de la donación que hacen a la Cocina Económica, entidad, que según señaló su encargada ayer dio unas 80 comidas y otras tantas cenas. Además indicó que se quiere a finales de este año poner la primera piedra de la residencia, que acogerá a unas 40 y 50 personas.
Ya sobre el programa que desarrolla, señaló que se divide en tres apartados en función del nivel de autonomía y capacitación que requieran los destinatarios; por un lado, convivencia residencial; por otro, convivencia semiautónoma; y en tercer lugar, autonomía casi plena. Los usuarios del programa harán uso de ellos en función de su progresión o regresión hasta finalizar su etapa y alcanzar los objetivos que se planteen para cada proyecto individual.
OBJETIVOS
El programa se articula en torno a una serie de objetivos específicos entre los que, además de proporcionar un alojamiento, cabe destacar los siguientes, como son el aprendizaje y consolidación de conductas que le permitan una integración social más activa.
Además, generar un recurso que sea capaz de dar una oportunidad de cambio; frenar el deterioro físico, psicológico y social que sufren las personas que llegan a esta situación; facilitar las herramientas adecuadas para que la persona que se incorpora al programa sea capaz de organizar su vida de manera autónoma.
También potenciar el desarrollo de los recursos personales de los usuarios para hacerlos responsables de su propia vida; proporcionar apoyo terapéutico y seguimiento de los usuarios; promover la toma de conciencia y asunción de responsabilidades; potenciar el aprendizaje de resolución de conflictos; e impulsar el desarrollo de valores personales a través de una interacción constructiva.
En definitiva, tal y como ha destacó el consejero de Salud, José Ignacio Nieto, se trata de “darles las herramientas necesarias para que sean capaces de gestionar su vida, de superar los conflictos y de ser conscientes de que pueden cambiar la situación por la que ahora mismo están atravesando”.
Para ello, el programa se compone de un buen número de actividades entre las que destacan las dinámicas de grupo destinadas a ampliar habilidades sociales, incrementar los niveles de autoestima, fomentar el trabajo en equipo y la cohesión del grupo.
Asimismo, se gestionan una serie de talleres encaminados a reforzar al individuo en todas y cada una de las facetas necesarias para lograr su autonomía (prevención de recaídas, musicoterapia, relajación y respiración, estimulación cognitiva, apoyo al aprendizaje, encuadernación, tareas doméstica, psicomotricidad, etc.).
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